Estas vías de última generación en Antioquia significan una inversión de más de $ 17 billones en el territorio, que nos llena de esperanza y oportunidades frente a una nueva forma de movilidad desde las regiones a centros de consumo a nivel nacional, puertos, aeropuertos, entre otros; lo que significa desarrollo social y económico.
¿Qué tan preparados estamos realmente para estas nuevas realidades ? Allí seguramente nos llegan inquietudes que debemos buscar solución, aún tenemos instrumentos de Planeación territorial como los POT, PBOT, EOT que siguen desactualizados en su mayoría y no dan lectura a las realidades actuales de los territorios, es más que necesario avanzar en modelos de ocupación modernos donde el eje fundamental sean los ciudadanos, una real articulación de los territorios fortaleciendo los Esquemas de Asociatividad Territorial, la clusterización de las regiones; impulsando sus potencialidades y redefiniendo los usos de los suelos que conversen con las oportunidades que permiten estas inversiones, incluso también cómo nuevas fuentes de ingresos fiscales para los municipios; garantizando la sostenibilidad ambiental que es necesaria para nuestros territorios. Ademas, el cómo asegurar que nuestros municipios queden conectados a las vías 4G es una necesidad innegable, donde muchos aún no lo están, sin duda impulsar circuitos turísticos y circuitos productivos rurales se hacen necesarios para irrigar desarrollo y posibilidades a las familias campesinas.
El departamento de Antioquia tiene concentrado el 62% de su población y más del 66% del PIB en cerca del 2% de su territorio (Area Metropolitana del Valle de Aburra) de manera histórica; lo que muestra un fenómeno de Macrocefalia urbana que nos está limitando en nuestras posibilidades de desarrollo, avanzar en el fortalecimiento de ciudades intermedias, polos de desarrollo regional, modelos de ciudades no conurbadas y territorios inteligentes desde su conectividad vial y tecnológica será la única forma de impulsar territorios de relevo de las grandes urbes y evitar un fenómeno de gentrificación desordenado y poco planeado.
Las brechas urbano/rurales aún nos limitan y debemos propender por territorios con más equidad y mejores capacidades, la coyuntura nos favorece y debemos sumar voluntades políticas, de los privados y la academia para asegurarnos nuevas realidades, manos a la obra…
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