Hago lo que tengo que hacer y comienzo deshacer el camino, solo pienso en llegar y sentarme un rato a beber una taza de café simplemente mirando a la nada, pero todavia hay que acabar de deshacer el trayecto, atravieso entonces el puente sobre el rio en la calle Colombia o cincuenta como de forma fría e impersonal la define la nomenclatura y que sobre bolívar, al lado de la gorda botero, conforma el eje vial e histórico de la ciudad como alguna vez me enseñó mi abuelo aunque el geográfico está localizado, como ya sabemos, en el intercambio de carabineros o el punto cero, que por cierto, no está lejos de por donde en ese momento camino.
pude pasar el puente rayando la hora en que ese sector del rio se convierte en un mundo surreal por no decir de pesadillas. Carlos E Restrepo a un lado, suramericana al otro, tienen una dinámica completamente diferente al universo fallido y bizarro del rio. Mientras en el rio la gente se apremia a adentrarse en sus pesadillas, en el otro se congregan a tomar una cerveza o un café, hablar sobre tal libro u obra de teatro o de temas mucho más cotidianos seguramente. Es increíble que solo a unos pasos se puedan encontrar realidades tan opuestas una de otra.
Carlos E y suramericana fue una de las primeras urbanizaciones de su tipo de la ciudad, un modelo de lo que se quería fuera ella. allí podemos ver parques amplios y verdes, la biblioteca publica piloto y espacios que llaman a ser disfrutados. se pensaba así se iría creando la nueva ciudad y no en vano es el sector bohemio por excelencia de la ciudad.
Atravieso los hermosos parques, miro la descomunal y contundente obra de rodrigo arenas Betancur llamada la vida o la tentación del hombre infinito, que de alguna forma nos muestra que el afán de los murales de pedro nel Ospina de resignificar la identidad no solo se mantiene, sino que se hace mas acuciante. También José horacio Betancur Betancur hace un gran aporte al arte monumental de la ciudad permitiendo completar una narrativa, la consolidación de un mito creacional y la aspiración de la nueva ciudad con obras como el cacique Nutibara o la madre monte.
Todo parecía de ensueño y ya la ciudad deseada de muchos estaba lista, la eterna primavera cobijaría a todos en un sueño eterno y perfecto, pero miro a lo lejos y veo que este orden límpido y acogedor no se conservó y aquí es donde nuestro relato comienza a tomar otro rumbo, no el deseado por muchos ni tampoco el esperado por otros, pero si se miran los detalles era cuestión de tiempo para que la realidad impusiera su yugo cruel.
LAS GRIETAS EN LA TAZA
Como habíamos dicho muchas letras más atrás, para algunos el valle del aburra mas que valle puede ser un cañón amplio. La verdad puede que por tramos sea una cosa u otra Y es por ello que efectivamente tiene forma de taza, cerrada en sus extremos y con forma de cuenco, una ciudad pequeña en espacio que había alcanzado la prosperidad allende las montañas.
Wiesner y Sart habían pensado una ciudad pequeña como muchas de las que abundan en Europa y ciertamente esa era la ciudad que deseaban los habitantes de ese entonces, algo asi como una Toulouse montañera; sin embargo, su éxito muy pronto evidenció dos puntos débiles en la naciente urbe: el primero era que el valle estrecho no tenia capacidad de recibir grandes volúmenes de población, la cual era la razón por la que Wiesner y Sart apostaron a una ciudad compacta y pequeña. La segunda es que esa misma geografía no era propicia para una vocación industrial como la que ahora ostentaba la ciudad.
Si bien el creciente mercado interno de las décadas de los cincuentas y sesentas impulsaba el crecimiento económico, los mismos costos asociados al transporte y otros más, originaron una línea roja a la cual nos acercábamos rápidamente. Si se hubieran desarrollado un sistema de ciudades intermedias que permitieran diversificar la producción y que se redistribuyera la población posiblemente se hubiera conseguido la creación de un mercado interno importante que hubiera permitido absorber la marea migratoria e inclusive esta hubiera pasado de una amenaza a una oportunidad. Las razones por las cuales esto no ocurrió pasan por varios aspectos. la geografía y la incapacidad crónica de superarla y entenderla es lo que primero reluce pues sabemos de antemano que esta es tanto ventaja como obstáculo como bien lo dice Wade Davis en su libro sobre el rio magdalena.
