Es impresionante cómo ha venido evolucionando el mundo desde que se acabó la segunda guerra mundial. Hemos sido observadores empíricos, algunos, de la situación devastadora de algunos países que han provocado las guerras más largas y sangrientas en aras de defender los derechos humanos y de los ciudadanos de los países afectados por las balas. Pareciera ser que las dictaduras que existían durante la segunda guerra mundial y posteriores a ellas tanto en oriente como en occidente iban en declive, más aun después de finalizar la guerra fría entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. Eso pensábamos, que luego de mirar la historia de la humanidad, no repetiríamos los errores del pasado. Sin embargo, esto no es así, lamentablemente, estamos siendo testigos de cómo se violan los derechos humanos en un estado, que según palabras de su presidente, la situación de su país está volcado por los sistemas guerreristas de los terroristas de la derecha, y por tanto, en aras de defender la libertad del pueblo y de los ciudadanos de «bien», se deben tomar medidas para disipar, de cualquier modo, los intereses antilibertarios que atentan con la república que este señor gobierna. Ya sabemos de qué país estamos hablando, sin duda alguna. Sin embargo, lo más importante, no es saber cómo un supuesto conductor de autobuses pudo haber llegado a ostentar tanto poder, quizás tuvo mucha obediencia hacia su antecesor, que sin duda alguna debe estar revolcándose en su tumba. A lo que íbamos, es inconcebible, y así parece ser, que es muy fácil tapar el sol con un dedo. Lamentablemente la situación de nuestro vecino país (se escribe desde latino américa) ha provocado el desplazamiento masivo de conciudadanos hacia países con el fin de lograr vivir con dignidad, ¿pero se puede vivir con dignidad en un país donde en primer lugar la economía no está lo suficientemente sólida para sus propios compatriotas y que el sistema de salud está a punto de colapsar? ¿Es digno vivir en un país que está en un proceso de paz, mas el índice de mortalidad por violencia eS aún uno de los más altos del sur del continente? Bueno, quizás eso sea irrelevante para ellos, quienes proceden de un país en donde no se respetó la democracia, donde el propio gobierno desconociendo la voluntad de su pueblo se dispuso a conformar la Asamblea Nacional Constituyente con el fin, óigase bien, de acabar con la derecha terrorista. Todo lo que sea contrario a Bolivar debe ser opacado con la justicia de quienes se proclaman libertarios en defensa de su pueblo oprimido. Sin embargo es procedente preguntarse, ¿no está oprimido el pueblo cuándo este no tiene la libertad supraconstitucional de defender a su pueblo a través de la elección popular? ¿No está oprimido el pueblo, cuando quien gobierna, maneja su decisión intelectual y su libre desarrollo electoral a través de la apertura del mercado? Entiéndase mercado, no en el concepto liberal de Locke o los grandes filósofos, sino del simple mercado popular, arroz, pan y leche.
Lo más interesante es que sólo hasta este momento, varios países de la región ya se manifestaron en no reconocer la Asamblena Nacional Constituyente y la última decisión de Mercosur de sancionar a dicho país, tras la recaptura de sus líderes sociales (López y Ledézma) quienes desde hace tiempo son considerados detenidos políticos por parte de las organizaciones internacionales y de la desvinculación de la Fiscal General. Hoy, la neodictadura se refleja en nuestros vecinos, donde encontramos dos gobernantes, el tonto del patio y aquellos que están gobernando un país gracias a éste tonto de patio. Esperemos que no pase como en Libia, Afgansitan y otros países de oriente medio donde la ayuda humanitaria tuvo que ser necesaria por entidades como la Luna Roja y Cruz Roja para poder darles dignidad a un pueblo que huye de su patria a causa de las guerras o de las neodictaduras.