“Los medios comunitarios, de interés público y comerciales independientes y alternativos de las regiones de Colombia hacen patria llevando el mandato constitucional de la libertad de expresión y la descentralización de la expresión nacional. La Resolución 415 de 2010 del MinTIC han sido de las mayores políticas públicas de medios de comunicación, pero hace falta claridad en lo futuro.”
La implementación de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno saliente de Colombia con las FARC –que pasó de ser movimiento terrorista y narco a partido político- que incluye una democratización de los medios de comunicación, que se traduce en plazas de espectro y medios oficiales o concesiones a las diferentes expresiones radiales, televisivas y de prensa digital que tenían en la clandestinidad y en el exilio –ejemplo la emisora Café Estéreo ubicada en Estocolmo, Suecia, que se podía sintonizar en la radio en un dial como aquí en Bogotá sintonizar Olímpica Estéreo o Caracol Radio; o en Medellín Estrella Estéreo o La Voz de Antioquia-, que no es más que retroceder viente años, a cuando teníamos solo tres canales públicos en Colombia, donde cada grupo político tenía su propio noticiero –incluso el M-19 tuvo el suyo AM/PM)- y había un contexto informativo centralista, politizado, atomizado y confuso para la opinión, pero unificado alrededor del poder y sus facetas. Parafraseando al Presidente Gaviria: ¿bienvenidos al pasado?
En contraste con la línea editorial de mi diario EL NODO COLOMBIA, yo no veo problema a que las FARC e incluso los elenos tengan sus medios, pero solo digo: ¿y por qué los sectores de centro derecha y derecha no pueden tener los suyos? ¿Hay acaso una estigmatización sobre el talento o capacidad profesional de las artes escénicas y de la comunicación social dentro de los profesionales militantes o seguidores de una ideología o partido? ¿Acaso los medios públicos no deben representar al Estado compuesto de todos los ciudadanos, en especial el Congreso que tiene bancadas de todos los espectros ideológicos? Creo que es un deber moral y en favor de la institucionalidad colombiana que los que manejamos humildemente el oficio y baluarte profesional de ser periodista para organizar, promover y presentar al nuevo Gobierno y al Congreso un sistema descentralizado de medios regionales, para que haya dignidad de recursos técnicos, económicos y profesionales, además de apoyar la tarea informativa y de cumplimiento de los mecanismos de participación ciudadana. Esa es una forma realista de proteger a los líderes sociales, promover la implementación de las zonas de desarrollo especial en las zonas de conflicto y proponer caminos diferentes a la criminalidad y la marginalidad en toda la Nación.
Lo anterior no es oficialismo al nuevo Gobierno, es sentido común.
Medellín ha sufrido la violencia y el Conflicto Social Armado como pocas ciudades capitales en Colombia. Ejemplo mundial sin duda de construcción de paz y desarrollo integral.
¿Cuándo comenzamos ciudadanos antioqueños, en especial del Valle de Aburrá y Oriente?