Los «Blancos»

Photo by Win McNamee/Getty Images

“No es una condición genética lo que hace a los afroamericanos más vulnerables ante el virus, sino una serie de factores sociales que los ponen en desventaja” ¡NO ES UN TEMA NATURAL!

¿Qué debería ser lo “nuevo” en un mundo pos-pandemia? Con contundencia hay que decir: LOS “BLANCOS” DEL MUNDO.

Los blancos se han encargado de crear todo en el mundo, especialmente el mundo que tenemos, estructuralmente: racista, clasista, machista.

Esto suena a repertorio viejo y lo es, pero por eso no deja de estar al orden del día. La Columna de Diego Martínez Lloreda en el diario el PAÍS titulado “entre Cali y Medellín” expresa ese mundo que ya no queremos: un mundo que se cree bueno y es lo peor posible como especie humana.

Para hacer esta columna explicita citamos el racismo: “Además, una es la Cali pobre y negra de donde salen los futbolistas y las empleadas de servicio, y otra es la Cali blanca y rica de donde surgen los ´doctores´”.

El columnista hace creer que es ironía esta frase pero expresa a cabalidad su pensamiento. Reza además: “Durante años, quienes vivimos en ´Cali blanca´ no hicimos nada para integrarnos con la ´Cali negra´. Al contrario, los discriminamos de mil formas. Y ahora nos rasgamos las vestiduras porque esa gente se pasa por la faja el aislamiento obligatorio”

Cuando Lloreda se refiere a “esa gente” no puede ocultar -así lo disimule- su profundo y sistemático racismo, además de la muy propia visión de los blancos desde la colonia: los salvadores del mundo. El gran YO.

Exactamente hace un mes el portal BBC news mundo, publicó un artículo con el siguiente título: “Coronavirus en EE. UU. El devastador impacto del COVID-19 entre los afroamericanos”

En este artículo nos relatan cosas como estas: “En el estado de Michigan, los afroamericanos conforman solo el 14% de la población, pero acumulan el 33% de los casos reportados de COVID-19 y el 41% de las muertes, según datos de las autoridades sanitarias del estado”

También señalan que esto se debe a la “exacerbación de la disparidad de salud” y a que la población afro históricamente ha tenido “menos acceso a los servicios de salud”.

Hay que gritarlo “No es una condición genética lo que hace a los afroamericanos más vulnerables ante el virus, sino una serie de factores sociales que los ponen en desventaja” ¡NO ES UN TEMA NATURAL!

En realidad el mundo no ha cambiado mucho desde la colonia; la población afroamericana: “son parte de una población que sigue haciendo el trabajo duro” Y para rematar una frase lapidaria: “eso no es algo nuevo, lo nuevo es que una pandemia está chocando con esta historia”.

¡Sí! Esta es nuestra historia. Lo nuevo del mundo debería ser lo más viejo. Un mundo en que las mentiras y engaños de los “blancos” porque eran hombres, heterosexuales y cristianos, no sean verdades.

Históricamente nos han vendido muchas mentiras para dominarnos y el problema no es la disposición a engañar de los colonos, ha sido que los “Otros”¹ del mundo lo han creído de alguna manera.

En la colonia establecieron que algunos humanos no tenían alma y cuando ya se les reventó tal mentira sacaron una nueva, no tienen cultura, cuando eso no les siguió sirviendo para esclavizar, matar, y violar mujeres, dijeron que sí, que tenían cultura pero que la cultura negra era salvaje y que la cultura blanca contenía la razón.

La razón fue convertida en la profesión de la “civilización” y la inventaron como un producto solo de “blancos” y para “blancos”. Después cuando la creatividad e inteligencia de los “Otros” se les salió de las manos a pesar de todos los esfuerzos por ocultarla, ligaron la razón a la fe, la única válida en occidente, la cristiana,  eso de facto creó buenos blancos y malos pigmentados.

Todo esto y más lo sufrieron las mujeres con mayor crueldad, pues aparte de la violencia sexual seguían siendo negras, indígenas, mestizas y ante todo mujeres, las convirtieron en mujeres según occidente.

Esta cultura del engaño sigue más vigente que nunca, no deja de producir enemigos por doquier, negros, indígenas, migrantes, pobres, mujeres, homosexuales. Todo lo que sea distinto ha de ser negado y si es necesario exterminado.

La cultura de occidente que expresa Diego Martínez Lloreda en su columna y que reafirma Donald Trump desde la potencia del mundo, que bien expresa: un hombre blanco, heterosexual y cristiano que domina las armas, las mismas que vencieron a los nativos de América hasta el día de hoy, es la cultura que vive-subsiste por y para la muerte de los “Otros”.

 

Nota: 1. Los “Otros”: “el oprimido, incomunicado, excluido” (Dussel, 1994 p.9)

Julián Stiven Velásquez Martínez

Estudiante de Ciencia Política con énfasis en los estudios culturales.