La fama de unos pocos esta condenado a todos

La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa”. Marco Aurelio Almazán

Es normal que los colombianos no confiemos en la política, ¿por qué?, bueno, en la historia colombiana podemos observar que hubo varios hechos que hicieron que este sentimiento de desconfianza fuera creciendo cada vez más en nosotros.

Empecemos por el año 1970, donde los candidatos a presidencia eran Misael Pastrana (apoyado por el pacto del Frente Nacional)  y Gustavo Rojas Pinilla (apoyado por la Alianza Nacional Popular). Las elecciones fueron llevadas a cabo el 19 de abril de ese año, pero no todo resultaría de la mejor manera para el país.  Se da como ganador a Pastrana, pero se especula que hubo algunas irregularidades en las elecciones, lo que es denunciado por los miembros de la campaña de su contrincante, pero estos no eran los únicos que estaban inconformes con los resultados, y eso se podría evidenciar en el grupo insurgente M-19, el cual se crea en protesta del fraude electoral vivido ese día.

Pasemos al año 1989, donde el conflicto del narcotráfico estaba en su verdadero auge y el “Cartel de Medellín” movía sus fichas en el país como más les parecía conveniente. Era un día en el que el candidato a la presidencia Luis Carlos Galán hablaría sobre unos puntos de su campaña con los habitantes de Soacha. Todo parecía transcurrir con normalidad aquel 18 de agosto, pero minutos después Galán fue herido con disparos, de inmediato es trasladado a un hospital donde finalmente muere. ¿Qué razones tendrían para asesinarlo?, pues bien, las ideologías de Galán siempre estuvieron muy en contra de todo aquello que tuviera nexos con el narcotráfico y repudiaba todo tipo de corrupción, así que aquellos que vieron amenazados sus intereses decidieron apagar su voz de protesta, y con ella, sus ganas de gobernar con la mayor ética posible a un país que estaba en la completa oscuridad.

Estos dos solo serían una clara muestra de que aquellos que significaran una amenaza para los grandes mafiosos del país, tendrían que desaparecer, porque esa sería la única manera de callar su voz para siempre, y así los primeros seguirían teniendo el país a sus pies.

Pero esto no para con la muerte de Galán.

Llega el año 2002, las elecciones entre Álvaro Uribe Vélez y Horacio Serpa; el primero gana las elecciones en primera vuelta (según el conteo de votos, aunque esto ha sido cuestionado por varios expertos). Pero tras un gobierno de 4 años, Uribe hace una reforma a la constitución para su beneficio y da por legalizada la reelección, así que en 2006 no cambiamos de gobierno, sino que seguiríamos en manos de un presidente que tendría presuntos nexos con el narcotráfico, paramilitarismo e investigaciones por crímenes realizados por el DAS.

En el 2010 llega a la presidencia quien era el ministro de defensa del anterior gobierno, el señor Juan Manuel Santos. Este gobierna de la mano de Uribe, pero luego de un tiempo decide darle la espalda y continuar con algunas políticas un tanto diferentes a las que manejaba el expresidente. La principal ruptura de estos dos ex compañeros de política se pudo observar en la reelección de Santos, para la cual Álvaro Uribe le dio su apoyo a Óscar Iván Zuluaga (principal oponente de Santos), pero este es derrotado en las urnas. Otro hecho que marca sus diferencias son los Acuerdos de Paz que decide llevar a cabo el presidente electo para gobernar entre 2014-2018, hecho con el que no estuvo para nada de acuerdo Uribe, y que por ende, lanzó una campaña para que se votara por el “no” en el plebiscito que se realizaría el 2 de octubre del 2016 para ver si los colombianos estábamos o no de acuerdo con la firma del acuerdo.

