“no se puede mirar hacia el pasado con lentes del continuo presente, porque ello conduce al error.”
Hace ya algún tiempo, un hecho particular llamó mi atención. En la ciudad de Los Ángeles (EE.UU.) decidieron retirar la estatua de Cristóbal Colón en consideración de los nativos, por: “el genocidio que él causó en América, el más grande de la humanidad”. Bajo el estandarte de reivindicar, aun con el peligro que conlleva para las nuevas generaciones no conocer su Historia, su completa historia ¿Sabrá un alemán o un chileno lo mismo que se sabe en otras geografías de sus dictadores?
Lo ocurrido en los Ángeles (al igual que otras partes del mundo) es una muestra clara de que no entendemos las fronteras de la Historia y además las retamos, las estatuas tienen un fuerte peso simbólico y valdría más ver a Leopoldo III de Bélgica bañado en “sangre”, que no verlo. Pero aquí, no queremos entrar en el juego dicotómico de lo que se debe o no hacer, por eso, consideramos, al menos, en el caso de Colón que juzgarlo cinco siglos después es, primero, anacrónico y segundo responde a otras lógicas diferentes (la religión, el sistema político, la organización social) a las de reivindicación de los pueblos originarios de estas tierras occidentalizadas. Sin embargo, como ya destacamos, estas acciones se han puesto a la vanguardia.
Lo ocurrido en los Ángeles (al igual que otras partes del mundo) es una muestra clara de que no entendemos las fronteras de la Historia y además las retamos, las estatuas tienen un fuerte peso simbólico y valdría más ver a Leopoldo III de Bélgica bañado en “sangre”, que no verlo.
Decir que Colón, fue un genocida es atribuirle a él solo una carga muy pesada de subjetividades y hechos. Pero, a todas estas ¿Fue Colón un homicida? La respuesta es: no, pero omitiríamos muchas variables, ignorando, lo que ignoraba Colón, que eran las dimensiones de este nuevo espacio. En las obras bibliográficas que he revisado sobre la conquista y el posterior proceso de colonización (Todorov, La Conquista de América. Elliot J, La Conquista Española y las Colonias de América. Wachtel N, Los Indios y la conquista española. H.B. Johnson, La colonización portuguesa del Brasil), al menos en la América Hispana, no era el objetivo de los conquistadores (guardando algunos hechos y proporciones) exterminar a los nativos, como sí lo eran las especias y los metales preciosos. Por lo tanto, si no se tiene la intención, la claridad y no se busca ese fin (el de exterminar), Colón no fue un homicida. Es confuso, además de complicado el juzgar figuras históricas y mirarlas con lentillas de este tiempo, eso es anacronismo y con las banderas de la reivindicación estamos borrando formas de memoria y lo que eso supone es olvidar la historia.
Las lógicas o imaginarios del Siglo XV, no son las mismas que las del Siglo XXI. Entonces ¿por qué no intentamos conocer de la Historia y sus estructuras de comunicación? La Historia como disciplina es aquella que estudia la sociedad humana en el tiempo y el espacio, por lo tanto, su objetivo principal es el tiempo, bajo la infalible fórmula del pasado. O sea, los estudios resultantes del análisis histórico, o historiografía se edifican sobre parcelas de la realidad en ese sentido, dichos estudios podrían centrarse en observar acontecimientos, coyunturas, y estructuras de larga y larguísima duración.
La sociedad humana vive en constante movimiento, sin embargo, hay cosas que deben mantenerse, al menos, dentro de las estructuras de las ciencias, y una de ellas, es el grado de objetividad con la que se plantean postulados o ideas. Decir hoy, que Colón fue un homicida es desfasado no sólo porque Colón no se bajó del barco a matar a diestra y siniestra, sino porque ese no era su objetivo. Es igual, a decir, (guardando las proporciones), que los españoles con la viruela y otros virus, los malos tratos y la esclavitud de los indígenas bajo la forma de encomienda y mita, no causaron en América el deceso de millones de personas.
Todo hace parte de las escalas de observación y de análisis que se les quieran dar al asunto, pero juzgar el pasado desde el presente es peligroso y más si no se tienen en cuenta 1) la rigurosidad de hacer Ciencia. 2) el correcto abordaje teórico metodológico de las fuentes y 3) los hechos históricos bajo las mediciones que han planteado varios de nuestros teóricos, y que aquí se mencionan someramente. O sea, todo se reduce a la confrontación de fuentes.
La verdad, no me imagino un hecho que busque reivindicar dañando y destruyendo la memoria y construyendo sobre esas bases, divisiones. ¿Se imaginan un movimiento así en Colombia? Que, a su vez, pretenda quitarle el nombre al país, porque nos recuerda la sombra de Colón y de aquellos que con sus acciones causaron tantas cosas negativas en estas geografías.
Si lo que se quiere es reivindicar, eliminando formas que crearon imaginarios arraigados hoy en nuestra cultura deberíamos reconsiderar a quien vamos a culpar, y que es lo vamos a eliminar. Porque Colón resulta ser muy pequeño dentro de estructura del “Imperio en el que no se pone el sol”. Hubo otras instancias, bajo la forma de instituciones que utilizaron a los indígenas de muy mala forma, La Corona Española y La Iglesia Católica, para ello se idearon la encomienda y la mita que consistía en dar cierta cantidad de indígenas a españoles para “ser cristianizados”, pero en la práctica no fue así, sino que eran explotados con trabajo pesado. Esto causó que la población descendiera, al punto de ser devastada, es en ese momento donde mueren lenguas y culturas originarias, para prevenirlo nace el resguardo a finales del Siglo XVI, anotando “Las leyes de Indias” creadas por Carlos IV en favor de los naturales.
No se puede defender lo indefendible y la acción española en la América de estos días es eso, indefendible. Pero los factores que aquí trajeron a los españoles fueron otros y otras fueron sus intenciones, al igual que otros eran sus principios morales, religiosos, económicos y de ley.
Eliminar los monumentos sería eliminar parte de la Historia y el modo en que vivía la sociedad en ese entonces, si bien ahora muchos sostienen que deben ser eliminadas, pero los monumentos representan fuentes históricas y simbólicas fuertes. Se debería hacer más bien un diálogo, igual hay todavía mucha tela por cortar.