El segundo es que nunca fuimos capaces de determinar lo que ello representaba. Cuando Gonzalo Mejía impulsó la iniciativa de la vía al mar si bien en un momento la respuesta fue muy positiva, muy temprano se fue diluyendo. Hoy es imperativo y hay muy positivos esfuerzos al respecto, Pero también pagamos caro los años de duda y no solo injertamos un conflicto en el área metropolitana sino además otro en la zona de Urabá gracias a la miopía crónica. No solo era Urabá, lo eran las fronteras del territorio y además la mayoría de las subregiones del departamento las que presentaban problemas asociados a un crecimiento raquítico y poco consciente de sus potenciales. Es como si lo que siempre hemos criticado con justicia del agobiante centralismo lo hubiéramos reproducido en nuestro propio terruño y hoy tanto nación como territorio pagan el precio de tanta miopía.
ESTA NO ES LA CIUDAD QUE QUERÍAMOS
La tormenta perfecta estaba en proceso. Los conflictos crecientes en las zonas rurales, sobre todo las más periféricas, las pocas opciones de destino que básicamente se reducían a una, hizo que la migración se dirigiera a un mismo punto. De un momento a otro, las personas que Vivian en el entonces resplandeciente valle de Aburrá vieron como una verdadera invasión tenia lugar. los cómodos y aspiracionales barrios comenzaron a verse contrastados con la aparición de otros barrios cada vez más informales, sin ninguna planificación y con la completa ausencia de las prestaciones más básicas que crecían en la periferia sin control.
Wiesner y Sart tenían presupuestado que la ciudad no se extendería demasiado en las montañas y pendientes que rodeaban la ciudad, nunca se pensaron soluciones para las laderas y ahora crecía sin control, entro otras cosas por la dificultar que representaban las altas pendientes. En consecuencia, La cuadricula se fue diluyendo en gran medida buscando adaptarse a las curvas de nivel del terreno y muchos barrios fueron adquiriendo una forma de fortaleza morisca donde no había muchas rutas de acceso importantes. Ni hablemos de servicios o espacio publico ya que el estamento municipal y la sociedad en general pasó por sucesivas etapas de negación y rechazo. la aceptación llegó tarde y desafortunadamente posteriormente las consecuencias serían graves.
Ya no era la ciudad deseada, la que tanto habían añorado, pues ahora la realidad se las arrebataba. Algunos lo aceptaron, otros mas renegaron y algunos mas como ya se hacia costumbre se escaparon o como se volvería común posteriormente se segregaron voluntariamente creando una realidad dentro de la otra realidad de la ciudad. En la década del sesenta ya se insinuaba esta nueva realidad y en los setentas ya esta tendencia era inevitable.
SEGUNDA MIGRACIÓN
Si la migración en las décadas del cuarenta y cincuenta fue relativamente ordenada, el fenómeno migratorio se comenzaría a desbordar hasta convertirse en un tsunami incontrolable. Después de aclarar de que no solo fue solo en medellin pues, de hecho, toda Latinoamérica sufrió ese fenómeno de migración a las ciudades como habia pasado anteriormente en el mundo desarrollado, solo que las ciudades latinoamericanas no pudieron absorber, dar oportunidades y utilizar estos fenómenos migratorios.
Otra característica, en especial en Colombia, es que mucha de la migración de este periodo también tenía que ver con el conflicto rural donde la violencia partidista primero y luego la debida a los conflictos asociados a la guerra fría, además de las difíciles condiciones de vida, hicieron que muchas familias miraran hacia suburbia como su destino.
A diferencia de las primeras oleadas, esta segunda estaba menos preparada para afrontar la vida urbana, era mucho mayor y coincidió con la baja del impulso económico debido a varios factores como, por ejemplo, la saturación del mercado, la conformidad basada en mercados relativamente controlados por medidas proteccionistas y políticas de desarrollo herradas, lentas o inexistentes en un pais que no entendía su territorio ni el resto del mundo tampoco valga decir.
