Logoi – Bandera

Esta columna es un espacio dedicado a la búsqueda del sentido de las palabras. Un ejercicio arqueológico, etimológico y, si se puede decir, biográfico. Cada entrega nos permitirá conocer la historia, el significado, el uso y el sentido de una palabra.
 
Mauricio Montoya y Fernando Montoya

 

La bandera es la encarnación, no del sentimiento, sino de la historia.

Woodrow Wilson

 

El mes de diciembre comenzó con otra polémica protagonizada por el gobierno de Colombia, en cabeza del presidente Gustavo Petro. En su viaje a Montevideo (Uruguay), el Mandatario, acompañado por varios de sus alfiles políticos, visitó y rindió un homenaje al ex-presidente uruguayo Pepe Mujica. Además de condecorarlo con la Cruz de Boyacá, Petro le entregó la bandera del M19, un movimiento guerrillero nacido en Colombia en la década de los 70  y que se desmovilizó en los años 90, luego de un proceso de paz, para participar activamente en la redacción de la Constitución de 1991.

La bandera de la discordia, como la denominaremos en esta columna, posee los mismos colores de la bandera francesa (azul, blanco y rojo), pero sus franjas están dispuestas de manera horizontal y no vertical como la del país galo. Tal vez la decisión de elegir esos colores tuviera que ver con los principios que rigieron la revolución francesa en el siglo XVIII (libertad, igualdad y fraternidad).

El hecho de la entrega de esta bandera indignó a gran parte de la opinión pública colombiana, pero para otros fue un simple gesto de camaradería entre dos personajes que en sus épocas de juventud pertenecieron a movimientos insurgentes en sus países, Mujica a los Tupamaros y Petro al M19. Sin embargo, es importante aclarar que una cosa son los actos protocolarios que deben seguir los funcionarios de un gobierno que representa a un país y otra la entrega o intercambio de presentes con características personales.

Las banderas son símbolos cargados de historia y su adopción representa una filiación a una nación, ideología o movimiento. La vexilología, como se le conoce a la disciplina que estudia las banderas, toma ese nombre del término latino vexillum que era la palabra con la que se denominaban los estandartes de las legiones romanas. De igual manera, después del descubrimiento de la seda en China se hizo recurrente usar este tipo de telas, adornarlas e izarlas en un asta como un signo de identidad. Países, pueblos, equipos de fútbol, organizaciones, grupos armados (legales e ilegales) e instituciones tienen entre su corpus una bandera que los identifica y, como se puede leer en la etimología de esta palabra (bandera), los reconoce como pertenecientes a un bando.

Banderas polémicas existen varias. En Estados Unidos, por ejemplo, la bandera de los llamados Estados Confederados, ondeada por algunos de los que se tomaron violentamente el capitolio norteamericano en enero de 2021, despierta recelos y remite a la Guerra Civil, ocurrida entre 1861 y 1865, que enfrentó a los estados que exigían la secesión y el mantenimiento de la economía esclavista contra los estados de la unión, liderados por el entonces presidente Abraham Lincoln. Otra bandera que causó indignación es aquella que rememora al imperio japonés, la cual está compuesta por un disco rojo del que salen 16 rayos del mismo color. Esta bandera fue izada en la antesala de los Juegos Olímpicos de Tokio (2021) y generó la molestia de China y de las dos coreas, quienes pidieron al Comité Olímpico prohibir su uso durante las justas, pues para ellos era una afrenta que recordaba los años de horror que vivieron sus pueblos a manos de la colonización japonesa de sus territorios.

En el caso de la bandera de Colombia, varios han sido sus diseños, pero casi siempre han conservado los colores (amarillo, azul y rojo) y la esencia que pensó y propuso el militar venezolano Francisco de Miranda. Una de las banderas más curiosas del país fue aquella aprobada por decreto en julio de 1861, la cual, además de los colores ya mencionados, tenía en el centro nueve estrellas que representaban los nueve estados soberanos que se constituyeron durante el periodo en el que el país tuvo por nombre Estados Unidos de Colombia. Esta curiosa bandera sólo estuvo vigente por cuatro meses, pues en noviembre del mismo año, el presidente Tomás Cipriano de Mosquera la abolió y firmó un nuevo decreto para establecer como bandera nacional la que tenemos hasta la actualidad.

En este orden de ideas, vale decir que las banderas deben ser también estudiadas y darles el valor que realmente poseen. Las controversias en torno a ellas han de ser una oportunidad para el aprendizaje y el sano debate. No es vociferando ni lanzando diatribas en las redes sociales o desde ciertos medios de comunicación como se nutre la discusión. Es a partir de los contextos que se enseña y se crea conciencia sobre los acontecimientos que vivimos como humanidad.

Adenda: Recomendamos el libro “Banderas” (Una bandera, un país, una historia)  de la escritora francesa Sylvie Bednar, publicado por la editorial Electa. 

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Esta columna es un espacio dedicado a la búsqueda del sentido de las palabras. Un ejercicio arqueológico, etimológico y, si se puede decir, biográfico. Cada entrega nos permitirá conocer la historia, el significado, el uso y el sentido de una palabra. Por: Mauricio Montoya y Fernando Montoya

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