En los últimos días, la regla fiscal se ha convertido en un tema central en las discusiones sobre la política económica en Colombia. Sin embargo, a pesar de los argumentos en favor de su implementación, existen razones claras por las cuales modificar esta medida puede ser considerada un mal negocio para el país.
Para los desconocedores del tema, la regla fiscal es una norma que establece límites específicos para los niveles de gasto público y deuda que un gobierno puede incurrir en un determinado periodo de tiempo. Su principal objetivo es garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo, evitar el desbordamiento de las finanzas públicas y establecer una disciplina fiscal en los gobiernos.
La discusión sobre la modificación de la regla fiscal ha surgido porque el gobierno de Gustavo Petro precisa que la economía colombiana se contrae porque la inversión privada se reduce por las altas tasas de interés por lo que es necesario aumentar la inversión pública pero para su infortunio, la regla fiscal y el Marco Fiscal de Mediano Plazo, no se lo permiten. Dice el mandatario que “Si reducimos la inversión mandamos a Colombia a una catástrofe por eso el pensamiento fundamentalista neoliberal que provoca una estricta fórmula de regla fiscal no debe mantenerse”
Para precisar el asunto, es importante indicar que la regla fiscal que es aprobada por el Congreso, ha sido diseñada para garantizar un equilibrio entre los ingresos y los gastos del gobierno, evitando desequilibrios fiscales que le han permitido reducir los riesgos de crisis económicas. Lo que pretende el actual gobierno es modificarla, lo cual a mi consideración significaría dejar de lado un pilar fundamental para mantener la estabilidad económica del país, en otras palabras, podría generar altos niveles de endeudamiento, aumentar la inflación y provocar desequilibrios macroeconómicos que afectarían negativamente a la población en general.
La confianza de los inversionistas es otro factor importante si se llegase a tomar esta medida. Atraer capital extranjero para estimular el crecimiento económico es necesario e importante cuando se tiene una política fiscal responsable y transparente por lo cual modificar la regla fiscal podría generar incertidumbre en el ámbito económico, llevando como consecuencia a desincentivar la llegada de inversiones y afectar negativamente la capacidad del país para financiar proyectos de desarrollo y generar empleo.
Para los expertos, la regla fiscal actual en Colombia ha permitido impulsar un crecimiento económico sostenible a largo plazo garantizando una asignación eficiente de los fondos estatales, promover la inversión en sectores estratégicos y estimular la productividad. Una modificación de la regla fiscal podría resultar en una gestión menos eficiente de los recursos públicos, lo que llevaría a un estancamiento económico y dificultaría la generación de empleo y oportunidades para los ciudadanos.
Un país como Colombia requiere mantener una política fiscal responsable que garantice equilibrio y transparencia en las finanzas públicas y que a su vez fomente un ambiente favorable para la inversión y el desarrollo. No podemos retroceder a los avances significativos en materia económica que ha tenido el país gracias a la implementación de una regla fiscal sólida por lo que sería imprudente y perjudicial alterarla sin una evaluación exhaustiva de sus implicaciones a largo plazo como lo pretende el actual gobierno de Gustavo Petro.
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