Logoi – Marcha

Esta columna es un espacio dedicado a la búsqueda del sentido de las palabras. Un ejercicio arqueológico, etimológico y, si se puede decir, biográfico. Cada entrega nos permitirá conocer la historia, el significado, el uso y el sentido de una palabra.
Mauricio Montoya y Fernando Montoya
 El emigrante – Luis Felipe Lomelí.

 

¿Olvida usted algo?

-¡Ojalá!

Durante los últimos dos años, en Colombia, se han registrado por lo menos cinco marchas, tanto de la oposición como de los adeptos al gobierno. La más reciente, convocada por el presidente Gustavo Petro, se llevó a cabo el 19 de septiembre (2024) con el fin de presionar al Congreso de la República para que apruebe las reformas propuestas por el Ejecutivo y para manifestar su apoyo al Presidente, quien ha sostenido que existe en su contra un tipo de golpe blando, orquestado por la élite y por algunos medios de comunicación, para derrocarlo del poder.

Pero las marchas no han sido ajenas a nuestra realidad social y política. Conocida fue la vía Apia, en Roma, la cual sirvió como camino para peregrinos, pero sobre todo para las Legiones Romanas que marcharon por ella para conquistar el sur de Italia y embarcarse en la conquista de Oriente. En Colombia fue icónica la marcha del silencio, liderada por Jorge Eliécer Gaitán en el mes de febrero de 1948, como protesta contra los crímenes cometidos contra los militantes del Partido liberal. En el cine, por ejemplo, se recuerda la larga marcha que emprendió Forrest Gump en busca de su amada Jenny. Por otra parte, en la historia de China se hace alusión a la larga marcha (más de 350 días y alrededor de 12.500 km) que emprendió Mao Zedong con el Ejército Rojo (Fuerzas Armadas del Partido Comunista Chino) entre 1934 y 1935 durante la guerra civil, huyendo del Ejército Nacionalista liderado por Chiang Kai-Shek. Mientras tanto en Colombia, se recuerda la caminata por la paz emprendida por un profesor (Gustavo Moncayo) para pedir un intercambio humanitario que lograra la liberación de su hijo (Pablo Emilio Moncayo), el cual había sido secuestrado por la guerrilla de las FARC en 1997. El profesor Moncayo marchó durante 43 días desde su pueblo natal (Sandoná, Nariño) para dirigirse a Bogotá. 1.200 kilómetros recorridos, entre el 17 de junio y el 1 de agosto de 2007, que lo llevaron a la capital del país para solicitar, al entonces mandatario de la República Álvaro Uribe Vélez, una negociación y un acuerdo humanitario que permitiera la liberación de centenares de secuestrados.

Pero la de Mao Zedong no fue la única larga marcha de la que se tuvo noticia en el siglo XX, pues en 1979 el escritor norteamericano Stephen King publicó una novela bajo el mismo nombre. Su historia es la de una competencia (larga marcha) en la que participan 100 personas, entre ellas un adolescente llamado Ray Garraty. Durante la carrera muchos corredores sufren colapsos psicológicos y otros mueren o se suicidan. Garraty llega a la meta, pero en vez de reclamar su premio, continúa caminando sin parar, ya que lo invaden las alucinaciones, vislumbrando una sombra que cree es otro de los competidores que quiere derrotarlo.

Cómo olvidar la marcha titulada “El Mundial”, compuesta por el italiano Ennio Morricone para el mundial de fútbol de Argentina 1978, en tiempos de la dictadura militar encabezada por Jorge Rafael Videla. Frente a este himno, la respuesta de las madres y abuelas de los detenidos/desaparecidos fue comenzar a marchar, cada semana, alrededor de la Plaza de Mayo para exigir noticias sobre sus seres queridos.

Bajo este contexto, marcha es la palabra de nuestra columna de esta semana. Derivada del francés “marcher”, su significado está relacionado con el acto de marchar, desplazarse o avanzar con algún objetivo aparente, el cual puede estar asociado con un interés político (protestas), individual o colectivo (migrar o desplazarse), o simplemente deportivo, como es el caso de la disciplina atlética conocida como marcha.

No obstante, las marchas también pueden ser dolorosas o angustiantes, como lo que experimenta el protagonista de la minificción de Lomelí que sirve como epígrafe a esta nota, o la que sufren millones de personas que tienen que marcharse de sus tierras debido al desplazamiento forzado (se estima que en el mundo, al cierre del año 2023, había, por lo menos, 117,3 millones de personas desplazadas por la fuerza).

En este sentido, toda marcha que viole los derechos de las personas debe ser repudiada; mientras que aquellas que se hagan en pro de la libertad de expresión y el reclamo de derechos, no sólo deben estar reconocidas legalmente sino también respaldadas.

 

 

Logoi

Esta columna es un espacio dedicado a la búsqueda del sentido de las palabras. Un ejercicio arqueológico, etimológico y, si se puede decir, biográfico. Cada entrega nos permitirá conocer la historia, el significado, el uso y el sentido de una palabra. Por: Mauricio Montoya y Fernando Montoya

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