Delirio Mus es un proyecto musical creado por Luis Carlos Ayala, también conocido como Ratón Ayala. Nació en 2012 y le apuesta a la música arte, a los performance, a la crítica y a la sensibilidad humana. Tiene dos discos trabajados entre Argentina y Colombia. Bajo el concepto de Jhon Cage: “La música del silencio es la música del futuro”, Delirio Mus expone su propuesta musical. Juan Camilo Parra, editor cultural, conversó con Luis Carlos Ayala sobre su proyecto.
J.C.P: ¿Qué es Delirio Mus?
Luis Carlos: Delirio Mus es una puesta en escena de muchos lenguajes, de muchas formas artísticas. El proyecto siempre ha buscado enfocarse en lo musical y en las representaciones, no desde el teatro propiamente pero si representaciones en las que existan escenas, elementos visuales. Por ejemplo, aparte de ver un concierto normal la gente está interactuando escénicamente con las artes plásticas, con maniquíes, yo trabajo con la idea del origami, con elementos que involucren al espectador. Delirio Mus es una presentación sonora performatica.
J.C.P: Si me permite, creo que a Delirio Mus se le puede atribuir el concepto de música underground. ¿Por qué tomar la decisión de iniciar una carrera musical con este género, por qué apostarle a lo underground?
Luis Carlos: Porque siempre he estado vinculado a la música, desde que tenía 14 años monté bandas de punk, después comencé a involucrarme con el rock, ya cuando estaba en la universidad comencé a incorporar música experimental, electrónica, música ambiente. Más que la elección del género ha sido la influencia de escuchar cosas en la universidad, en recitales. Escuchar músicos de músicos que terminaron dándome esa influencia de querer hacer cosas que tal vez no sean tradicionales, ni comerciales. Yo creo que ese divagar por muchos escenarios artísticos me enseñó que de pronto no es sólo el rock and roll sino otras músicas. A partir de eso fue que comencé a querer trabajar con sonidos no tan comerciales sino generar una propuesta artística, hacer música arte, si existe cine arte entonces también existe música arte ¿no? Es la idea de trabajar lo musical pero artísticamente, no desde el punto de vista de un género determinado.
J.C.P: ¿Cuáles fueron sus influencias y qué tipo de artistas hay sobre este género o tipo de música?
Luis Carlos: Comencé escuchando cuando tenía como 13-14 años a Pink Floyd y desde ahí me enamoré de las atmosferas, o sea, más que la guitarra y sus efectos, las canciones en el álbum The Wall tienen una atmosfera precisa, que hace parte de esa famosa película. Pero escuchar eso me hizo como un boom que me incitó a querer siempre involucrar atmosferas y muchas cosas que construyen ese tipo de música. Músicos como Brian Eno en su versión más culta, en la etapa de productor fue una influencia puntual. También Jhon Cage y sus ambientes sonoros fue como la parte más fuerte que me indicó que eso era lo que quería hacer. Cage decía: “hacer música con silencios es hacer música del futuro…”. El tipo tiene un concierto muy interesante, se para frente a una playa y comienza a mover las manos como si estuviera dirigiendo la orquesta del mar, entonces cuando vi ese performance me incitó a trabajar en todo este aspecto. Músicos que yo conozca: Crystal Castles, Kraftwerk, Ratatat, Mouse on Mars, Prodigy-orbital, toda la movida electrocash entre otros. Y claro otra de mis influencias fueron Soda Stereo, Gustavo Cerati, Calle 13, Jorge Veloza, The Chemical brothers. Yo sé que ahorita esta movida es muy fuerte a nivel cultural, en espacios en donde la gente quiere cosas nuevas.
J.C.P: Delirio Mus tiene dos discos, ¿cómo fue el proceso de creación y la llegada al público?
