La nostalgia como superpoder

“Echar de menos pasa a ser un ejercicio diario de suspiros”
Miguel Gane, prólogo de Insomnio(s) de Camila Esguerra.


 


Desde que tengo memoria recuerdo cómo la tristeza era criminalizada en mi vida. Mis padres, hermosos y totalmente increíbles, siempre destacaron que yo era mucho corazón y poca mente, asegurando que eso me estancaba en un estado de constante anhelo que solamente sería perjudicial en el futuro. Si eso era correcto o no, pues, realmente no sabría decirlo (sí era correcto); pero, ahora que me encuentro en una edad diferente y de alguna forma u otra sigo siendo aquel niño soñador y fantástico, creo haber descubierto cosas que me permiten, con el respeto que mis amados padres se merecen, contradecir su punto de vista.

Para ellos el ser un ser “nostálgico” era una debilidad, ya que me encerraba en el pasado, sumergiéndome en tristezas y anhelando momentos que la brutal rapidez del tiempo solo se llevaba como polvo en el viento. Y mis padres no eran, ni son, los únicos con dicho pensamiento. Para ser honestos, me encontraba en un rompimiento amoroso que dejó a mi corazón pesando más de lo que debería, sumiéndome en una fuerte melancolía. En dicho momento no dejaba de recapitular la historia, una y otra vez; intentando encontrar algún trazo de destino que pudiera asegurarme que aquello tenía una razón de ser, que mi dolor sería una lección para reconocer algo mucho mejor en el camino. Esto duró semanas, pero no fue hasta que toqué fondo que, en mi angustia, diariamente empecé a recapitular mi vida.

Fue un ejercicio diario, en donde observaba diferentes recuerdos que desataron sensaciones en mí. Pude ver momentos de absoluta felicidad y gozo; sin embargo, también vi situaciones complejas y difíciles, momentos de muchísima tristeza, donde realmente el miedo fue una sensación protagónica. Y fue en esos momentos que logré, irónicamente, encontrar una paz desconocida y mística. Fue en la contemplación de los momentos de pesadumbre que encontré pistas a mi dilema, porque fue en dichos instantes de oscuridad que pude ver cómo todo siempre se daba para bien, cómo de alguna forma la vida lograba atraparme en medio de la caída para colocarme a salvo en un lugar mejor.

En este momento considero que mi lección es confiar, lo cuál entiendo no es fácil. Sé que es complejo tratar de entenderlo todo durante el dolor, porque el miedo ciega las posibilidades y preferiríamos que ese fuera el final del cuento. Pero es importante, sano y necesario constantemente buscar la luz y tratar de comprender el proceso, porque es allí que logramos entender el camino correcto, donde más brillamos y aprendemos las lecciones más importantes de nuestra vida.

Las coincidencias, desde mi punto de vista, no existen. La magia es real y es nuestro deber intentar develarla por medio de diferentes herramientas y, considero, que mirar hacia el pasado es una de ellas. La introspección puede ser un ejercicio de reconocimiento, donde logramos entender cómo las situaciones ocurren y entender que todo, incluso lo momentos dolorosos, especialmente estos, son una necesidad y una estación más en el maravilloso camino de nuestras vidas.

Últimamente he visto una lluvia de contenido en redes sociales que aconseja abruptamente “dejar ir” el pasado de una sola bofetada, porque eso es perder el tiempo y es necesario vivir netamente en el ahora. Contradictoriamente encuentro verdad en lo mencionado anteriormente, es sumamente necesario mantenernos presentes para vivir con mayor gratitud y poder expandirnos con gracia. No obstante, considero que es sumamente importante viajar en el tiempo y observar con detenimiento nuestro pasado, para así develar las enseñanzas de las experiencias vividas y, además, darnos cuenta que, por más dolorosa y compleja que sea una situación, siempre encontraremos el sentido y saber que siempre nos encontramos en la dirección correcta.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/juandmm/

Juan David Muñoz Mejía

Curioso, imaginativo, melodramático y emocional. Además, Politólogo con opciones complementarias en Sociología y Filosofía de la Universidad Javeriana, especializado en derechos humanos, cooperación internacional y gestión de proyectos. También escritor aficionado y pensador de tiempo completo, con un interés particular en las novelas románticas y las series animadas. Finalmente, integrante del colectivo artístico y estudio de diseño Malabar, espacio donde crean piezas en serigrafía y demás técnicas.

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