La Paradoja de las Elecciones en Colombia: Partidos Fragmentados y Candidatos Personalistas

«Las elecciones en Colombia son un reflejo de la complejidad de la sociedad, donde la personalización extrema de la política y la fragmentación de partidos desafían la calidad de la democracia y la cobertura mediática, alejándonos de las ideas y soluciones necesarias para el futuro de nuestro país.»


Las elecciones en Colombia representan un punto crucial en el calendario político, en el cual se definen los destinos tanto de las regiones locales como del conjunto de la nación. Sin embargo, se plantea una interesante paradoja en este contexto electoral: mientras que las elecciones para los cargos de alcaldes y gobernadores suelen atraer una considerable atención mediática, las elecciones destinadas a conformar concejos municipales y asambleas departamentales tienden a pasar desapercibidas en gran medida. ¿Cuál es la razón subyacente a esta disparidad de cobertura mediática? La respuesta a esta cuestión puede encontrarse en un sistema político colombiano que se distingue por la fragmentación de partidos políticos y una arraigada cultura de candidaturas personalistas.

En Colombia, la política es un escenario diverso y en constante evolución. Cada elección es un reflejo de la complejidad de la sociedad colombiana y su deseo de influir en su futuro. Sin embargo, como se ha venido mencionando, existe una tendencia preocupante en el sistema político colombiano que tiende a restarle importancia a las elecciones a concejos y asambleas departamentales, en comparación con las elecciones para cargos como las alcaldías y las gobernaciones. Esta tendencia se basa en un sistema político profundamente personalista, que pone en primer plano a los candidatos individuales en lugar de los partidos políticos. Un ejemplo revelador de esta dinámica son las recientes elecciones a la asamblea departamental de Antioquia que se llevarán a cabo el 29 de octubre del 2023, donde la mayoría de los candidatos se lanzaron por voto preferente, promoviendo una disputa individual y personal en lugar de una basada en partidos. Este fenómeno, combinado con la atomización de partidos en Colombia, plantea desafíos significativos para los medios de comunicación y la calidad de la discusión política.

En las elecciones locales, una de las cuestiones que a menudo pasa desapercibida es el tipo de lista en la que los candidatos eligen competir. El reciente proceso electoral para la Asamblea Departamental de Antioquia ilustra esta dinámica. De las 17 listas presentadas, solo 2 se lanzaron por voto no preferente o listas cerradas, en las que las curules se asignan según el orden del listado. Por el contrario, el 88% de las listas optó por voto preferente, lo que significa que los electores pueden votar directamente por el candidato de su elección en lugar de por un partido o una lista cerrada. Esta elección de listas abiertas fomenta una competencia individualizada en la que los nombres de los candidatos brillan más que cualquier afiliación partidista.

Si bien la capacidad de los candidatos para conectarse directamente con los electores es una parte esencial de la democracia, la personalización extrema de la política colombiana plantea desafíos significativos. Los electores pueden perder de vista las propuestas partidistas y la plataforma política detrás de los nombres en sus papeletas. Además, los candidatos se ven obligados a destacarse no por la calidad de sus propuestas políticas, sino por su capacidad para promocionarse como individuos.

Otro elemento que contribuye a la falta de atención a las elecciones locales es la creciente atomización de partidos en Colombia. La concesión constante de personerías jurídicas por parte del Consejo Nacional Electoral ha llevado a la proliferación de minipartidos, cada uno compitiendo por su porción del electorado. Esta fragmentación dificulta la identificación de propuestas políticas claras y diferencias sustanciales entre las agrupaciones políticas. En lugar de colaborar por el bien común, muchos líderes políticos parecen centrados en consolidar su propio vehículo electoral.

La atomización de partidos y la personalización de las campañas dificultan la labor de los medios de comunicación. La realización de debates y la cobertura mediática de todas las contiendas se vuelven complicadas debido a la proliferación de candidatos y listas. Los medios deben decidir cuáles candidatos y listas merecen una atención especial, lo que a menudo deja fuera a actores relevantes que simplemente no tienen suficiente visibilidad.

A modo de conclusión, las elecciones a concejos y asambleas departamentales son cruciales para el sistema político colombiano, ya que representan la base de la toma de decisiones locales y regionales. Sin embargo, la tendencia hacia un sistema político personalista y la proliferación de partidos políticos han llevado a una disminución en la atención y la cobertura mediática de estas elecciones. Para fortalecer la democracia y garantizar una representación efectiva, es esencial encontrar un equilibrio entre el enfoque en los candidatos y en los partidos. Esto podría implicar reformas para promover la consolidación de partidos y coaliciones sólidas que ofrezcan alternativas políticas claras y se traduzcan en propuestas de gobierno concretas. Solo entonces podremos enfocarnos en el corazón de la política: las ideas y las soluciones para los desafíos que enfrenta Colombia a nivel local y regional.

María Camila Flórez Ruiz

Tengo 22 años y estudio Ciencia Política en la Universidad de Antioquia.

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