El odio es como un ácido, destruye. El odio nubla a la persona que lo siente, es una carga extremadamente dolorosa. Quien odia tiene una herida profunda en su alma y necesita ser sanado. El odio se contagia y termina eliminando a la nobleza. Si no somos conscientes del odio que portamos y procedemos a expulsarlo de nuestras vidas terminamos siendo su esclavo. El odio es un demonio que disfruta con el sufrimiento de quien odia y del odiado.
¿Por qué razón odiamos? ¿Desde qué momento en nuestra existencia empezamos a odiar? ¿Es justificable el odio? ¿Qué podemos hacer para dejar de odiar? A nivel evolutivo los humanos hemos aprendido a hacer alianzas con sujetos afines, formando grupos, esto nos ha permitido sobrevivir como especie. Por otro lado, quienes no hacen parte de neutros afectos terminan siendo la contraparte, hacia ellos no le son ofrecidos los mejores pensamientos.
El odio es una clase de miedo que tiene su origen en la amígdala cerebral, una zona profunda del cerebro activamente implicada en las emociones. Uno de los mecanismos cerebrales que se han descubierto es la capacidad de categorizar o clasificar de forma rápida a las personas o cosas en otras palabras rotulamos a alguien como bueno o malo, efectivo o inefectivo y de muchas formas sin realmente llegar a darle la oportunidad de conocerlo.
Uno de los videos que me pareció muy interesante es el del escritor Colombiano Mario Mendoza (Les dejo el link: La cultura del odio – Mario Mendoza – YouTube), aquí podemos ver de una forma sencilla por qué nuestra sociedad ha hecho del odio una práctica normal.
Quien odia muchas veces es atormentado por la presencia e inclusive de la existencia del otro; según la neurocientífica del MIT (EE. UU.) Rebecca Saxe, el odio es la conjugación de una intensa aversión, desprecio y repugnancia hacia una persona o grupo de personas. La amenaza existencial entonces se vería paliada con la destrucción del o los semejantes. El odio y el amor son sentimientos distintos, pero hay dos estructuras conocidas en el cerebro llamadas : putámen y la ínsula que comparten circuitos neuronales y están anatómicamente cercanas.
El odio ocasiona cambios neuroquímicos y nuestro cerebro eventualmente es dominado por conductas de defensa y ataque. La persona que odia hace una inversión de tiempo muy importante pensando en la persona odiada, desafortunadamente esta acción conduce a más dolor. Se genera un círculo vicioso de odio y dolor. La salud también del que odia puede tener efectos deletéreos, alteraciones hormonales, ansiedad, insomnio son manifestaciones descritas. La salud mental puede deteriorarse presentándose paranoia, trastornos obsesivos entre otros; hasta aquí hemos visto lo poco rentable que es odiar.
Según el budismo el odio es un sentimiento destructivo. Solo el amor puede apartarnos del odio. Aunque esto no es totalmente lo que debiera suceder, puesto que entre más odio se sienta hacia una persona o a algo, mucho mayor es el apego. ¡Paradójico no! Debemos excluir los sentimientos de odio y negativos de nuestras vidas. No debiera haber un centímetro de odio hacia nada ni nadie.
Algunas cosas que podemos hacer son: 1. Acepte el problema!, reconozca que, si usted odia a algo o alguien, también hay algo en usted que debe mejorar 2. Es acumulativo, entre más odio tengas hacia alguien, más se acumula, la persona que odia termina dañando su salud mental y su cuerpo, ¡¡¡Libérate!!! 3. Busque ayuda, en ocasiones la ayuda profesional es importante para manejar estos sentimientos negativos.
La búsqueda de la reconciliación es la mejor solución para el odio. En principio, debemos reconciliarnos con nosotros mismos, entendiendo la fragilidad del humano, que cometemos errores y que absolutamente todos merecemos el perdón. Lo importante es comenzar a cambiar el tiempo perdido en odiar y utilizarlo en mejorar nuestras vidas para ser instrumentos productivos en la sociedad.
Lecturas recomendadas
- Smith, D. G. (2021, enero 12). The neuroscience of hate. Elemental. https://elemental.medium.com/the-neuroscience-of-hate-fb033b7f709a
- Zeki S, Romaya JP. Neural correlates of hate. PLoS One 2008;3(10):e3556. doi:10.1371/journal.pone.0003556
- Why do people hate? (s/f). Recuperado el 14 de junio de 2022, de https://www.medicinenet.com/why_do_people_hate/article.htm
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