La normalización de la desgracia

“Uno de los países que más sufre, es uno de los que más lo ignora.”


Desde muy temprana edad, ha existido una situación que me ha hecho afinar el ojo y que hoy encuentro aun siendo bastante paradójico, que está muy presente dentro de la vida de los colombianos. Como bien espero hayan percibido en las anteriores columnas pues es algo que a toda costa defiendo e incito, desde pequeño he estado en medio de situaciones adultas, las cuales me han acercado a “conversaciones de grandes”, a ver noticias, a informarme, a saber y a entender que la vida no es todo color de rosas y si bien, seguramente dicho contexto me arrebató un poco de mi inocencia infantil -que sin duda es fundamental- eso me permitió no ser ajeno a las realidades que afronta mi país, mi pueblo y desde pequeño, imaginar, crear y soñar con tratar de mejorarlo.

Entendido eso, si bien crecí conociendo la realidad que Colombia afronta, viendo las amarillistas, catastróficas y diría hasta terroristas noticias, caminando sus calles y hablando con su gente, nunca entendí como un país que sufría tanto, pudiera levantarse al día siguiente y actuar como si nada hubiera pasado. Uno de los países que más sufre, es uno de los que más lo ignora. Es por esto mismo, que hoy me propuse escribir sobre la normalización de la desgracia.

Para comenzar a desarrollar esta idea, me dirigí hacia los muchos rankings internacionales que situaban a Colombia como uno, o el país más feliz del mundo, los analicé y sin lugar a dudas Colombia es un país que te abraza, que cuando lo recorres, su calor, sus sonrisas, su solidaridad, su berraquera, su resiliencia y perseverancia te deleita, mi país es de luchadores, sin embargo, ¿Acaso la clave para ser feliz es ignorar?

Seguramente la respuesta es no, la clave para ser feliz no es ignorar, pero seguramente si la sea para sobrevivir. Un país que a lo largo de su historia ha sufrido incontables veces, ha tenido que -como se demuestra en su cotidianidad-  adaptarse, ignorar y seguir. Es eso, lo que seguramente no nos ha hecho caer en lo irreversible y lo que con mucha admiración le tengo, nos permite mantener la esperanza e ilusión en un mejor mañana.

Sin embargo, si bien la anestesia calma dolores, nos permite soportar grandes intervenciones e incluso ignorar ciertas molestias, la anestesia no corrige lo errado. En medio de un gobierno que pareciera tiene como propósito destruir a nuestra querida Colombia, que lo que está bien lo destruye y que lo que está mal lo empeora, no necesita a un pueblo sedado, condescendiente y adaptable, si Colombia quiere no solo sobrevivir, sino en verdad vivir, deberá dejar de normalizar la desgracia.

Un paliativo no es la solución que Colombia necesita y se merece,

Nada ha terminado.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/juandvelez/

Juan Diego Vélez Forero

¡Hola! Soy Juan Diego Vélez Forero; un joven que en medio de una Colombia que regresa a un pasado que nos dejó un futuro colmado de incertidumbres y en donde diariamente se normaliza la desgracia; no quiere ser de la generación que permitió que su país, se diera por perdido

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