«Nos daremos cuenta de que el principal culpable de la escasez actual en Venezuela no es Nicolás Maduro, como muchos señalan”
Sería una falacia no reconocer que, desde días atrás, partiendo del posicionamiento por parte de Guaidó proclamándose presidente interino del país vecino, el tema principal de cualquier conversación o medio de comunicación es la supuesta falta de democracia en Venezuela y los posibles conflictos internacionales, próximos a abrirse, para terminar de resolver y otorgar una respuesta firme e irrevocable a la pregunta de quién dirigirá, el gobierno de la población soberana … ¿o la potencia petrolera?
Esta situación me hace recordar y viajar a unos meses atrás, cuando surgió la disputa de la declaración de la independencia y constitución como nación de Cataluña, comunidad autónoma de España. Era gran proporción de los catalanes quienes, de manera firme y sentimental, sentían la necesidad de fragmentar y separarse de la España que todos hemos venido conociendo desde tiempos inmemorables y así poder gaudir de unas condiciones económicas, sociales y políticas que, supuestamente, el Gobierno de España negaba o violaba. Múltiples manifestaciones pacíficas, intervención y diálogo entre los independentistas y las personas con ideología distinta y, como no era de faltar, la opinión de políticos y políticas a nivel nacional e internacional. Fueron muchos los políticos que se apoyaron en la necesidad de hacer velar la sagrada Constitución Política de España, quién determinaba y declaraba como ilegal e inaudita la declaración de independencia de cualquier comunidad autónoma. Así pues, aún así teniendo, quizá, la favorabilidad de gran parte de la población costera catalana de España, demostrada haciendo uso de los mecanismos democráticos legales, nada se pudo llevar a cabo.
Me causa sensación de rareza enlazar la problemática española con la que se vive hoy en día en Venezuela. En primer lugar, ver la opinión de determinadas figuras políticas pidiendo a gritos la intervención militar en las fronteras venezolanas para terminar, de una vez por todas, con la supuesta dictadura que tanto daño está haciendo a la población venezolana. Figuras políticas que, meses atrás, se manifestaron en contra de la promulgación y constitución estatal de Cataluña, aún así habiendo recurrido a todos los mecanismos democráticos que expide cualquier constitución pero, sin embargo, solicitan y creen conveniente la intervención al país aquí tratado, eso sí, saltándose por los aires la democracia y los mecanismos democráticos. ¿Incoherencia? no lo sé, ¿intereses políticos? probablemente. Como mencionó Juan Carlos Monedero, político y profesor universitario español ‘’ingenua la persona que rechaza la independencia de Cataluña totalmente demócrata y, ahora, piden a gritos la destitución de un político elegido ‘democráticamente’ mediante la guerra y la invasión militar exterior.’’
También, a pesar de que quizá pueda causar polémica y angustia mi forma de pensar, pienso que estamos cayendo en el juego de la demagogia y difamación pública a cargo de la gran mafia de comunicación, tanto nacional como internacional que, como sabemos, siempre irán a favor de aquellos intereses políticos que anteriormente mencionamos. Hagamos un repaso en la historia social y económica de Venezuela y nos daremos cuenta de que el principal culpable de la escasez actual en Venezuela no es Nicolás Maduro, como muchos señalan. No es un secreto, o así considero yo, los múltiples bloqueos económicos que, desde años atrás, viene viviendo Venezuela, bloqueos que le imposibilita a una nación débil y dependiente de dichas fuerzas económicas, lograr una evolución económica nacional coherente y necesaria para la ciudadanía venezolana. Tachar al sistema político implementado en un país o tirar la patata gorda sobre una persona, no me parece lo más oportuno.
Sin embargo, y en eso sí estaremos de acuerdo todos, es en las intervenciones por parte de Nicolás Maduro para no hacer funcionar la nación bajo regímenes de democracia necesarios y tan aclamados por los y las venezolanas. Y, entre todo, me sigo preguntando … ¿realmente están los países externos preocupados por la situación social y económica de Venezuela o, en su lugar, ven una oportunidad de negocio?