¿Están china y Rusia conspirando como lo hicieron la Alemania nazi y la Rusia Soviética contra Polonia en la Segunda Guerra Mundial?
Con frecuencia se dice que la historia se repite, la condena que tienen las generaciones del futuro es entrar en el ciclo del pasado. Pero hacer paralelos históricos fáciles al interpretar los acontecimientos actuales es a menudo una trampa porque no hay dos épocas de eventos idénticos. Cada época y cada suceso son distintos.
En Geopolítica se conoce el concepto de contención la cual explica la distribución del poder del mundo, donde la ideología de una nación establece sus regímenes en distintas partes del mundo, las naciones con intereses similares suelen cooperar entre sí para contribuir a un mismo objetivo. La alineación de las potencias totalitarias más agresivas del mundo como China y Rusia contra las democracias del mundo en general y contra Estados Unidos e Israel en particular, ha comenzado a tomar forma.
Objetivos del Partido Comunista Chino
En el caso de China, ya ha actuado con decisión contra Hong Kong, una democracia orientada a occidente que gozaba de un estatus comercial especial con Estados Unidos y era el centro financiero de Asia. Pekín ha ampliado su influencia en Hong Kong, deteniendo a cientos de manifestantes democráticos e instituyendo nuevas leyes y restricciones. En la actualidad, Hong Kong ya no es libre y democrática, sino que está efectivamente bajo el control del Partido Comunista Chino.
Uno de los principales objetivos del régimen chino es la conquista de la isla democrática de Taiwán, aliada de Estados Unidos, es la máxima prioridad para China.
En la administración de Trump, se hicieron grandes acuerdos de armas como una disuasión contra la intimidación militar y tal vez incluso la invasión del régimen Comunista. También el expresidente Trump vinculó el trato de Pekín a Hong Kong con los aranceles a los productos Chinos. La línea dura de Trump contra la expansión China, reforzada por los acuerdos de armas y los aranceles, hizo que Pekín se pensara más de dos veces sus acciones.
Bajo la administración de Biden, la determinación de proteger a Taiwán parece haber disminuido. La actual debilidad del liderazgo estadounidense no es, desde luego, un factor de disuasión. En la primera cumbre entre las dos naciones bajo el mandato del presidente Joe Biden, los diplomáticos Chinos ridiculizaron e insultaron abiertamente a la delegación estadounidense, con escasa respuesta por parte de Estados Unidos.
Con frecuencia los aviones de guerra chinos vuelan el espacio aéreo de Taiwán, lo que se puede comenzar a deducir un posible y futura invasión china.
Rusia contra la influencia de EE.UU.
Rusia ve la misma debilidad en el liderazgo de Estados Unidos. Biden está maltratando a sus aliados y mimando a enemigos de Oriente Medio, mientras suplica a Irán que acepte un nuevo acuerdo sobre armas nucleares. Rusia está observando muy atentamente cómo se desarrolla todo esto.
Eso es porque los países de la región se están preparando para un «colapso total de Estados Unidos» de su política de estrategia de seguridad centrada en Israel. Bajo el mandato de Trump, fueron posibles múltiples tratados de paz entre Israel y los estados árabes porque Estados Unidos se mantuvo firme en impedir que Irán obtuviera armas nucleares.
Pero hoy la urgencia de Biden es volver a la mesa de negociaciones con Teherán, les dice a todos ellos, y a Putin, que Estados Unidos bajo Biden no tiene la voluntad de responder a la fuerza con la fuerza con respecto a Irán. Ese hecho se demuestra en la movilización por parte de Putin de 40.000 tropas en la frontera Ruso-Ucraniana y su simultánea advertencia a Biden de que no interfiera.
Pekín y Moscú parecen tener una clara coordinación ya que ambos advierten a Estados Unidos de que no debe interferir en los acontecimientos que puedan producirse en Taiwán y Ucrania.
¿Qué pasaría con EE.UU.?
Estados Unidos estaría en la obligación a enfrentarse al mismo tiempo a sus adversarios más poderosos, como puede con la aparente incapacidad de Biden para funcionar en un entorno público dinámico, nuestros adversarios estén convencidos de que no habrá consecuencias para ninguna de las dos invasiones.
Si la invasión de Taiwán o la de Ucrania, quizás ambas, y estas se producen sin una respuesta defensiva por parte de Estados Unidos, el prestigio estadounidense caería en todo el mundo. Esto podría ocasionar que se debilite el dólar como moneda de reserva, y la confianza de EE.UU como potencia mundial activa que protege intereses y aliados, disminuye.
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