Esta semana tuve la oportunidad de leer un artículo del portal dataifx en el cual exponían la naturaleza de los mercados financieros y cuya conclusión era que el movimiento de los activos bursátiles eran lo que los estadísticos y econometristas denominan un “paseo aleatorio” es decir, que las oscilaciones que muestran los mercados son igual de predecibles (en palabras de un profesor que admiro) que los pasos de un ebrio tratando de llegar a su casa caminando.
Sin embargo, lo aleatorio no necesariamente implica ausencia de estructura ni tampoco incapacidad de predecir y es así que procesos como la formación de burbujas bursátiles, que a veces parecen movimientos aleatorios, tengan un orden subyacente que permiten identificar señales de que este tipo de sucesos se están manifestando. En este sentido, la primera característica de las burbujas, y personalmente la que pienso que es la más importante, es una que surge de la naturaleza misma de la humanidad y es el sesgo de auto-confirmación el cual es la propensión humana de ver solo los hechos que confirman las hipótesis que se tienen e ignorar, sin intención, aquellas que las invalidan.
Este sesgo implica que si por ejemplo una persona ha tenido varios días seguidos ganando en un casino, esta pensará que dicha racha no va a terminar y aún peor, las personas que ven esta racha de victorias comenzaran a pensar que ir al casino es una actividad sin riesgos y por tanto comenzaran a apostar ignorando las posibilidades de perder. Este patrón de comportamiento es el mismo combustible que alimentó la Tulipmanía, alimentó la burbuja de las .com, la burbuja de las sub-prime en el 2008 y que al parecer alimenta el precio del Bitcoin.
Lo anterior es fácil de comprobar cuando se oye hablar a personas en la calle sobre lo segura que es la inversión en bitcoin lo que los impulsa, no solo a ellos sino también a los que los observan, a invertir aún más creando ese patrón de crecimiento explosivo del valor de los activos. De esto surge que si bien existan señales, como la velocidad a la que explotan los precios de un activo, de una burbuja, estos sean ignorados y expliquen algo muy común en este tipo de eventos: que el día anterior a la crisis la mayoría de personas tuvieron una actitud optimista sobre el activo.
Es por esto que las burbujas siempre serán impredecibles, es por esto que los precios suben como palmera antes de caer como un coco y es por lo anterior que en algunos años, al igual que pasó con las sub-prime digamos que el bitcoin fue una burbuja que nadie vio venir. En algunos años me conformaré con ser de los pocos que en medio de un frenesí de compras de la criptomoneda mantuvo la cordura.