La Institución, amiga o enemiga del pueblo

En estos días en donde se ha disparado una serie de denuncias de supuestos hechos de abuso de autoridad, los cuales, al parecer son realizados por la Policía Nacional, es inevitable reflexionar en lo que está sucediendo dentro de la Institución, ya que, desde hace muchos años, la comunidad, la población civil, ha manifestado tener temor por los que “supuestamente” protegen a los habitantes de este país.

Y al parecer no es solo eso, es usual, escuchar que los policías hacen parte de estructuras de micro tráfico de estupefacientes en diferentes ciudades del país, en donde, la ciudadanía hace las denuncias correspondientes y desafortunadamente, resultan siendo amenazadas y desplazadas de sus viviendas por miedo a la muerte.

Uno de los casos más sonados en un tiempo atrás, fue el descubrimiento de las casas de pique y narcotráfico del famoso “Bronx” ubicadas en el centro de la capital del país, las cuales, al parecer eran de poder de altos mandos de la policía nacional, así mismo, en los municipios del departamento del Meta,  hablaban sobre la supuesta familiaridad y confianza que tenían los integrantes de la institución, con los miembros de los grupos armados ilegales del paramilitarismo del Meta y Guaviare, quienes controlaban o controlan, actualmente, el narcotráfico en estas zonas del país.

Estas son algunas de las acusaciones más sonadas en el país, adicionalmente, siempre han denunciado las supuestas agresiones que tienen los integrantes de esta institución en contra de los jóvenes, vendedores ambulantes, conductores infractores, los cuales, al parecer en repetidas ocasiones, piden “vacunas” o “sobornos” por no entablar la respectiva multa por las sanciones cometidas por los ciudadanos infractores.

Todo esto, hace pensar que la ciudadanía reaccionó, en respuesta al desacuerdo de todo lo que está pasando, y ha pasado en el país,  ya que se evidencia falta de justicia social, no se tiene confianza con la institución que protege, cuida y apoya a la comunidad, es hora de que los Centros de Atención Inmediata (CAI), sean espacios amables para la población, que tengan entrada libre a la comunidad, actualmente, están manifestando que estos espacios le pertenecen a la ciudadanía, por consiguiente, se podría promover actividades lúdicas, recreativas, culturales, educativas, desde estos espacios, de esta forma, se podría iniciar una reconciliación desde la institucionalidad hacia la comunidad, con el fin de poder cambiar la imagen que se tiene de la institución, el otro aspecto, para lograr unión de las dos partes,  (policía y comunidad) es trabajar con el fin de terminar con la corrupción desde el interior de la institución, y poder agilizar procesos judiciales en contra de los agentes que cometan transgresiones ante la población civil y la comunidad en general.

Es hora de hacer cambios en la Institución, no podemos continuar con la complicidad de tanta injusticia, estas reformas deben ser promovidos y dirigidas desde los altos mandos de la Policía Nacional.

  “si un padre educa a sus hijos bien, y ellos actúan como delincuentes y son alcahueteados por sus padres, se están convirtiendo en cómplices de los crímenes que cometa ese hijo”

Karol Yiselt Ramírez Murillo

nací en Bogotá el 06/06/1978, estudié locución y periodismo en el Colegio Superior de Telecomunicaciones, soy comunicadora social y periodista miembro de la Asociación Colombiana de Periodismo ACP, actualmente estudió Sociología en la Universidad Nacional a Distancia, me gusta el trabajo comunitario, con el cual llevo trece años de experiencia, he trabajado con la industria petrolera, tengo experiencia en gestión social con trabajos de interventoría para la Agencia Nacional de Infraestructura ANI, actualmente laboro como contratista para proyectos liderados de la Agencia de renovación del Territorio ART, en la implementación del proceso de paz.

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