Los nadies y  la gente de bien

Los términos los nadies que utilizó Francia Márquez, durante la campaña presidencial del 2022, no es una creación de la actual vicepresidenta de Colombia, ese término  los nadies  es del escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940…2015), que se caracterizó por sus ensayos fatalistas y miserabilistas; el escritor Galeano fue el autor de Las Venas Abiertas de América Latina, que la han convertido en la cartilla de los comunistas con sus idiotas útiles.

Las Venas Abiertas de América Latina, invita taxativamente a buscar una revancha histórica o un ajuste de cuentas por todas las injusticias que se han cometido en el continente por más de 500 años; ello le ha servido a los sectores progresistas y comunistas con sus diferentes disfraces, para estimular el resentimiento  y la vindicta en contra de quienes supuestamente  han ocasionado los  desafueros, como si los actuales habitantes de  los diferentes países de la región hubieran pedido nacer en esta parte del mundo o como si la historia fuera lineal y se repitiera de tiempo en tiempo.

El ensayo de Galeano  se queda anclado en el pasado y pareciera que las vicisitudes que han vivido los pueblos nunca si pudieran superar, a no ser mediante la toma del poder político para imponer dictaduras sangrientas y así crear algo parecido a una vendetta; desconociendo que  la mayoría de  naciones han tenido que padecer sufrimientos, como le sucedió a las de África, Asia y a las  Europeas; pero aprovechando que en Latinoamérica por  el atraso conceptual e ideológico, se utilizan las aflicciones que  padecieron sus habitantes  en el pasado,  explotan  el resentimiento y  desconocen  la  exactitud histórico de  lo sucedido,  buscando como lo  dijimos anteriormente  venganzas.

Así que el término  los nadies, no es una cosecha colombiana, es una ocurrencia de Eduardo Galeano;  valga decir que  en la bienal de la Feria del Libro de  Brasilia  en el 2014, Galeano renegó de las Venas Abiertas de América Latina, afirmando que cuando escribió ese libro desconocía demasiado de lo que era la economía política y que   por lo tanto el ensayo se había convertido en un panfleto aburrido.

Una  expresión que utilizan los marxistas  de  mofa hacia  los ciudadanos, es  cuando  mencionan a la gente de bien, pues   la toman  como  un  vilipendio en contra de las personas que no aceptan sus dogmas, porque antes de usar  cualquier  formulación acerca de  dicha expresión, se debe de preguntar: ¿Cuál es la gente de bien? Y tenemos que concluir que es la que no le hace daño a sus semejantes, luego no son delincuentes y cumplen con la ley; encontrándose en ese rango cerca del 98% de la población colombiana de todos los estratos socioeconómicos, desde los más humildes, las capas medias y hasta muchos    encopetados; de manera que  cuando se menciona a la gente de bien por los marxistas, eso  es un desaguisado que se presta no solo para burlas, sino que  también   se ofende a la inmensa mayoría de  colombianos.

Dentro de la practica marxista, se busca que los delitos desaparezcan, siguiendo las enseñanzas del comunista italiano Antonio Gramsci que  tenía como estrategia cultural,  lumpenizar a la sociedad  para anularle los principios y valores en  la moral y la ética, volviéndola más dúctil a un régimen totalitario  que la pueda dominar con mucha más facilidad.

De manera que dentro de la semántica comunista hay que cambiar el significado de las palabras, para hacer la revolución, así que   los vocablos y las expresiones son armas políticas,  que tienen una  intención malsana hacia  la población, con el objetivo de sembrar la confusión, pescando en río revuelto  para hacer posible las prácticas totalitarias del comunismo.

Las expresiones los nadies y la gente de bien, que utilizan las fuerzas  oscurantistas del leninismo, tienen su  origen en primer lugar con el escritor Eduardo Galeano  y acerca de la gente de bien, hemos explicado que  ello responde a un escarnecimiento en contra de toda la población colombiana, intentando asimilar la expresión con  la oligarquía tradicional, lo cual es un despropósito, dado que cuando se habla del bien dentro del humanismo, se está exaltando  a la población que de una u otra manera contribuye al desarrollo y progreso de la sociedad, dentro de un estado que debe representar a toda  la ciudadanía como un conciliador de las contradicciones y,  no como un instrumento para un programa político absolutista.

Ariel Peña

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