Estos factores hicieron que se cocinara un caldo apestoso: un incremento del desempleo y de la informalidad laboral, un incremento inusual en la desigualdad en una ciudad que solía ser de clase media, la imposibilidad de las administraciones de prestar los servicios , urbanización desordenada y desaforada donde se juntaban desde la urbanización pirata hasta la invasión de cualquier predio de la periferia. Los terrenos menos apetecidos para la urbanización y con mayor riesgo comenzaban a llenarse y los problemas comenzaba a crecer como pústula maloliente.
LA VIDA EN LOS SESENTAS Y SETENTAS
La vida y la forma de ver el mundo en los sesentas y los setentas era algo ambivalente, posiblemente de una forma mas evidente que las dos décadas anteriores. Ya en las ciudades la televisión y la radio eran un factor cada vez más común, aunque no tan generalizado como en el resto del mundo. Como en el mundo exterior, el interés de la gente por los medios comenzó a girar primero de la prensa a la radio y luego a lo que ya hacia el resto del mundo, hacia la televisión, que llegó en medio de la dictadura de Rojas Pinilla en 1.954.
Aunque en esa época no existían demasiadas series o producciones extranjeras en la televisión colombiana, era lo suficiente para que la población se comenzara a acoplar cada vez más a la visión de una humanidad globalizada que comenzaba a formase, comenzaba tambien a compararse en tiempo real con el resto del mundo, pero no tan radicalmente como para que se controvirtiera el antiguo orden cultural conservador y religioso de buenas a primeras. Se decían que había hippies como en el primer mundo, pero eso de irse a meter a una comuna (no en el contexto que hoy usaríamos valga la aclaración) y consumir alucinógenos era para unos pocos poetas nadaístas. el grueso de la población que se decía hippie iba a la iglesia y apoyaba la tradición, vestía versiones de la ropa de la época adaptada como venia pasando desde las décadas anteriores, pero ahora más en tiempo real. Aún asi hubo bandas de rock and roll que por esa época se imponía en occidente, muy pocas valga decir, aunque se hizo el festival de Ancón que fue un gran escándalo que hizo que la masa de tías y matronas se gastara los dedos en bendiciones.
Esa necesidad de acoplarse a un mundo exterior cambiante nos hacía movernos rápido intentando conectarnos con un occidente cada vez más vertiginoso y como respuesta a ello el espacio físico de la ciudad se renovaba rápidamente siguiendo los modelos que se establecían en otras partes como muchos aspectos de la cotidianidad. las viviendas de la clase alta y media no tenían mucho que envidiar de las del primer mundo, más sin embargo su mobiliario si variaban de una manera impresionante, el centro cada vez menos habitado por familias, se llenaba de oficinas y edificios mucho más altos de lo que habían soñado sus antiguos habitantes, el hermoso teatro Junín caía y se elevaba el Coltejer como símbolo de este cambio. En el primer mundo era fácil o incluso trivial conseguir una televisión o estéreo, pero en el tercero si era una novedad y tener más de uno ni se diga, asi que si ibas a una casa y veías dos teles asumías que esa familia tenía buenos recursos economicos. Eso tuvo un efecto extraño y es que empezamos a valorar esos chécheres insulsos más que la calidad de vida que podíamos tener, una versión disminuida y nefasta de la sociedad de consumo comenzaba a nacer.
La música que se escuchaba y bailaba como resultado de la creciente influencia de lo que ocurría afuera era variada pues iba desde la incursión del rock and roll, muy tímida en esos tiempos como antes dijimos, pasando por la salsa y la disco. Tambien la música de la tierra continuaba evolucionando e iba incorporando elementos de muchas partes, pero claramente basada en los ritmos tropicales en su mayoría. grupos como los graduados y la famosa disputa entre Gustavo le loco Quintero y Rodolfo Aicardi en los hispanos y un vallenato que comenzaba a penetrar desde la costa, las baladas románticas que se hacen tambien muy populares, que además introducían ciertos elementos del rock y del folclore europeo de una forma más edulcorada y aceptable para la cultura tradicional. por último, la nueva trova cubana y estilos musicales basados en ritmos latinoamericanos que fue llamada música protesta pues su fin y propósito común era protestar por infinidad de cosas como se imponía en el contexto de la guerra fría. Extrañamente, iba despertando una identidad colombiana en un mundo influenciado por la contracultura que claramente tambien iba influenciando la vida cotidiana del pais de una forma cada vez más abrumadora.
