“No se ponen de acuerdo en temas que independiente si se es de izquierda, derecha o centro, deben ser comunes para todos, como el tema del alza al combustible”.
Terminó la semana con el acuerdo entre el gobierno nacional y los camioneros donde establecieron que este año subirá el precio del ACPM en 800 pesos. La pretensión inicial del gobierno era subir 6 mil pesos, pero le tocó ceder ante la crisis.
Los camioneros volvieron a demostrar que son un gremio fuerte y que es de los pocos que tienen la capacidad de poner en jaque la economía del país.
Esta película, que se repite cada que hay cambio de gobierno, tuvo de peculiar que esta vez le tocó negociar al gobierno que hace más de dos años era oposición y donde sus líderes, empezando por el hoy presidente, criticaban el incremento de 200 pesos a la gasolina que pretendía el gobierno Duque.
La oposición de entonces, hoy gobierno, amenazaba con bloquear al país y hacían llamados recurrentes a hacer paros indefinidos. Replicaban falacias sin cesar, con el único propósito de sacar rédito político. Hoy como gobierno, reconocen indirectamente que esas protestas que alentaban carecían de sentido y que no sólo era necesario subir en 200 pesos la gasolina, sino en más de 5 mil pesos como efectivamente lo hicieron como gobierno; y que el congelamiento del precio al ACPM también era insostenible. Ahora, dicen que el ACMP debe tener el mismo costo del galón de gasolina.
Hoy siendo gobierno, varios de sus funcionarios no tienen la grandeza de reconocer que cuando eran oposición, estuvieron equivocados al marchar, bloquear y protestar ante los incrementos de la gasolina que proponía el gobierno Duque.
Uno de los ejemplos más representativos, es el del hoy director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, quien ayudó a financiar a la Primera Línea. Ante la pregunta de por qué hoy rechazan el paro y se oponen a los bloqueos, Bolívar sin sonrojarse dice que nunca estuvo de acuerdo con los bloqueos ni los apoyó; cuando él mismo compraba los implementos de protección para que los de la Primera Línea pudieran continuar con sus protestas y bloqueos.
La otra gran mentira que vendía Bolívar y que hoy se le devuelve, era que había que oponerse a la suba de la gasolina en Colombia porque era de las más caras del mundo y que con esto se iba a incrementar el costo de la canasta familiar y en general el costo de vida de los colombianos. Hoy dice, también sin sonrojarse, que el contexto ha cambiado y que la gasolina de Colombia ya no está entre las más caras del mundo a pesar de que está a casi el doble del precio que cuando llegaron como gobierno.
Justamente ese es uno de los principales problemas que tenemos en este país y principalmente con los políticos. Que no se ponen de acuerdo en temas que independiente si se es de izquierda, derecha o centro, deben ser comunes para todos, como el tema del alza al combustible; y no lo hacen, ni parece interesarles, por revanchismo político. Así sepan que se deba tomar una medida impopular como la que generó este paro, no la defienden ni la apoyan porque sienten que perderían capital político.
Ponerse de acuerdo en lo fundamental implica la creación de políticas públicas, como las bases para subir los precios de los combustibles o la misma construcción de infraestructura clave como el Metro de Bogotá, que den línea para que independiente del gobernante y su ideología, se pueda construir sobre lo construido y hacer reformas sin tanto traumatismo y con apoyo institucional, pero para eso hace falta que los políticos y gobernantes tengan grandeza, dejen el ego a un lado y que piensen, definitivamente, en el bienestar colectivo del país.
Es difícil, el oxígeno de buena parte de la clase dirigente es la agitación y la gresca. Ojalá eso cambia y se dediquen a construir.
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