En todas las constituciones decimonónicas se ha consagrado la libertad de prensa como baluarte de las democracias.
Me parece fundamental recordar dos artículos consagrados en la Constitución Nacional:
ARTICULO 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.
Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.
ARTICULO 21. Se garantiza el derecho a la honra. La ley señalará la forma de su protección.
Helvetius fue un pensador del siglo XVIII protagonista de célebres tertulias en París. Se pensaba que Voltaire afirmó en algún momento: “Desapruebo lo que dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”, pero el profesor Guillermo Fatás, catedrático de Historia Antigua dice que esa frase es de Helvetius:
“El hombre a quien alude con una empatía más valiosa porque es a despecho de una profunda discrepancia, es Claude-Adrien Helvétius o Helvecio (de apellido real Schweitzer, es decir, ‘suizo’, traducido al latín helvecio), contemporáneo suyo. Helvecio fue perseguido por masón, filósofo deísta –pero no cristiano- y materialista. Lo reivindicaron luego algunas corrientes del pensamiento socialista y marxista. Voltaire no comulgaba con él y lo hallaba superficial.” https://www.20minutos.es/opiniones/guillermo-fatas-frases-celebres-defendere-vida-derecho-3110846/
Es esencial a la democracia, es un derecho humano esencial, la libertad de expresión. Y por ello se tiene que garantizar ese derecho a expresar las opiniones, pero tampoco se puede desinformar o entregar información falsa o parcializada, pues ese derecho de informar, de expresión, tiene el correlativo deber de ser imparcial y de ser veraz, por lo que hay un derecho a la honra.
Ahora, con las tecnologías, se hace fácil editar discursos de manera que se muestre sólo partes decontextualizadas de alguna intervención que pueden llevar al escucha o lector a entender una cosa diferente a la que realmente expresó el editado.
Hay que defender la libertad de prensa, pero recordar que hay que defender la verdad, que, la que finalmente, es la que tiene que prevalecer. La prensa es libre, pero responsable.
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