He optado por llamar a esta generación del pais como la generación de la mortadela pues a veces se asemeja a una de ellas entre dos panes para formar un sándwich, una generación de transición donde convivían lo conservador con una aceptación de los valores tradicionales pero la adopción mas superficial de las costumbres y usos del mundo de afuera bastante más liberal que comenzaban a imponerse cada vez más por la influencia creciente de los medios, donde la televisión se comenzaba a imponer por goleada.
LAS CONSECUENCIAS DE OLVIDAR UN ENFOQUE GLOBAL EN ÉPOCAS DE GLOBALIZACIÓN
Ya habíamos dicho que Colombia es un pais de pocas ciudades y aquí es donde tenemos que mirar para hacer un diagnóstico sobre la raíz de los problemas que comenzaría a aquejar a las ciudades colombianas. Comencemos con la administración colonial: el imperio español era muy vasto y diverso, con geografías muchas veces compleja lo cual sería un reto enorme hoy, ahora no hablemos del siglo XVl, Esto era empeorado por las políticas de monopolio de comercio que minaron por mucho tiempo las posibilidades de desarrollo.
No me extenderé mucho en la explicación de ello pues sería largo, pero si se hace necesario decir que la principal motivación para crear y mantener el virreinato de la nueva granada era a la vez mantener el puerto de Cartagena. Cartagena era un punto más que ideal pues estaba dentro de una bahía que daba protección a los barcos y a la ciudad del ataque de piratas, huracanes y demás amenazas a la flota de indias lo que la convirtió en el punto de salida de la plata del potosí y tambien del oro del interior. Pero para hacer de Cartagena ese lugar inconquistable se debió fortificar y mantener un regimiento regular y entrenado que era costoso.
Por otra parte, era necesario crear una ciudad en el centro que permitiera precisamente centralizar la administración del virreinato y disminuir la posibilidad de conquista del virreinato ante una eventual toma de Cartagena. No es que hubiera más ciudades con relativa relevancia, pero para un territorio como el colombiano eran muy pocas y no solo eso, eran pocos los poblados importantes y reconocidos para la extensión del territorio y la corona no hacía mucho por corregirlo, es más, lo empeoraba pues se negaba reiterativamente a conceder la calidad de villas a muchos poblados.
Entre esta nefasta política y los limitantes geográficos, la escasez de recursos para construir una red de caminos mas extensa, condenaron a la periferia a permanecer aislada y en la miseria y desafortunadamente esta condición se mantuvo en la republica hasta el día de hoy incluso. Posiblemente la colonización del occidente fue la excepción como ya hemos dicho, pero ya en la segunda mitad del siglo veinte habia cesado hace mucho tiempo. Los mercados se estancaron pues iban llegando a sus límites mientras en la periferia se acrecentaban tres factores que harían crecer la migración que son en cierta forma derivados del problema de ser periferia: pobreza por falta de conexión a los mercados, violencia por falta de un ejercicio legítimo del estado y una economía ilegal de las cuales la más nefasta terminó siendo el narcotráfico. Nos toca decir que tristemente esa misma visión primero imperial, luego nacional y por último toca decir que se reprodujo a nivel regional.
Seguramente en este punto las elites se sentían cómodas y poco o nada les importaba moverse de sus lugares, sentados cómodamente en la mecedora de la conformidad, cocinaban el caldo de su perdición, Pues esa lectura engañosa y conveniente de la sociedad y sus nefastos efectos de los que ya hablaremos, desembocaron en una tragedia en la década que siguió. Si se hubiera puesto el foco en el momento preciso al desarrollo de regiones como la magdalena medio, bajo cauca o Urabá, seguro nos hubiéramos ahorrado muchas penurias y tragedias asi como los problemas derivados, tendríamos tambien mercados más dinámicos, sólidos y extensos y por ende mayor prosperidad, pero no fue así y las consecuencias ya son motivo de otra historia.
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