Al Poniente conversó con uno de los cantautores más importantes de España, Pedro Guerra, acerca de su carrera musical, sus canciones, poesía y su visión de la vida.
¿De dónde vienen esas ideas que vuelves canciones? ¿A dónde se van esas palabras que no se quedaron? Como dice la canción de Silvio Rodríguez.
Las canciones están en todas partes, no pienso que las ideas estén en un sitio específico, hay canciones que surgen de las relaciones de pareja, de las relaciones sociales y lo que sucede socialmente, hay canciones que tienen que ver con la vida cotidiana. A dónde van las palabras… no lo sé. Supongo que en muchos casos su destino es llegar al que está al otro lado escuchando, que la canción por alguna razón conecte con alguien que está al otro lado.
Escribes en tu canción “Quisiera saber” que sabes que el sol es de luz y fuego, pero te preguntas ¿Cuándo no se sufre? ¿Has respondido esa pregunta?
Creo que es una pregunta sin respuesta, el sufrimiento es inevitable, todo está en la relación entre los contrarios, es en lo que se fundamenta el mundo y la vida. Si no conociéramos el sufrimiento tampoco sabríamos lo que es el placer, de la misma manera que si no conociéramos el blanco no sabríamos cómo es el negro. Es una pregunta que yo hago para reflexionar sobre el sufrimiento. Pero es una pregunta que no tiene respuesta.
Hay mil maneras de derrotar un hombre, ¿cuántas hay de salvarlo y cómo?
Yo creo que si hay mil maneras de derrotarlo hay mil de salvarlo. Se le puede salvar de muchas maneras, pero es verdad que, con amor, con fraternidad, con cariño, con delicadeza, con muchas de estas cosas se puede salvar una persona.
¿Sientes que te faltó algo por decir en tu carrera musical?
No, porque no siento que ya dije todo lo que tenía que decir, me falta mucho por decir, pero también siento que tengo mucha vida y mucha carrera por delante. Entonces espero que me dé tiempo de cantar a todas aquellas cosas a las que me gustaría cantar, seguro que sí, espero que sí.
¿A quién le debes una canción?
He escrito canciones a muchas cosas, no sé exactamente a quién le debo, pero hay temas que todavía no han encontrado la vía de una canción, hay temas que van surgiendo sobre la marcha, la realidad también va marcando. Escribí a muchas cosas que me apetecían, en realidad las canciones que no he hecho es porque no me han surgido todavía en el momento. Canté a todo aquello que me fue surgiendo y me fue apeteciendo.
Tu papá cantó un tango para vivir ¿Qué tango es imprescindible?
No sé si hay un tango imprescindible, eso lo escribí porque a mi padre le gustaba cantar y cuando yo era pequeño lo escuchaba, él lo hacía de manera completamente amateur, y bueno, yo crecí escuchando esa música y fue parte de mi primera formación como músico, como cantante, mi padre siempre cantaba “el día que me quieras” de Carlos Gardel, esa música jugó un papel importante en mi vida.
¿De dónde viene la expresión dragones verdes?
Es una manera de hablar de los ojos verdes.
Escribiste una canción que se llama “Mujer que no tendré” ¿A quién se la dedicaste?
Esa es una canción que escribí hace mucho tiempo, está en mi primer disco golosinas. No se la dediqué a nadie en concreto, mas bien se la dediqué a una mujer que vi una noche en un sitio, en una especie de terraza de verano, yo la imaginé como a alguien inalcanzable y por eso directamente escribí la canción.
En “Huesos” hablas sobre una cruda realidad social que se vivió en España. En Colombia tuvimos un conflicto de más de 50 años que ha llegado a su fin ¿cree que la canción aplique para nuestro contexto?
La canción en concreto tiene que ver con la memoria histórica. Sí, en realidad sé que hay mucha gente en Colombia que busca a sus familiares que murieron durante el conflicto y no saben dónde están sus restos. Sé que de alguna forma se reclama poner la verdad sobre la mesa para que la gente puedan encontrar los restos de sus familiares y darles una muerte digna. Eso es lo que se busca en España, que los desaparecidos o los muertos por el franquismo, porque el franquismo los asesinaba y los enterraban en fosas comunes o en cunetas en la carretera, sean encontrados. Por supuesto que para toda esta gente en Colombia que de alguna forma están reclamando la búsqueda de sus seres queridos para darles un entierro digno, para saber en qué lugar están, en qué lugar le pueden llevar una flor, la canción sí es aplicable. Claro que sí.
Pedro, un poema que nunca quisieras olvidar.
Hay muchos, la poesía a mí me sirvió mucho desde que era pequeño y empecé a escribir mis primeras canciones. La poesía siempre estuvo ahí como una herramienta de aprendizaje, ver a los poetas me ayudó a escribir mis canciones, hoy estoy aquí en Medellín para presentar mi libro de poemas, en realidad no vengo a cantar, vengo a presentar un libro de poemas. No quiero olvidar la poesía en general, es el lugar en el que yo siempre me sentí tremendamente bien.
