« ¿Qué medidas debe de tomar un país sub o en vía de desarrollo para lograr solventar las distintas dificultades económicas presentadas en su sociedad y qué factores deben de considerarse para medir el grado de satisfacción de las necesidades mínimas?”
Antes de medir de manera extrínseca la necesidad que surge de medir la utilidad social dentro del contexto económico de cualquier país, se prevé la necesidad de definir conceptos claves para llegar a entender y conceptualizar, de manera ágil y productiva la pregunta aquí planteada.
Partiendo del concepto de economía como aquella ciencia encargada de estudiar las necesidades ilimitadas teniendo la posibilidad de acceder a unos recursos limitados, podemos hablar de utilidad social como aquellos recursos o servicios mínimos para considerar que una sociedad está dignamente satisfecha, pero ¿qué servicios o posesiones necesitamos nosotros, como personas, para cavilar que podemos mantener un poder adquisitivo mínimo y qué parámetros son los que determinan la posesión de una vida basada en calidad?
Servicios de internet o verduras, ¿qué necesitaré realmente?
Cuando hablamos de servicios mínimos para justipreciar que una población accede a un abanico de servicios mínimos, hacemos referencia a aquellos que ayudarán o contribuirán a subsistir en una sociedad donde, de manera acelerada o no y dependiendo del país y de su respectiva economía, los precios de los productos se mantienen en un constante cambio que, difícilmente, puede lograr ser controlado por las autoridades estatales del mismo. Por ejemplo, podemos hacer un breve recorrido en la historia de la economía española, donde, durante el período comprendido entre el 2002 y el 2010, dicho país pasó por distintos problemas económicos derivados de la falta de organización, capacidad y experiencia de regular y orientar todo problema macroeconómico, lo que conllevó al alza, de manera inesperada, de distintos servicios básicos para la ciudadanía nacional y extranjera, como el precio del alquiler, el precio de los productos alimenticios básicos y de los servicios públicos, tales como el gas, energía y el agua. Pero, como todo lo que sube debe bajar, la misma situación conllevó a la reducción del salario mínimo legal mensual lo que, a su vez, provocó grandes recortes, tanto a nivel salarial y de empleo.
Cuando se presentan circunstancias de este calibre, la economía plantea la capacidad que las personas deben de tener para decidir qué realmente requieren para satisfacer sus necesidades y, es ahí, donde renace la necesidad de conocer, mínimamente, sobre la economía y, específicamente, la microeconomía. Será la microeconomía la que proporcionará a toda persona recursos mínimos para la toma de decisiones que tengan o guarden relación con la predicción financiera. ¿Es el desconocimiento económico lo que conlleva a la errónea toma de decisión en cuanto a la adquisición de un producto determinado, agravando el problema de escasez en las personas?
La economía, ¿debe medir la utilidad social en busca de la satisfacción?
Debemos partir de la idea de que toda persona posee unas necesidades básicas que parten desde los aspectos biológicos, físicos, psíquicos y culturales. Las necesidades anteriormente planteadas dan surgimiento a los problemas económicos básicos, siendo los mismos osados respondiendo a los interrogantes ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuánto? y ¿para quién producir? No podemos olvidar que la economía, como ciencia, debe propiciar soluciones que ayuden a resolver los distintos problemas, científicos o no, que puedan presentarse en una sociedad, por ende, podemos decir que la economía, afirmativamente, debe medir la utilidad social en busca de la satisfacción de las personas. Pero, ¿qué necesitamos para sentirnos satisfechos?
Una persona se satisface si puede acceder a los servicios y necesidades básicas diarias. Hoy en día podemos observar, si echamos vista gorda a gran parte de los países del África, o países de la América Latina como Venezuela, Haití o parte de la misma Colombia, como, de manera diaria, aumenta el precio del mercado debido a la globalización y a factores micro y macroeconómicos internos del país, podemos observar que los índices de desnutrición en niños y adolescentes crecen en picada y, por si fuera poco, la pobreza extrema, mientras en los países potencialmente económicos crece, en los países en vía desarrollo o subdesarrollados. Tú, al igual que yo, nos preguntamos a diario … ¿qué medidas debe de tomar un país sub o en vía de desarrollo para lograr solventar las distintas dificultades económicas presentadas en su sociedad y qué factores deben de considerarse para medir el grado de satisfacción de las necesidades mínimas?