Liderazgo colectivo: ¡A seducir a Colombia!

Creen equivocadamente que el camino del 2026 es el de un caudillo que como “superman” viene a solucionar los problemas de todos. Permítanme diferir. Ese camino se agotó, ya no vendrá un “mesías” o “cuasi-mesías” a arreglar este desbarajuste.


Tienen razón quienes llaman la atención sobre exceso de candidatos presidenciales y la ausencia de un liderazgo evidente capaz de seducir a Colombia de cara al 2026. Pero aquellos que lo afirman, incurren en el mismo problema. Creen equivocadamente que el camino del 2026 es el de un caudillo que como “superman” viene a solucionar los problemas de todos. Permítanme diferir. Ese camino se agotó, ya no vendrá un “mesías” o “cuasi-mesías” a arreglar este desbarajuste. Como nunca antes, se necesita un camino de construcción colectiva, en el que muchas mentes, ganas, esfuerzos y talentos, se reúnan alrededor de ese propósito común que es Colombia.

Son tantos y tan complejos los problemas que vamos a heredar que la única solución es una suerte de concertación nacional que sea capaz de reunir actores empresariales, sociales, políticos, académicos, culturales y mediáticos diversos en ideología y en maneras de pensar. Sume usted la crisis de regla fiscal en 2025 y seguramente necesidad de un acuerdo con multilaterales en 2026, un escenario de destrucción del sector eléctrico con riesgo de apagón en 2027, violencia rampante en todo el territorio nacional con pérdidas de control en el 30% o más del territorio nacional, producción de coca desbordada con más de 350 mil hectáreas y su impacto en delito y microtráfico, un país descertificado, la relación con el primer socio comercial y de inversión deteriorada, un crecimiento económico potencial exiguo, la sociedad reclamando por un sistema de salud colapsado para el 2026 con enormes dificultades y debilidades en vivienda social y menor acceso a la educación superior, fruto del marchitamiento del ICETEX y pobres recursos a universidades públicas. Todo esto y mucho más, hablan de la urgencia de un liderazgo colectivo.

Pero liderar significa audacia, inspirar, orientar y movilizar la sociedad. Significa unidad en mínimos comunes denominadores, como el respeto a las instituciones, el valor empresarial para el futuro de país, la defensa a las libertades mínimas, el apoyo a derechos y deberes y la construcción de país con integridad. Así que mientras nuestro actual “líder” busca victimizarse retando arriesgadamente a USA, o desafía la independencia de las ramas del poder público, o siembra más resentimiento social, o destruye al sector privado, o nos conduce a la destrucción por la vía del fanatismo ideológico, nuestro papel colectivo es construir un sueño de país basado en la esperanza, en la unidad, en los valores, en el respeto al distinto, en el amor y no en el odio, por el que valga la pena apostarse.

Y todo esto pasa por seducir con ideas positivas. No se vale la agenda “contra Petro”. No sigamos “petrificados” en contra-ideas y debates sobre sus trinos que solo fortalecen su discurso de odio y división. Superémoslo con una agenda que cautive y solucione las necesidades de los ciudadanos. Más pragmatismo en las ideas, y menos discursos. La gente quiere más educación, mejor salud, oportunidades, acceso a vivienda, empleo, tranquilidad en familia, decencia, entre otros.

Qué bueno sería que, en lugar de reclamar liderazgos unipersonales, se construyese esa plataforma colectiva que semanalmente le haga una propuesta al país de acciones posibles que cautiven al país.

*Rector Universidad EIA

José Manuel Restrepo Abondano

Economista, Rector Universidad EIA | Exministro de Hacienda y de Comercio, Industria Turismo

1 Comment

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  • Don José, ¿No le parece contradictorio afirmar que por un lado se nos está conduciendo a una autodestrucción por vía del fanatismo ideológico y enseguida afirmar que nuestro papel colectivo es construir un país basado en la «esperanza», en la «unidad», en los «valores», en el respeto al distinto, en el «amor» y no en el «odio»? ¿Esperanzas de qué, unidad en torno a qué, basado en qué valores, amor entre quiénes y hacia quiénes? ¿No le parece esto mucho discurso y poco pragmatismo? Es evidente que los colombianos queremos más educación, mejor salud, oportunidades, acceso a vivienda, empleo, tranquilidad en familia, etc. ¿Pero es posible asegurar todos estos derechos, u oportunidades, en un país como Colombia, y sobre todo, cómo se podría hacer esto posible? Considero que es sobre todo en la respuesta a la última pregunta en dónde se dejan atrás los discursos. Sea colectivo o unipersonal la seducción siempre es engaño.