Tienes un trabajo que se llama «La palabra en el aire» con Ángel González y él tiene un poema que se llama “para que yo me llame Ángel González”, ¿Qué tuvo que pasar para que hoy sea Pedro Guerra?
Más o menos lo que cuenta Ángel González también, yo creo que al final uno es el resultado de una especie de río que atraviesa el tiempo, de personas que se van transmitiendo, es incluso una cadena genética que te emparenta atrás, abuelos, bisabuelos tatarabuelos y al final uno es la mezcla de todos esos pedazos que se van heredando y se van transmitiendo de padres a hijos.
Retamar tiene un recital con Silvio Rodríguez en la Casa de las Américas y recita un poema que se llama “otro poema conjetural”, donde el hace hablar a Borges y dice que habría cambiado todas esas páginas perfectas por haber besado labios que nunca besó. ¿Cambiarías tus canciones por alguna otra cosa?
No, en lo absoluto. Desde que tengo 16 años me dedico a la música y escribo canciones y las canto, para mí mis canciones son mi profesión, pero también de alguna manera son mi vida y no cambiaría esta vida por ninguna otra.
¿Con qué artista que ya no nos acompaña en esta vida hubiera querido grabar?
Pues hay un artista argentino, que me gusta mucho que es Luis Alberto Spinetta y lo admiré siempre mucho, la muerte de Spinetta fue muy temprana, muy sorprendente, probablemente con Spinetta me hubiera encantado.
¿Cuál te hubiera gustado grabar?
Tiene muchas, plegarias para un niño dormido, Maribel se durmió…
¿Formaría un tributo con la hija de Spinetta, Vera?
No lo sé, no es algo que este en mí, pero, en fin, sí que me encanta Spinetta.
Silvio tiene una canción que se llama “debo partirme en dos” donde dice que se queden sentados los intelectuales, tienes canciones netamente del amor que la gente escucha y se enamora, pero también tienes canciones con una reflexión muy profunda, ¿Crees que esa frase aplica para ti, esas canciones pueden partirse en dos?
No, creo que no, porque esa canción de Silvio tenía como un tono irónico, mis canciones no se deben partir en dos, yo canto lo que canto y el que quiera escuchar lo escucha y el que no pues… tampoco me preocupa. Entiendo que hay gente para todo y las canciones también son para momentos, hay momentos en que mis canciones pueden servir, pero entiendo que para otros momentos es mejor bailar el “despacito” de Luis Fonsi. Tampoco le voy a pedir a la gente que esté todo el día escuchando música súper intensa, creo que debe haber momentos para cada cosa.
Y si pudieras hacer que una canción de Pedro Guerra superara «despacito» en las listas de reproducción, ¿Cuál crees que deberían escuchar?
Está bien tener un éxito de esos nivéleles, pero prefiero tener menos éxitos que sean más duraderos, porque todo eso es muy fugaz.
No por el éxito, sino por la intensidad del mensaje.
Bueno, yo creo que contamíname es una canción mía que llegó bastante lejos no tanto en mi vos como cantada por Víctor Manuel y Ana Belén, y creo que esa canción tiene un mensaje muy necesario.
¿Por qué esa nostalgia de los cantantes españoles por Latinoamérica?
Creo que lo que nos pasa con Latinoamérica es que recibimos mucho cariño cuando venimos, entonces agradecemos ese cariño. Es verdad que aquí sucede algo que en España no sucede y es que allí los artistas suben y bajan, vienen y se van, pero en América hay una permanencia en el tiempo. La última vez que estuve en Medellín ya fue hace unos años, pero yo siento que, aunque dejé de venir durante unos años la gente no deja de escucharte ni se olvida, aquí en Colombia la gente es tremendamente cariñosa y acogedora y yo creo que agradecemos eso porque sentimos que en Latinoamérica se crean unos espacios para nuestras músicas, para nuestras canciones y se nos quiere mucho.
Hay un poeta colombiano que se llama Gonzalo Arango, dice que escribimos para ponerle a los calvos los pelos de punta, ¿Para qué escribe Pedro Guerra?
Yo escribo para ser escuchado, para compartir con la gente mis preocupaciones, mis angustias, mis alegrías. Escribo también por necesidad y escribo como otros básicamente como una manera de comunicarme. Siento que a través de las canciones puedo concretar mensajes y pensamientos que, si tuviera que hablarlos sería más complicado, entonces pienso que éste vehículo de comunicación es el motor de mi trabajo.
La canción dice volver a los 17 después de vivir un siglo, tienes medio siglo de vida, si volvieras a los 17 años, ¿qué le dirías al joven Pedro?
