Las compras a través de internet son más populares cada día que pasa, puesto que, gracias a los avances tecnológicos, solo necesitamos un teléfono inteligente o una tableta para conectarnos a la red. Hasta hace tan solo unos años, existía una desconfianza significativa a la hora de introducir nuestros datos bancarios en ciertas plataformas, pero los sistemas de pago han mejorado y han conseguido transmitir seguridad a los compradores. De la misma manera, han crecido industrias como la de los juegos online o la relativa a las plataformas de streaming, las cuales también reciben pagos en línea a través de distintos métodos.
Uno de los modos de pago más utilizados son las tradicionales tarjetas de crédito y débito, que son aceptadas en la mayoría de las tiendas online. Sin embargo, debido a los robos de datos que han sucedido en múltiples plataformas, las autoridades han endurecido los controles de seguridad para verificar la identidad del comprador. El pasado 14 de septiembre entró en vigor la Directiva de Servicios de Pago (PSD2) en España, la cual despide la tarjeta de coordenadas y suma otros métodos de verificación. Algunos ejemplos son la huella dactilar, que podemos añadir utilizando un smartphone, o un código que nos llega vía SMS y tenemos que introducir en la página del establecimiento en cuestión.
Por otro lado, existen los conocidos procesadores de pago como Neteller o Skrill, los cuales permiten a los usuarios pagar sin tener que exponer los datos de nuestra cuenta bancaria directamente. PayPal es el más conocido internacionalmente, dado que hoy en día es un sinónimo de seguridad en la red. Es una excelente opción para pagar en plataformas como casinos online o en tiendas como eBay, donde hay un gran número de vendedores diferentes. Si el producto que se adquiere no llega o tiene algún fallo, PayPal media entre el vendedor y el comprador, y dependiendo de la situación, puede devolver el dinero al usuario.
Cuando se adquieren productos de un particular, también es común utilizar PayPal o acordar un envío a contrarrembolso, de tal manera que el comprador paga una vez que recibe su paquete. En el caso de no abonar la cantidad acordada, el usuario no podría obtener su compra y ésta sería devuelta al vendedor. Finalmente, también se puede hacer transferencias bancarias, aunque este método solo es aconsejable si se compra a una marca con prestigio, o de lo contrario podemos ser estafados. En definitiva, existe un amplio abanico de métodos de pago online, por lo que tan solo debemos elegir el que mejor de adapte a nuestras necesidades.