La esclavitud moderna y la dependencia

La mejor política pública y el mejor programa social para que los jóvenes no caigan en las garras de la delincuencia es darles oportunidades de educación y de trabajo, esa es la manera de alejarlos del crimen y traerlos a la civilidad


El anuncio del presidente Gustavo Petro de crear un programa para los jóvenes con el objetivo de que no delincan llamado, “Jóvenes en paz”, fue la última perla con la que salió la semana pasada en el marco de su política de la “paz total”, esta propuesta ha tenido varias aristas en la opinión pública, en mi caso, es una medida peligrosa, que esclaviza a los jóvenes y que además es una estrategia político-electoral del nuevo gobierno.

Este tipo de “ayuda social” no es más que el incentivo para que aumente la criminalidad en todo el país, toda vez que el problema de los jóvenes en riesgo de entrar al mundo de la delincuencia NO es la falta de plata en sus bolsillos, si no la falta de EDUCACIÓN y OPORTUNIDADES de trabajo, dos cosas que este gobierno tiene descuidadas, aunque en campaña hacía gala de ellas.

La señora Cielo Rusinque, directora del Departamento para la Prosperidad Social en entrevista con RCN afirmó que, “claramente estamos hablando de un ingreso que por lo menos se satisface unas mínimas condiciones de subsistencia…”, ojo a esa afirmación, lo que busca el gobierno Petro es que los jóvenes sean mendigos del Estado en vez de ayudarlos para que puedan trabajar, progresar y empiecen a construir un futuro prometedor.

Este programa es otro tipo de subsidio que busca a la población joven para esclavizarla, es decir, a través del pago de $800.000 el gobierno está forjando unas personas que solo le responderán a ese gobierno, ahora bien, en caso de que no les cumplan, ellos tendrán el “derecho NO adquirido” de tomar la decisión de delinquir. ¿Acaso el gobierno está solucionando el problema o, al contrario, lo está agravando?

Este tipo de programas, en mi opinión, inútiles, porque no solucionan los problemas centrales por los cuales los jóvenes entran a la criminalidad necesitan dinero, y ese dinero es público, en este sentido el valor del programa son de billones de pesos que tendrán que salir de algún lado. Como en la actualidad NO existe este programa como política nacional no hay un presupuesto para financiarlo.

Como el dinero es limitado y escaso al igual que los bienes y servicios, el gobierno tendrá que hacer una de dos cosas o las dos – uno nunca sabe con este gobierno de politiqueros – una opción es sacar una partida del Presupuesto General de la Nación quitándole recursos a otro sector o a través del recaudo de más impuestos. En el mundo nada es gratis y si el Estado da subsidios alguien los tuvo que pagar antes.

El presidente Petro y su gobierno no pueden ser ingenuos, los jóvenes que entran a la criminalidad lo hacen porque allí encuentran un nicho donde reciben mucho dinero, claro, haciendo cosas fuera de la ley, muchos reclutados y otros inducidos, así que pagarle $800.000 para que no delincan es un incentivo para que lo sigan haciendo y con más vehemencia.

La mejor política pública y el mejor programa social para que los jóvenes no caigan en las garras de la delincuencia es darles oportunidades de educación y de trabajo, esa es la manera de alejarlos del crimen y traerlos a la civilidad, no a través de subsidios que los van a mantener esclavos eternos de los gobiernos y manejados como borregos para que voten en las elecciones y así no les quiten los subsidios.

Si en verdad el presidente Petro le preocupan los jóvenes le sugiero que abra más escuelas, fomente el emprendimiento, reduzca los impuestos para que las empresas puedan trabajar y contratar personas, dinamice el campo para trabajar en vez de “regalar” dinero.

Una nación que se base en subsidios y limosnas del Estado es una nación condenada a la pobreza y al atraso como sociedad.


Otras columnas del autor: https://alponiente.com/author/forero-orjuela/

 

Aldumar Forero Orjuela

Joven oriundo de Bogotá D.C. Nacido en 1998, de familia conservadora, se ha adherido a las ideas del liberalismo que aboga por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad como los valores más importantes de una sociedad.

Economista de la Universidad de La Salle. Con diplomados en cultura democrática y juventud constructora de paz.

Ha sido columnista en varios medios digitales de opinión y actualmente es columnista en Al Poniente.

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