La zanahoria embrujada

Por Antonio Sánchez García @sangarccs

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«Hoy no se fía, mañana sí»

Volvemos al lugar del que salimos. Al 4 de febrero, al 11 de abril, al 15 de agosto. Los borbónicos, los que no aprenden, no eran ellos: éramos nosotros. Quien crea que saldrá de este pantanal mediante una zanahoria embrujada, está profundamente equivocado. Merece hundirse en el pantano. El problema es que nos hunde a nosotros.

Recuerdo los dos letreros estratégicamente ubicados en el abasto del barrio. En uno se leía en letras rojas HOY NO SE FÍA. MAÑANA SÍ. A su lado se veía otro letrero de igual tamaño con la imagen de unos gemelos de igual estampa, uno rozagante, rollizo, enjoyado, elegantemente vestido y con impresionante habano en sus labios, bajo el cual se leía la siguiente leyenda: ÉL NO FIÓ. La otra figura retrataba a su morocho, harapiento, flaco y demacrado, calvo y en los huesos, los ojos hundidos en sus cuencas, bajo el cual se leía: ÉL FIÓ. Aplíquelo a la política: los que fían, se arruinan.

Esta filosofía abastera, sobre la que reposan todas las grandes fortunas creadas al calor del intercambio desde que el hombre es hombre, me ha hecho recordar la vieja imagen con la que de niño se nos educaba en el descreimiento y la sospecha ante las promesas políticas: un jamelgo, también en los huesos, trotando a la rastra de una zanahoria sostenida por un villano con una larga vara, para incentivarlo a correr a ver si alcanzaba lo inalcanzable: la zanahoria embrujada.

Sólo el respeto al reiterado ejercicio de la ilusión de las mayorías, acicateada con buenas o malas intenciones por la politiquería nacional, me obligó a guardar silencio ante el abuso abastero con el que los genios del electoralismo vernáculo incentivaron a la población a participar masivamente de las elecciones del 6 de diciembre, dejando de lado toda otra actividad opositora, asegurando que bastaría un notable éxito electoral para que Maduro siguiera el ejemplo que Pinochet dio: abandonar ipso facto el poder y convocar de inmediato a elecciones presidenciales. ¿No fue lo que hizo don Augusto, el dictador? Nuestros presos políticos podrían cantar albricias: el 7 de diciembre estarían en libertad. Temí la estafa, jovial e inconsciente en algunos jóvenes llenos de ilusiones de PJ, y fétida y podrida en algunos sociopolitólogos cercanos a AD que de sólo oír la palabra transición querían jalar del gatillo y soltar una de sus habituales pistoladas.

Henos aquí tras la galopada, echados casi muertos de fatiga, mientras la zanahoria embrujada brinca, cambia de colores y promete otras delicias. Que si un Referéndum Revocatorio, una enmienda constitucional, una asamblea constituyente, la renuncia, una acusación de abandono del cargo y la destitución inmediata. La zanahoria comienza a emitir sus fantásticos efluvios, a ver si el jamelgo encuentra fuerzas para ponerse de pie y reinicia la carrera tras la conquista de la zanahoria embrujada. Ya encontrará otros pretextos para seguir alimentando la frustración y la esperanza. Maduro, no se mueve. Diosdado tampoco. Los presos siguen presos y la Constitución durmiendo el sueño de los justos. ¿Entonces, señores sociólogos que nos aseguran que dictador castrocomunista sale con elecciones?

¿Cómo olvidar el desparpajo con el que Teodoro Petkoff nos echara encima la caballería post soviética por creer en los pajaritos preñados de la victoria electoral de Manuel Rosales? Con una brutal diferencia: Chávez está muerto, Rosales está preso y la paliza del 6 de diciembre fue como la de un canario preñado por un dragón del pleistoceno. ¿Entonces? ¿Cuál es ahora el pretexto? ¿Otra vez los que se abstuvieron? ¿O los radicales? ¿Los crédulos o los incrédulos?

Hemos vivido un cuarto de siglo acoquinados por un monstruo que libró la más insólita de las guerras asimétricas: estuvo autorizado a hacer y deshacer a su aire, sin encontrar una sola resistencia verdadera. Asesinó, burló, saqueó y violó tanto como quiso. Y aún después de muerto sigue haciendo de las suyas a través de quienes heredaron sus latrocinios, amparados por la Carta de las Naciones Unidas, Washington y el Vaticano. Jamás se enfrentó a enemigos verdaderos, capaces de asumir la faena, encadenarlo, lanzarlo a los abismos y condenarlo al olvido. No fue vencido por sus opositores. Fue vencido por sí mismo, el propio Chacumbele. Y sus esbirros siguen saqueando, violando y asesinando, sin encontrar otra resistencia que no sean desafíos a duelos de papel.

Volvemos al lugar del que salimos. Al 4 de febrero, al 11 de abril, al 15 de agosto. Los borbónicos no eran ellos: éramos nosotros. Quien crea que saldrá de este pantano mediante una zanahoria embrujada, está profundamente equivocado. Merece hundirse en el pantano.

Somos Ciudadanos Venezuela

Somos ciudadanos es un movimiento de venezolanos demócratas independientes en busca de retomar los derechos ciudadanos y promover la democracia en Venezuela y Latinoamérica. Nuestra misión es divulgar la violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela, así como la diaria violación de la Constitución Nacional. Difundimos opiniones acorde a nuestros valores ciudadanos y buscamos la interacción masiva con ciudadanos del mundo usando las redes sociales. El objetivo final es retomar la paz y la democracia en nuestra Tierra de Gracia, VENEZUELA.

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