Podemos observar que no hemos tenido las elecciones más limpias, que estas han estado manchadas por los carteles del narcotráfico y algunas fuerzas al margen de la ley. Pero esto no ha sido lo único que ha manchado nuestra democracia, también podemos ver que la compra de votos es cada vez mayor, las irregularidades de la Registraduría (como las fotocopias sacadas a última hora el 27 de mayo en elecciones para el Senado o el fraude que reconoció el fiscal General de la Nación Néstor Humberto Martínez tras la primera vuelta presidencial) siguen aumentando a pesar de que se trata de buscar la mayor seguridad; pero aquellos que desean perpetuarse en el poder harán todo lo que sea necesario para que no se los arrebaten.

Muy pocos se salvan de este tipo de acusaciones corruptas, como lo es el caso de Carlos Fernando Galán (hijo del fallecido Galán), perteneciente al partido Cambio Radical. Fue el primero en denunciar “El carrusel de la contratación” , hizo  parte de las políticas implementadas por su partido tales como: la mejora de vivienda y hacer que más familias tengan acceso a recursos tan vitales como el agua potable. Pero el pasado 5 de junio del presente año presenta su renuncia al senado, ¿razón?, pues el partido al que ha estado perteneciendo se une a la campaña del Centro Democrático, algo con lo que el ex senador no está de acuerdo y lo hace saber de manera textual en su carta de renuncia “ …La bancada de Cambio Radical ha decidido apoyar al candidato del Centro Democrático para la segunda vuelta de la elección presidencial de 2018. Aunque reconozco la inteligencia y honestidad de Iván Duque, no me puedo identificar con el proyecto político del Centro Democrático, pues no coincide con mis principios (y creo que tampoco lo es con los principios que dieron origen a Cambio Radical). Sería incoherente acompañar un proyecto político que tiene una visión completamente alejada a la mía en materia de respeto a las decisiones de las autoridades y la justicia, que no tiene la misma preocupación por la garantía de los derechos de las minorías, ni por la importancia del rol de la prensa libre y de los medios en la democracia…” Su decisión fue coherente con el legado que le ha dejado su padre, el fallecido Luis Carlos Galán.

También tenemos una senadora que ha emprendido una lucha en contra de la corrupción, Claudia López, la cual lleva una ardua campaña tratando de que aquellos políticos que buscan enriquecerse con el dinero de los colombianos vayan a la cárcel y paguen por este delito.

Su lucha comenzó recogiendo firmas para poder llevar el proyecto de ley al senado. El 3 de febrero del 2017 recorrió los municipios de Cajicá, Zipaquirá, Chía, Cota, Funza y Madrid ; así continuó, de la mano de todo su equipo, recorriendo varias zonas del país, todo esto para poder decirle no a la corrupción.

Después de recoger más firmas de las necesarias, el proyecto de ley es presentado en el senado el 17 de abril del 2018, fecha en la que el Centro Democrático se compromete a votar a favor siempre y cuando se aplace la votación para el día 5 de junio, esto para que no interviniera en la primera vuelta presidencial que ya estaba muy cerca.

Claudia López aceptó este aplazamiento, así que el senado se volvió a reunir el pasado 5 de junio para decidir si propuesta de ley sería llevada a las urnas (posiblemente en la segunda vuelta presidencial). La votación fue completamente unánime, después de casi 4 horas de debate, 84 congresistas votaron a favor de este proyecto. Claudia no pudo contener la emoción y en una rueda de prensa se le salieron algunas lágrimas, pero después de tanto esfuerzo su trabajo está dando frutos.

Casos de corrupción vemos todos los días, cada mañana hay una noticia con nuevas investigaciones para los políticos, pero no permitamos que solo unos pocos manchen la imagen de los otros que trabajan por un verdadero crecimiento, aquellos que se esfuerzan por demostrarle a los ciudadanos que aún hay políticos en los cuales se puede confiar el futuro de la nación.  Pero tampoco permitamos que esos pocos que buscan hacer daño se perpetúen en el poder, porque necesitamos avanzar y luchar por un mejor país, un país en el que nos sintamos orgullosos de quienes nos representan, y eso no lo vamos a lograr eligiendo a los que han manchado de sangre nuestra democracia.