La seguridad y la convivencia de Medellín deben ser un asunto colectivo e integral. Convoque a los diálogos de ciudad, alcalde.
Medellín ha vuelto aumentar sus cifras de muerte violenta por homicidio. Desde 1991 hasta 2015, con excepción de algunos meses en 2008 y 2009, esas cifras venían disminuyendo. Y han vuelto a aumentar durante los dos años y medio que llevamos de la alcaldía de Federico Gutiérrez (su período empezó el 1 de enero de 2016 y terminará el 31 de diciembre de 2019).
Federico fue Consejero Municipal de Juventud (1999), Concejal de Medellín (2004 – 2011) y asesor en seguridad de gobiernos en varias ciudades de Latinoamérica. Durante su segunda campaña a la alcaldía, la que ganó en octubre de 2015, fue muy crítico con el entonces alcalde Aníbal Gaviria, y en especial fue muy crítico por su abordaje de la seguridad. Pueden ver en las imágenes de este este artículo algunos de los mensajes que mandó por twitter entre 2003 y 2015.
El fracaso hoy de las estrategias de seguridad de la Alcaldía de Medellínno es responsabilidad única del alcalde ni de su equipo. Su fracaso no le conviene ni a la ciudad, ni a su gobierno, ni al propio alcalde, por supuesto, quien espera que su gestión en Medellín sea una plataforma fundamental en su carrera política a futuro (y tiene espacio: Federico tiene hoy solo 44 años y, a pesar de los resultados de su gestión en seguridad, tiene la más alta popularidad entre los alcaldes de Colombia).
Desde muchas organizaciones sociales, territoriales y sectoriales se le ha pedido al alcalde y a su equipo una mayor disposición al diálogo, al análisis compartido, a la búsqueda de soluciones colectivas para un asunto que, como el de la seguridad y convivencia, depende de múltiples factores y de toda la ciudadanía. La alcaldía se ha encerrado en sí misma, ha estado poco dispuesta a esos diálogos, a escuchar otras opiniones. O peor: ha descalificado duramente otras opiniones cuando son contrarias a su pensamiento y acción. Y no solo las ha descalificado: en algunos momentos ha llegado a tratar de acciones criminales las acciones de activismo que jóvenes de Medellín han hecho para sensibilizar a la ciudadanía sobre los hechos violentos que se vuelven, desafortunadamente, parte del paisaje. Opinar diferente no significa ser enemigo, pero muchos directivos actuales del equipo del alcalde, y el propio alcalde, parecen pensar que sus enemigos son quienes piensan y opinan diferente.
De nuevo le decimos al alcalde y a su equipo: hay otras lógicas, otros puntos de vista, otras maneras de analizar, entender y enfrentar la grave crisis de inseguridad que ha vuelto a vivir Medellín. Nadie tiene en este asunto la última palabra. Nadie debe sentirse como el que tiene la clave para mejorar la seguridad y construir la convivencia, y menos en este siempre intenso y dramático país, atravesado históricamente por todas las violencias y todas las iniquidades.
De nuevo le decimos a Federico Gutiérrez y a su equipo, a todo su equipo pues la seguridad y la convivencia son responsabilidad de todo el gabinete y no solo de la Secretaría de Seguridad, que acepten lo que el propio Federico le proponía hace 5, 4 y 3 años al anterior alcalde. Solo eso pedimos hoy: coherencia entre lo que dijo el Federico Gutiérrez candidato con lo que debe y puede hacer hoy el Federico Gutiérrez alcalde.
El asunto es de todos, alcalde. El desafío es de todos, alcalde. Y para un problema tan grave, alcalde, las múltiples soluciones y propuestas deben caber en la agenda de la Alcaldía de Medellín.
Si alguna marca tiene esta ciudad hoy, si algo la ha diferenciado y hecho especial durante años, es el diálogo entre todos los sectores de la sociedad: entre empresarios, organizaciones comunitarias, iglesias, universidades públicas y privadas, ONG y los tres niveles de gobierno.
La seguridad y la convivencia de Medellín deben ser un asunto colectivo e integral. Y transparente.
Alcalde: Convoque a diálogos permanentes y colectivos, para conversar, juntos, sobre diferentes formas para hacerle frente, colectivamente, a esta crisis de seguridad y a la necesaria construcción de la convivencia como, esa sí, ojalá futura marca de Medellín. Es lo que usted le reclamaba a Aníbal Gaviria. Hoy, alcalde Federico Gutiérrez, se lo recordamos y se lo reclamamos.