La silla vacía: el factor Fico en la crisis financiera de la UdeA

Se pensó como un hecho político pero se terminó convirtiendo en un hecho mediático: una silla vacía como metáfora alusiva a la ausencia del alcalde Federico Gutiérrez. Una imagen potente que rápidamente se viralizó en redes sociales dando por sentado -entre ingenuos e incautos- que al alcalde no le interesa en lo absoluto la crisis que viene hundiendo a la Universidad de Antioquia. Quisiera ser más objetivo y menos metafórico en esta columna -a sabiendas de que seré tildado de fiquista redomado-, porque considero que el hecho mediático de una silla vacía solo fue una salida de mal gusto que en nada contribuye a generar confianza para que el Distrito entienda que su rol es clave para salvar a la UdeA.

Y vamos a lo que es objetivo: el Distrito de Medellín no tiene ninguna responsabilidad legal para generar aportes a la base presupuestal de la Universidad. Ninguna. Así lo establece la Ley 30 de 1992 y de ahí que ningún alcalde, ni siquiera aquellos que egresaron del Alma Mater -siendo Daniel Quintero el más infame entre los infames-, se haya interesado en promover alguna modificación legal o vía acuerdo para hacer lo contrario. Como alcalde, Federico Gutiérrez no tiene esa obligación legal y tampoco debe asumir responsabilidad de ningún tipo -al menos, en relación a la actual crisis financiera- ante una Asamblea Multiestamentaria.

Fico no iba a asistir en primera persona al Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo y además tampoco se sentaría ante un auditorio donde sabe su figura propicia rechazo y hostilidad. ¿Entonces, por qué generar un hecho mediático sobre su inasistencia?

Ahora bien, el rol del alcalde Federico Gutiérrez para encontrarle una solución inmediata y sostenida a la crisis financiera de la UdeA, si la voluntad política y la sensatez así lo permiten, resulta siendo crucial. Tan solo hay que observar las siguientes propuestas de la Bancada Antioqueña en el Congreso de la República:

-Inversión a la base presupuestal: Un aporte de inversión anual del Distrito a la Universidad de Antioquia de 20.000 millones de pesos.

-Exención del impuesto predial: La universidad paga alrededor de 1.300 millones de pesos por concepto de impuesto predial al trimestre.

-Tarifa diferencial para el pago de servicios públicos: Que EPM establezca una tarifa preferencial para la Universidad que paga anualmente 18.000 millones de pesos en servicios públicos.

Cada una de esas medidas, dependen, única y exclusivamente, de la voluntad política del Distrito. Si el alcalde Gutiérrez no se sienta en la silla, pero no la silla que tendenciosamente le instalaron en la Asamblea multiestamentaria, sino en una desde la cual vea el aporte histórico del Alma Mater a la ciudad y a la región; donde vea la importancia de aunar esfuerzos para sacar el mayor proyecto social y cultural de la historia antioqueña de su peor crisis; donde vea parte de su legado para los jóvenes del país, será difícil que acceda así sea a aquella pretensión mínima del impuesto predial.

Considero que la actual situación amerita de sensatez y de respeto, al alcalde Gutiérrez no lo conozco en persona y nunca he votado por él, pero no desconozco sus funciones; sé que no tiene responsabilidad legal para buscar mecanismos que desde el Distrito le generen aportes a la base presupuestal de la Universidad, aunque estoy seguro de que sí es consciente, como dirigente que se formó en el Consejo de Juventud en los noventa, que pasó en dos oportunidades por el Concejo y actualmente en su segundo periodo en la alcaldía, de la trascendencia de la UdeA como proyecto social y cultural.

Ahora, si tiene voluntad política, puede contribuir a sostener ese proyecto, lo que sin duda -y no me importa si se toma a mal lo que voy a decir- formaría parte de su legado para el Distrito, para Antioquia y para el país.

A Fico le reconozco que nunca ha echado mano de la UdeA para conseguir votos, como si lo hizo el nefasto Daniel Quintero, el mismo que repartía volantes en las entradas del Campus vendiéndose como “un hijo de la universidad pública”. Fico tal vez sí ha caído en comentarios que evidencian desconocimiento y profunda estigmatización con las complejas realidades que habitan en la Universidad. Pero al menos no se puso la camisa de la UdeA para conseguir votos e inmediatamente autorizar el ingreso del Esmad. Dicho personaje fue elevado a la condición de persona non grata por la Asamblea de estudiantes y nada hizo para apoyar a la universidad durante su desastrosa administración.

Volviendo al asunto, la silla no debería estar vacía cuando se trata de salvar a la UdeA, pero ese no era el espacio, ni el lugar, ni el momento. Confió en que el alcalde pueda ocupar la silla en el espacio, en el lugar y en el momento que sí le corresponden. Vuelvo a repetir: en este momento debe primar la sensatez y el respeto.

Adenda.

En medio de la crisis parece que varios sectores al interior de la universidad están jugando a tumbar al rector John Jairo Arboleda. Aclarando que nunca lo apoyé en su tercera aspiración y que cuestioné la forma como la entonces Secretaria General presentó los resultados de la consulta, no sé eso en qué contribuya a resolver la crisis. Algunos intereses personales, mezquinos y degradados, se sobreponen sobre el rescate de la Universidad como institución. Quieren ver a la UdeA intervenida como si de una EPS quebrada se tratara. Tengo claro que la UdeA no es John Jairo. No me prestaré para esos juegos siniestros dado que mi rol como un verdadero hijo de la universidad pública es el de ser -siempre, en la medida de lo posible- un constructor de puentes.

Nuestra Alma Mater no merece menos.

Fredy Chaverra Colorado

Politólogo, UdeA. Magister en Ciencia Política. Asesor e investigador. Es colaborador de Las2orillas y columnista de los portales LaOrejaRoja y LaOtraVoz.

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