Si volviera a los 17 le diría a mi yo de 17: sigue por ahí porque cuando llegues a los 50 te vas a sentir muy bien. No recuerdo ningún momento de mi vida especialmente complicado, las cosas siempre se fueron dando cuando se tenían que dar y me dio tiempo de ir asimilando todo lo que venía, en ese sentido tampoco cambiaría nada.
¿Por qué esa particularidad de tocar sin zapatos?
Hace ya tiempos que no lo hago, pero empecé a tocar en un bar en Madrid que se llama Libertadocho, tocaba en verano, hacía mucho calor, llevaba sandalias, me las quitaba y al final acabé descalzo durante un tiempo. Por comodidad, no había tampoco una razón especifica.
¿Por qué siete puertas?
Es porque yo vengo de un archipiélago que son las Islas Canarias que tiene 7 islas y aunque yo solo nací en una de ellas siempre concebí Canarias como mi casa, y un día se me ocurrió que mi casa estaba en el mar y que tenía 7 puertas, haciendo referencia a las 7 islas.
¿Eres más optimista hoy que antes cuando dices que hay gente que en su corazón multiplica los panes?
Creo nunca he sido ni excesivamente pesimista ni excesivamente optimista. La verdad, hay momentos en que miro el mundo y me vengo un poco abajo, digo que desastre de planeta, que desastre de mundo vivimos. Hay otros momentos en que veo cosas buenas que suceden, gente que hace cosas muy buenas y uno se recupera un poco. Así que estoy siempre en esta balanza.
¿Qué les queda a los jóvenes?
A los jóvenes les queda no tirar la toalla y seguir trabajando para mejorar y cambiar este mundo, es verdad que la juventud de hoy en día, y mucho más con las redes sociales, reciben una cantidad de información que lo único que consigue es de alguna forma tenerlos adormilados. La gente joven tiene un poco de responsabilidades, de tomar el relevo de todo esto y hacerlo con la mejor de las actitudes.
¿Qué quisieras que les dijeran a tus hijos Lara y Pedro que les dejó su padre?
Me gustaría dejarles un mundo mejorado, este que tenemos está un poco abollado por muchos lados y trabajamos y hacemos cosas para ver si lo mejoramos. De momento si pienso en eso sí que sería pesimista, pero ojalá pudiéramos dejarles un mundo un poco mejor.
¿Qué le dice la frase “a pensar de todo”?
Me transmite algo que tiene que ver con tener la mente activa, algo completamente contrario a lo que acabo de decir de estar adormilado, es estar activos pensando. Sugiere reflexión, la reflexión es algo fundamental, a todos lo niveles porque se aprende reflexionando y porque si uno reflexiona antes de actuar probablemente comete menos errores.
¿Qué libro recomendaría?
Depende, si pienso por ejemplo en la poesía recomendaría la obra completa de Ángel González, creo que es una obra llena… llena de todo. Básicamente ese podría ser un libro recomendable.
Escribe una canción sobre Dios, acabamos de recibir la visita del Papa Francisco, ¿qué visión tiene de Dios actualmente?
P.G: Yo escribí una canción sobre Dios, pero yo no soy una persona religiosa ni creyente, soy respetuoso y sobre todo con el Papa Francisco, que creo que de los papas que ha habido me parece que es un hombre que de verdad está haciendo más cosas, creo que a Colombia ha venido a hacer un guiño para que el país termine de cerrar este proceso de paz, sus gestos los respeto absolutamente, pero ni soy creyente ni practico la religión. En realidad, la reflexión que hacía en esa canción es una también de muchos años porque una de las cosas que me llevan a no ser creyente es que, precisamente, me cuesta imaginar que hay un Dios justo que permite un mundo tan desigual, sin embargo, la gente que vive situaciones muy extremas en el mundo casi todos creen en Dios. Es un buen tema para la reflexión, aunque no sea creyente. En mi canción hay algo de ironía.
Fuiste educado en un colegio católico en el que también cantabas.
Mi educación es católica, cuando tenía 13 o 14 años también iba a misa y cantaba, hice la primera comunión y estoy confirmado.
Cortázar dice que todos los hombres son el hombre ¿Crees eso?
Creo que el destino de todos más o menos es el mismo, los hombres y las mujeres. Todos estamos aquí más o menos para lo mismo, para vivir una vida y el destino de un hombre es el destino de todos los hombres y de una mujer el de todas las mujeres. Sí, probablemente hay algo en eso de cierto.
Un poema de Ángel González que siempre lleve en la mente.
Soy muy malo para memorizar, hay una canción que se llama “me basta así”, que es un poema de amor, hermoso, no lo puedo recitar porque no lo recuerdo, pero comienza diciendo: “si yo fuese Dios haría un ser exacto a ti”