Luis Carlos: Ese proceso surgió cuando yo trabajaba en una banda que se llamaba La ratonera y hacíamos punk, pero punk electrónico, no tocábamos guitarra ni batería si no que todo lo secuenciábamos en un computador. Yo me separé de ellos, comencé a generar el proyecto y entonces me di cuenta que tenía mucho material que había compuesto en algún momento para posiblemente hacer maquetas, pero finalmente nunca la utilicé Trabajé con eso un buen tiempo y me vinculé a Fair tune estudios que es un estudio londinense que ayuda a promocionar proyectos emergentes de personas de Latinoamérica. Ellos me enseñaron mucho sobre producción musical digital y además, ellos me asignaron un tipo que me iba a producir el disco, se llama Cristian de la Aspriella y trabajando con él me di cuenta que mi proyecto iba por otro camino, así que lo mejor fue parar y seguir el consejo de Cristian de la Aspriella y Lola Suluki una ingeniera de sonido que aquí en Bogotá es bastante conocida, me dijeron: “nosotros no le vamos a producir el disco porque le estamos generando un malestar, lo mejor es enseñarle las herramientas para que usted aprenda a producir sus propias canciones y no tenga que estar rogándole a otra gente para que haga sus cosas”. Después de todo esto, tuve las herramientas precisas para generar mi primer disco: Diario de un facenauta y ese disco lo produje en el año 2012. Luego el otro disco Géminis fue construido entre Colombia y Buenos Aires alrededor del concepto de los astros, como desde la dualidad que tenemos los seres humanos en nuestras cabezas. Comencé a trabajar creando canciones en un hotel, en el hotel donde vivía a partir de cuestiones muy personales y fue ya en el 2015 cuando tenía un compendio de canciones que edité para concretar el siguiente disco. Yo creo que fue un disco de viaje, porque si no hubiera salido de Colombia no lo habría construido.
J.C.P: ¿Qué le brindó Argentina, cómo fue la recepción de su música en los diferentes escenarios en los que se presentó?
Luis Carlos: Fue asumir la música como estilo de vida. Comenzar a ser músico pero no músico de mentiritas, de cuando uno está en la universidad sumergido en una burbuja, si no ser músico de verdad. La primera vez que hice un concierto fue virtual, lo hice para una emisora colombiana pero yo me di cuenta que todo eso era de mentiras, entonces comencé a explorar cuestiones más guerreras. Así que la primera presentación que tuve como tal fue salir a la calle y montarme en el metro y comenzar a tocar para la gente, algo totalmente heavy, porque es un público muy visceral que espera que uno les ambiente el viaje para que no les duela la cabeza y sentirse mejor mientras llegan a la casa. Fue un reto, un momento de muchos nervios pero asumí desde ese instante la música desde otro aspecto. Después de eso trabajé en una discoteca como Dj, pero debía moverme y comencé a enviar propuestas a ver si salía algo y de pronto, de un bar llamado Cangrejos me dieron la oportunidad y desde ahí, en varios bares de Argentina me presenté hasta llegar a grupo de gente que se llama: Cultura Guateque que tocaba en muchos lugares y me invitaron a muchos conciertos. Fue un buen proceso porque empecé desde abajo y me divertí mucho aprendiendo sobre todo, aprender a ser humilde en un país donde la cultura musical es bien recibida tanto del músico de academia como el del músico callejero.
J.C.P: Vamos a la parte de los conciertos y le pregunto: ¿Por qué no tiene músicos en el escenario?
Luis Carlos: Se hace una crítica a los mass-media y lo que la gente viene a ver es a un maniquí que es manipulado por una persona, hay voces grabadas y estoy yo con la guitarra y otros instrumentos. Pero más que todo es una crítica a esa individualidad a la que nos estamos sometiendo los seres humanos, entonces me cansé un poco sobre todo de los músicos que son muy pretenciosos, hay mucha guerra de egos así que siempre he tenido problemas con ellos porque han querido llevar mi proyecto a otros géneros, a otros horizontes que no me interesan. Yo también tengo egos y prefiero trabajar con personas que estén más cerca de las artes plásticas y del concepto que intento mover, es una crítica a la pérdida de humanidad por estar haciendo otro tipo de música más comercial. Así que la gente ve una serie de maniquíes y una persona que los manipula, hay muchas computadoras y yo soy el que está dando órdenes a esas computadoras para que obedezcan a un fin común.
J.C.P: ¿Qué proyectos siguen para Delirio Mus?
Luis Carlos: Volveré a Buenos Aires para promocionar el último disco. Aunque se produjo allá, no tuve la oportunidad para tocar. La idea es volver y moverme por los escenarios conocidos, por otros que me ayuden a que suene más lo que yo hago. Por ahora, estaré en Colombia y quiero moverme en Bogotá, en Medellín –risas-para mostrar lo que hago y que la gente conozca estos dos discos y entiendan la importancia de la música arte.