La democracia no se construye con tripas

El reto es dejar de votar con rabia y empezar a elegir con información y conciencia.

En cada elección, Colombia vuelve a caer en el mismo círculo vicioso: la polarización. Nos venden la política como una pelea entre buenos y malos, como si el futuro del país dependiera de derrotar a un enemigo, y no de construir soluciones reales. Y en esa lógica de bandos, los ciudadanos terminamos votando desde la rabia, el miedo o la esperanza ingenua. Votamos con el hígado, no con la cabeza.

El votante emocional es el combustible perfecto de la polarización. No le interesa comparar propuestas ni exigir coherencia: solo busca derrotar al otro bando. Es un votante que se moviliza más rápido con un eslogan incendiario que con un plan serio de gobierno. Al final, el país se convierte en terreno de juego para políticos que saben manipular emociones, pero poco saben —o poco quieren— de resolver problemas.

La historia reciente lo confirma. Hemos elegido presidentes más por lo que representan contra sus opositores que por lo que pueden ofrecer en términos de gestión. Hemos validado discursos que alimentan el resentimiento, el miedo o el fanatismo, mientras la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades siguen intactas. La polarización nos da la ilusión de estar participando en una batalla épica, pero en realidad solo perpetúa el estancamiento.

La salida no está en abandonar la política, sino en tomárnosla en serio como ciudadanos. Una democracia madura necesita ciudadanos informados, capaces de leer propuestas, contrastar datos y exigir transparencia. Pero también ciudadanos cívicos, que entiendan que votar no es un trámite ni una revancha, sino un acto de responsabilidad con la comunidad y con las próximas generaciones.

No seamos votantes emocionales. No sigamos siendo presa de una polarización que beneficia a los mismos de siempre. La democracia necesita cabeza fría y corazón sereno, pero sobre todo ciudadanos informados y conscientes, capaces de ver más allá de los bandos y de apostar por proyectos que realmente le sirvan al país.

Julio González Pico

Politólogo Unal; Me gusta escribir sobre temas de Ciudad. 

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