Los tiempos nuevos

Francisco Galvis

Contrapunto*

Ante todo, deseo expresarles que mi ausencia de estas páginas, por largo de más de un año, radicó en el hecho del fallecimiento de mi esposa, seguido de algunos achaques de salud. Todo se va superando con buena actitud y la ayuda de tantas personas, en especial de mis hijos, de mis superiores universitarios y de mis amigos auténticos. Gracias a todos ellos y a mi espíritu indómito que todavía se resiste a partir.

La pandemia nos ha dejado muchas cosas positivas, aunque algunos se sigan resistiendo a los cambios que impuso, particularmente en la educación, en el contexto laboral, en la vida familiar. Al primer aspecto deseo referirme de manera breve y concisa.

Ante la imposibilidad sanitaria de mantener abiertas las aulas, se dio paso a la virtualidad como modo y sistema de enseñanza. Se vaciaron las aulas y se coparon los computadores.

Conocemos, no una sino varias, universidades que con el correr de loa años se convirtieron en constructoras de edificios y, con ocasión de la pandemia, vieron como sus construcciones se volvieron un lucro cesante insoportable e instituciones pequeñas, en lugar de aquello, en inmuebles de alquiler, desarrollaron una importante plataforma de sistemas. Por eso las primeras de alguna manera tuvieron y tienen cierta aversión a la virtualidad como método para la enseñanza y las pequeñas, por los menores costos, adhirieron a dicha práctica, cuya nota sobresaliente es la presencia sincrónica en tiempo real y la asincrónica para el repaso o actualización de la enseñanza.

La virtualidad en la enseñanza hace posible mayores niveles de cobertura educativa en países como el nuestro, necesitados de muchas más personas con competencias para la vida en sociedad, el desarrollo social y económico y mayores niveles de justicia social.

Ejemplo de aprovechamiento de la capacidad instalada en materia de sistemas ha sido, durante todo este tiempo y desde el comienzo de la emergencia, la Corporación Universitaria Americana toda, pero especialmente la sede abierta en Medellín que incluso llegó a buscar a los estudiantes carentes de computadores y tabletas, para llevárselos hasta sus casas en calidad de préstamo, práctica que valida su misión de fomentar la inclusión social en la educación superior de la población carente de recursos.

Incluso muchas instituciones de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano obraron dentro de ese contexto con idéntico éxito.

Tiro al aire: es que cuando Goliat se despabila, David se lo merienda.


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Francisco Galvis

Abogado | No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo

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