La figura del administrador desde una perspectiva histórica

La figura del administrador puede llegar a ser una de las más clasistas que existe en el mundo actual referente a temas empresariales, y es que a pesar de la monotonía en cuanto a las creencias de su labor, son muchas pero muy similares las que son asignadas en función de las ideologías de cada persona. Según William J. Baumal, ‘’la figura del administrador es una de las más importantes e integrantes’’, y es que, aunque creamos que no, es el eje central de toda organización empresarial y el máximo encargado en la toma de decisiones de cualquier órgano de la organización, decisión que podrá afectar positiva o negativamente, según los estudios previamente realizados por dicha figura. Una evolución  gigantesca y minuciosa ha permitido formar la figura de lo que hoy conocemos como administrador, pero, ¿sabrá la sociedad a día de hoy cuál es la verdadera labor, que condiciones lo amerita para determinar sus aptitudes y cuál es el grado de importancia de la figura administrativa?.

¿Qué es? y no a ¿qué hace? o ¿para qué lo hace?. Con esos interrogantes voy a empezar a desarrollar mi ensayo. Y es que hoy es el día en el que aún seguimos cometiendo el error de preguntar o responder en función del que hacer del administrador, ignorando de manera flagrante el tema central, ¿qué es administrador?. Bajo mi perspectiva, el administrador es aquella figura dentro de una organización que tendrá la labor exclusiva de cooperar ante todos los órganos que conforman dicha organización, velando por el cumplimiento de las metas, aplicando dos conceptos bases de la actualidad en el mundo empresarial, la eficiencia y la eficacia. Podría decir que un administrador cumple satisfactoriamente con su tarea, si sabe promover dichos principios ante todos los miembros de la sociedad, pero, lamentablemente, hoy es el día en que las personas tienden a seguir relacionando la eficiencia del administrador en función de la rentabilidad que éste conlleve para la empresa. Es decir, según el nivel de la rentabilidad de la empresa será el grado de satisfacción asignado al administrador, ¿es dicha condición admisible para la determinación favorable de la labor del administrador? Y es que como se menciona en el artículo, ‘’parece que el fin único del administrador es la rentabilidad. Ha raíz de ella, la sociedad lo juzgará’’.

Viajando al pasado, podemos incidir en la figura del empresario, pues era quién se encargaba de opacar todas y cada una de las labores que a día de hoy son asignadas al administrador, aunque cabe anotar que, en los indicios del mundo empresarial, el empresario únicamente se preocupaba de la rentabilidad económica de la empresa, de ahí el mito de la labor del administrador a día de hoy.

Si seguimos dando pasos en la historia de dicho concepto, podemos visualizar como la sociedad empieza a relacionar la figura aquí tratante, con el manejo adecuado del recurso humano, ahí es donde se introduce en el mercado la primera figura del administrador, aunque algo primitiva. Aparece la figura del administrador burócrata, o lo que es igual, a aquél que, únicamente, se limitaba a hacer cumplir las metas dadas por el empresario. Con ésto quiero decir que, la sociedad, empieza a ver al administrador como aquella persona capaz de gestionar a todo el personal, pero sin saber cooperar, pues en esa época, el administrador únicamente se encargaba de dar directrices en función de las ideologías o metas a buscar por parte del empresario, haciendo caso omiso a las ideas o estrategias que éste pudiera tener en pro a la organización. Cabe anotar que los primeros administradores no eran aquellas personas que, tras estudiar cierta cantidad de tiempo, salían preparados para ejercer dicha labor, pues eran ingenieros quienes se encargaban de opacar las labores ya que se creía en sus conocimientos matemáticos que éstos poseían.

Maximizar y maximizar, era lo único que se tenía en cuenta hasta en ese momento. No importaba las virtudes o debilidades que la persona a cargo de ésta labor pudiera tener, si los beneficios económicos cada vez eran mayores para la organización.

La figura del administrador fue cambiando a lo largo de los días, pues de tener a ingenieros al frente de las empresas, se pasó a tener la figura del administrador burócrata, para posteriormente, pasar a la figura del administrador en sí, pero no todavía a la que hoy vemos en cualquier organización.

Debido al gran crecimiento de negocios, aumentó la competencia dentro del mundo empresarial, ahí es donde aparece, según Werner Sombart, el concepto de ética capitalista, la cual percibo en como aplicar el bien dentro de la derivación del usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción. También podemos empezar a ver las primeras diferencias entre el empresario y el administrador, lo que creo pensar que permitió establecer los primeros lazos organizacionales dentro de toda empresa, permitiendo al administrador actuar de manera libre, bajo sus ideologías y según sus perspectivas, lo que da a aparecer el concepto de agente activo.

Situándonos en la actualidad, el administrador debe ser reconocido claramente por toda la sociedad.

El administrador de hoy se encarga, además de transmitir las directrices encomendadas por el gerente a los distintos encargados de departamento (figura que apareció gracias a la división de los cargos dentro de la empresa), de buscar y establecer un campo de acción entre todos los órganos, dándole voz y voto a todos sus integrantes, en búsqueda del establecimiento de unas metas organizacionales, donde el papel del administrador se limitará exclusivamente a mantener relaciones con los distintos jefes de departamento, pues serán éstos quienes aguardan la labor de coordinar a su equipo, fijando criterios de trabajo adaptados a las necesidades de su equipo.

En modo de conclusión, puedo determinar que, a día de hoy, lamentablemente, no hay una definición clara de la verdadera labor del administrador, teniendo en cuenta que es una de las más importantes dentro de cualquier empresa, pues es quién establece el camino correcto a seguir dentro de la organización, visibilizando las oportunidades de negocio y aplicando las estrategias más correctas previo estudio dentro de ésta.

Jesús Orlando Chavarria Herrero

Estudiante de Contaduría Pública y Negocios Internacionales, considero la redacción como una de mis mayores aficiones. Desde emprendimiento y economía hasta política y justicia social, me encanta ser polifacético en cuanto a temática a escribir. ¿Virtud o desventaja? no sabría responder. En mis ratos libres colaboro a compartir mis ideales políticos basados en mis principios como persona, por eso milito de manera activa en la Alianza Verde.