La reforma a la salud, una guillotina que se va desafilando.

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“El gobierno no se va a sepultar, electoralmente hablando, producto de la ingobernabilidad generada por un tema tan coyuntural como lo es el Sistema de Salud, en especial porque, aunque bueno para algunos o malo para otros, funciona, y porque es evidente que el presidente primero pondrá su cara pragmática de viejo zorro político, esa cara que de hecho ya tiene el “cuero bien curtido” por tantos años en la oposición”


Todas las revoluciones tienen su guillotina y aunque no podemos decir que el Gobierno del Cambio de Gustavo Petro es una verdadera revolución, si podemos decir que ha revolucionado la política nacional, o por lo menos es la intención que ha estado en la expectativa de sus votantes. Sus ministros, en especial sus ministras ─algunas de ellas─ llegaron con sus guillotinas bien afiladas, con la intención de cortar muchas de las cabezas “intocables” en importantes y distintos sectores sociales, económicos y políticos del país.

Hasta ahora, de las transformaciones que el presidente ha querido implementar, aparte de la reforma tributaria que pasó de forma aplastante por el congreso, sólo conocemos la reforma a la salud que recientemente se presentó después de una buena peluqueada, ─como cuando se acomodaba la cabellera de los condenados a la guillotina en la revolución francesa, máquina que irónicamente fue creada por un tristemente célebre médico, Joseph-Ignace Guillotin, dizque para hacer más efectivo el principio de igualdad ante la muerte─ que incomodó, no solo a la ministra, sino a un sector grande de ciudadanos que querían ver las cabezas de las EPS´s rodando sin vida.

La crisis no se hizo esperar al interior del gobierno de coalición, en especial de los sectores de centro ─no sé si de centro derecha o de centro izquierda, la verdad─ en cabeza del exministro Alejandro Gaviria de quien ya conocemos su otrora protagonismo en la cartera de salud.

Pero, esa gran cuchilla afilada que se supone iba guillotinar a las EPS´s, y con ello cambiar estructuralmente el Sistema de Salud para devolverle el carácter público que se perdió con la ley 100, parece que ha ido perdiendo su filo en las sesiones de conciliación en el congreso y al interior del mismo gobierno, producto del lobby y de las presiones políticas de la misma coalición y de los sectores gremiales de las aseguradoras y otros gremios que eventualmente se podrían ver afectados por la redistribución de funciones, como es el ejemplo de la ANDI y el gremio financiero.

Las fuerzas políticas que se mueven por debajo de la mesa de los congresistas, y que además gravitan sobre el presidente, hacen suponer que las sesiones de peluquería a la que se someterá la reforma a la salud será un verdadero cambio extremo. Lo que entró va a ser muy diferente de lo que va a salir ─hay un run run que dice que la ministra se va si eso ocurre, pero esto es solo un chisme, no me presten atención─ para decepción de muchos y tranquilidad de otros tantos. Esto lo digo a juzgar por los signos que se ven y por algunas fuentes consultadas.

Me temo que las EPS´s, que son instituciones altamente burocráticas, costosas e innecesarias para un sistema que busca reencontrar el protagonismo del sector público, no solo van a quedar sino que van a manejar el aseguramiento del componente privado del Sistema de Salud ─a mi juicio, y este es un mero vaticinio─, los regímenes contributivo y subsidiado van a desaparecer de forma nominal, de modo que se diferenciarán dos esquemas de aseguramiento: el público y el privado. El primero a cargo de los entes territoriales, con un pagador único y con una relación directa del flujo de recursos por parte del ADRES, soportados por la red de prestación pública, y el segundo a cargo de las EPS´s, soportadas por la red de prestación privada que han consolidado en el transcurso de treinta años de negociar con la salud de los colombiano y con un pagador que aún es incierto porque el pulso por este punto aún no acaba.

El gobierno no se va a sepultar, electoralmente hablando, producto de la ingobernabilidad generada por un tema tan coyuntural como lo es el Sistema de Salud, en especial porque, aunque bueno para algunos o malo para otros, funciona, y porque es evidente que el presidente primero pondrá su cara pragmática de viejo zorro político, esa cara que de hecho ya tiene el “cuero bien curtido” por tantos años en la oposición.

Lo que sí parece que va a mejorar son las condiciones laborales de los trabajadores de la salud, pero para esto hay que esperar a ver que va a pasar con la reforma laboral.

Los cambios en el Sistema de Salud vendrán, pero no como muchos creen y esa guillotina desafilada será guardada para evitar que, como cronos, la revolución mate a sus propios hijos.


Otras columnas del autor en este enlace:  https://alponiente.com/author/sanderslozano/

Sanders Lozano Solano

Médico y Cirujano de la Universidad Surcolombiana y Abogado de la Universidad Militar Nueva Granada, es Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Magíster en Educación. Experto en responsabilidad médica, se ha dedicado en los últimos años a su verdadera pasión: la academia y la escritura.

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  • Para los políticos y sus gerentes de pacotilla en el sector salud, los pacientes son iguales a facturas – no a seres humanos con enfermedad buscando consolación u cura de enfermedad. Al cesar lo del cesar y a Dios lo de Dios!