Tutorizar estudiantes, no es nada fácil, más aún cuando tenemos más de 10 niños a nuestro cargo, cada uno con una historia en específica. Tutorizar o realizar sesiones de tutoría va mucho más allá de una ficha de aprendizaje. Tutorizar es formar, es educar y ser guía de formación del niño, trabajando con los padres, estudiantes y comunidad.
Pero ¿Qué sucede cuando la familia no realiza un apoyo adecuado en la tutoría?
La labor del docente es muy importante para la vida del ser humano y el trabajo es multidisciplinario. Se imagina usted o ha escuchado usted alguna vez a un niño, dar una opinión al adulto diciendo: “¿Porqué te preocupas? ¡Vive feliz siempre! Observe usted cómo juegan los niños, cómo ríen, cómo resuelven problemas cuando discuten con un compañerito. El corazón del niño, no es como el del adulto, que nos cuesta tanto pedir perdón, dejar ir situaciones o perdonar a quien nos hizo daño. Vivencias complicadas que mientras crecemos y no obtenemos respuestas, se guardan en nuestro corazón.
Coaching educativo, counseling, consejerías y orientaciones son importantes para el desarrollo, pero es importante trabajar de manera práctica-vivencial con los estudiantes en sabiduría, que, aun siendo niños, sepan resolver sus conflictos de niños, acrecentar su autoestima, saber ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Cuál es su propósito? Aprender a amar y a ser amado, aprender a tratarnos con respeto. Pedimos mucho que el mundo cambie, pero no somos capaces de cambiar o mejorar nosotros mismos, curar nuestras heridas, no se normaliza que, en una clase, se hable de heridas emocionales. Pues es momento de hacerlo, trabajemos de la mano con el servicio de psicología, iniciando primero por mejorar nosotros, no pretendamos que nuestros estudiantes obedezcan o sean responsables si en casa no se practica dicho valor o yo no lo práctico. Si queremos mejorar la educación, el mundo, iniciemos por nosotros mismos, aprendiendo a sanar heridas emocionales como el abandono, el rechazo, las injusticias, heridas que nos han afectado y a convivir con los miles de personas.
Ocupamos altos cargos y tenemos personas a nuestro mando, pero ¿Qué pasa si tengo heridas abiertas? ¿Cómo puedo ser justo en una situación? ¿Cómo puedo liderar si ni siquiera se liderar mi propia vida?, reproducimos lo inconsciente hacia lo consciente. ¿Tan difícil puede resultar sanar? ¿Qué me impide hacerlo? Créanme que para un niño es más fácil soltar y pedir perdón a su compañerito cuando pelean, que a un adulto. A muchos niños, se les hace fácil emocionarse con ver a alguien que no ven hace tiempo y que lo extrañan y lo sigue amando igual que el primer día, que a nosotros como adultos.
La tutoría es una de las áreas fundamentales en la educación y en muchos casos no se toma tan en cuenta, lo ponemos en muchos casos como un “anexo” y no como algo fundamental.
El conocimiento es importante, pero la formación y la sanidad emocional, es vital.
Si usted ha tenido miles de cargos, reconocimientos, es una persona conocida, pero trata mal a sus trabajadores, se preocupa de la vida del otro con un fin negativo, trata mal, pone como prioridad lo material, es soberbio y se escuda en el hecho de que “no tengo problemas soy perfecto”. Créame que nada está bien. Pues cualquiera puede obtener lo que usted tiene, a pesar de tener diferentes habilidades y cualidades, pero todos podemos tener lo material, que a unos les tomará más tiempo que a otros, puede ser, pero todos podemos, pero lo que marca la diferencia es ¿Cuánto vales tú como persona? La gente no conoce tus miedos, ni tus carencias, y pongámonos a pensar ¿Con qué propósito he sido reconocido?
A lo largo de mi corta vida, he tenido muchos reconocimientos, alcance cosas que no pensé alcanzar, pero me di cuenta, que nada de eso tenía un valor propio, si no le veía un propósito a eso. Y no digo que este mal, de hecho, es muy bueno, siempre y cuando lo que obtengo va de la mano con lo que soy.
Eduquemos a los niños en empatía, en compasión, en saber perdonar en resolver conflictos, en liderar, pero con un liderazgo sano, a sanar primero heridas primero si quiere que caminen conmigo.
Nada es más importante que la paz.
Esta pandemia nos ha demostrado que lo material en esta vida no es tan importante como la salud, hemos perdido mucho, y también nos ha enseñado y nos ha dado el tiempo para sanar, lo que por mucho tiempo hemos postergado.
Sea el ejemplo de usted mismo y todo lo demás vendrá por añadidura.
Todos fallamos, todos cometemos errores, pero debemos reconocerlos y tener la certeza de que no lo vamos a volver a cometer.
Jesús, aunque muchos lo critiquen, dio un gran mensaje de vida para el ser humano y es que el “Amor nunca deja de ser” 1 Corintios 13:8
Bibliografía:
La biblia. (1602). El libro de la reconciliación.
Comentar