Sigue la discusión sobre fraude versus abstención, una discusión a puerta cerrada, mejor dicho, a celda cerrada, se trata de una cárcel. Se ignora (y se tapa) un solo hecho simple, el cual basta y sobra para descubrir todo el circo: el CNE nunca fue tocado por la AN. Mientras tanto, sigue la discusión bizantina «fraude vs abstención» que solo alimenta la distracción dentro del penitenciario.
La discusión post-elecciones sobre culpas y responsabilidades, distrae de los verdaderos hechos, todos hechos fatídicos.
Aquí la lista nefasta:
- Queda demostrado el dominio absoluto del régimen, sobre un sistema electoral que puede generar los resultados que se necesiten, sin importar los índices de sufrimiento en la población. Habrá por lo tanto elecciones al «viejo estilo directo», hasta que vía constituyente el estado comunal ponga en práctica su propio sistema de elecciones colegiadas.
- El dominio es tan absoluto que el ente rector del sistema electoral es intocable, la abstención de toda acción real de la AN contra el CNE, la verdadera abstención que tenemos como viga en el ojo, lo demuestra.
No hay nada, nada más abstencionista, que la Asamblea Nacional. Se entiende ahora, ¿Por qué el resultado electoral que la generó fue una concesión sin riesgos por parte del régimen?
- A estas elecciones recién concluidas, una parte de los partidos de la MUD llevaron al matadero al resto, fue una emboscada. Hay otros partidos «que son más iguales que otros» en esta granja. Sin duda, hay otros pactos, más allá de los pactos visibles de «unidad».
- Esto significa una sola cosa: en las presidenciales todos los candidatos serán del sistema, la cuadratura gatopardiana perfecta, el candidato de oposición siempre será de oposición, contra nosotros.
Ni régimen ni oposición, ES UN SISTEMA. La tiranía, es el más perfectible de los sistemas.
El surgimiento de una verdadera oposición llevará tiempo, no hay nada listo, no hay líderes listos, no hay organizaciones, salvo egos más o menos «organizados» en permanente turgencia mediática. Esta no es una competencia de relevos, sobre todo porque este país será determinado desde fuera, una vez más.
Ya expliqué eso en artículos anteriores, «aquí ya no pintamos nada».
La eficacia de toda verdadera oposición al régimen chavista, será determinada por alineaciones externas que solo pueden ser trabajadas, a ritmos que poco tienen que ver con «emergencias humanitarias», y que dependen de una complejidad geopolítica que se encuentra en los preliminares al acto de complicación, mejor ni les comento cuanto tiempo se lleva eso, cuántas tragedias se lleva eso.
Sospechen de todo el que prometa o clame por «velocidad», más aún si lo anuncia públicamente para mejor aviso al enemigo, desconfíe de esas sirenas que quieren llevarlo al conflicto deseado por ese enemigo, y para el cual está más que preparado. Si alguna lección debería extraerse de la sangre vertida en los meses de agitación callejera, es esta.
Así como en psicología hay «fases del duelo», en Venezuela se viven «fases de negación/ilusión/ira/frustración» a cada de una de esas fases sirve una oposición circunstancial, que no ataca al sistema sino a estos ciclos, hay que salirse de este determinismo que además posee una característica maligna: nos hace ver como local, lo que es global.
La puerta ha sido cerrada, y solo podrá ser abierta desde afuera.