¿Liberación o condenación?

Los escándalos de corrupción que han sacudido a Colombia desde siempre, demuestran que ese flagelo no tiene color político y  ha sido practicado por diferentes sectores de la política y particulares, por lo que no se puede exculpar la corrupción porque miembros de  otras facciones  adversas la cometen; como lo estamos viendo en la actualidad con el caso del hijo del presidente,  en donde personas afectas al gobierno cogen la vía  más fácil   y mediante las redes sociales  dispensan las actuaciones de corrupción que pueden estar ocurrido en la actualidad, con la corrupción que enemigos políticos realizaron en el pasado, lo que es un asalto  a la sociedad, siendo  eso un método marxista que justifica la violencia y la corrupción, porque   ese par de males han sido efectuados por otros.

El apóstol San Pablo  al discernir lo que era la corrupción como practica luciferina, afirmo: “porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” Romanos 8:21 y 22; en consecuencia para sectores totalitarios, caso del marxismo leninismo  que actualmente apoyan al gobierno de Gustavo Petro, históricamente tanto la violencia como la corrupción  son  tomadas como  “formas de lucha”, para lograr la revolución y el socialismo.

En el Evangelio de San Juan 8:44, Jesús se refiere a Satanás  como el padre de la mentira, diciendo: “Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. Por eso sin hacer mucho esfuerzo se puede concluir que en los últimos dos siglos,  por su forma falaz y matrera como ha engañado a diferentes pueblos e instituciones,  a  la estafa comunista del marxismo leninismo se le tiene que dar un carácter diabólico, así como lo señaló el Papa Pio XI en 1937 con la Encíclica Divini Redemptoris.

Es un ultraje a los principios cristianos el hecho de que la secta comunista totalitaria, se haya mimetizado  en la Iglesia Católica, para promover la Teología de la Liberación, que es una patraña más del marxismo, y así como usa diferentes disfraces para engañar, se inventa  artificios para embaucar a personas despistadas, buscando confundir la Doctrina Social de la Iglesia con  la perversa Teología de la Liberación.

Es inviable que la Teología de la Liberación agenciada por el comunismo, tenga algo que ver con la Doctrina Social de la Iglesia que es libertaria y que busca el bienestar de las comunidades fundamentada en la caridad cristiana, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia primitiva, que en  el libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra: “y ninguno decía  ser suyo propio nada de lo  que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”, esa excepcional labor la realizaron los primeros cristianos hace 2000 años sin pretender alcanzar poder político.

La Teología de la Liberación  se encuentra en la asimetría de la Doctrina Social de la Iglesia, porque hay que tener en cuenta que la encíclica  Rerum  Novarum promulgada por el  papa León Xlll el 15 de mayo de 1891, es una respuesta a la descristianización de los sectores proletarios impulsado por el marxismo, cuyo fundador planteó  que la religión era el opio del pueblo, afirmación rechazada por el dirigente anarquista Mijaíl Bakunin, contradictor de  Karl Marx  en la Primera Internacional de los trabajadores, quien defendía su cristianismo Católico, por no tener elementos científicos para volverse ateo; así que una cosa es buscar la construcción del Reino de Dios y su justicia  en la tierra, como antítesis de la opresión y el despotismo y otra revolver al cristianismo que es libertario con el comunismo totalitario.

En Latinoamérica se distinguen por su militancia en la Teología de la  Liberación desde que fue creada por URSS a través de la KGB, los obispos  Sergio Mendes  Arceo de México y Hélder Cámara de Brasil, a ellos los  acompañaron los sacerdotes Camilo Torres de Colombia, Leonardo  Boff y Frei Betto de Brasil, Miguel de Escoto y Ernesto Cardenal de Nicaragua junto a Gustavo Gutiérrez del Perú, entre otros, curiosamente todos ellos   admiradores  del sátrapa de Fidel Castro(1926-2016) el mayor asesino en la historia latinoamericana, lo cual significa que ni el amor cristiano ni la misericordia puede acompañar a quienes exaltan a un genocida de esa calaña, como lo fue el difunto dictador cubano.

En 1972 la Compañía de Jesús creó en Colombia el CINEP(centro de investigaciones y educación popular), con  tendencia a la denominada izquierda,  lo que  podría suponer que dicha comunidad estaba buscando congraciarse con el marxismo, que con la perorata del materialismo histórico y la inevitabilidad a logrado asustar a muchos estamentos, pues  esos esoterismos afirman que inexorablemente la humanidad pasara de capitalismo al socialismo, como paso del feudalismo al capitalismo, sin que cuente para nada la voluntad del hombre y  por arte de magia, de ahí que Eduardo Bernstein líder de los trabajadores en la Segunda Internacional en el siglo XlX, se burlaba de los marxistas, por sus posturas supersticiosas, como si la historia fuera una repetición mecánica. Es insólito que los Jesuitas hayan creado dicho organismo influenciados por  la Teología de la Liberación.

La Doctrina Social de la Iglesia no tiene que ver con la Teología de la Liberación, y  a pesar de la manipulación marxista, el cristianismo Católico después de 2000 años sigue su peregrinación atalayando el signo de los tiempos, para no caer en la trampa del enemigo y con la esperanza que da  el señor Jesús cuando afirma: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. De donde también hay que recalcar las palabras del  San Pablo en  Romanos 8,1: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en  Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al espíritu”.


Todas las columnas del autor en este enlace: Ariel Peña

Ariel Peña

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.