La política en Colombia viene en decadencia desde el año 2006, pues a partir de la reelección del expresidente Uribe la política no se ha encargado de debatir los grandes problemas sociales que desde antaño tenemos, sino que se ha vuelto un campo de desacreditaciones personales donde los políticos actuales se preocupan más por su imagen y por cómo destruir a sus oponentes frente a la opinión pública.
Personalmente considero que el primer periodo de Gobierno del expresidente Uribe fue uno de los gobiernos en los que Colombia estuvo más cohesionada. Quizás desde la época de el expresidente Lleras Restrepo Colombia no se veía con un propósito común, el cual radicaba en acabar con grupos terroristas que tanto daño le hicieron al país y dinamizar una economía que venía en recesión.
No sé si fue un error del expresidente Uribe haberse lanzado para la reelección, pero si puedo asegurar que desde que fue reelecto la política colombiana sufrió grandes cambios, y los políticos dejaron de pensar en los problemas sociales y se dedicaron a despotricar de sus oponentes, haciendo que la atención de los colombianos girara en torno a sus vidas personales y no a los problemas del país.
Una parte de la culpa de dicho cambio en la política la tiene la supuesta derecha del país, la cual no fue capaz de sacar un candidato con cualidades de estadista como lo fue el expresidente Uribe en su primer periodo, y al ver los colombianos dicha incapacidad de la derecha apostaron a la reelección ya que el país iba por un buen rumbo y las propuestas del candidato de centro no calaron en la población.
Después de la reelección, la derecha no fue capaz de unirse y sacar un candidato fuerte, por lo que muchos que aún querían el rumbo que se había trazado para el país prefirieron el candidato que dijo Uribe, el cual no cumplió con las propuestas que planteó en su campaña y el 7 de agosto de 2010 le dio la espalda a su patrocinador.
En ese momento hubo un quiebre drástico en la política nacional, pues toda la izquierda se abalanzó sobre la vida personal del expresidente Uribe para desacreditarlo, pues querían acabar con la derecha a cómo diera lugar y las cosas estaban dadas. Al comenzar dicha desacreditación el expresidente Uribe y sus allegados empezaron también a desacreditar al presidente, lo que hizo que la izquierda se uniera en un discurso de deslegitimación a los políticos tradicionales, la cual cumplió su cometido, pero hoy tiene la política del país en vilo.
La izquierda jugó la carta de “divide y reinarás” y, a hoy, están ganando la partida, pues, aunque ya han demostrado en varias ocasiones su incapacidad para gobernar, han demostrado la capacidad para deslegitimizar a los políticos tradicionales y a los partidos creando una gran inestabilidad en la democracia del país. Pues, aunque son muy buenos para deslegitimizar ellos no hacen nada para que el actuar político se legitime y son peores que los políticos que tanto critican.
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