La democracia ilustrada

“La esperanza es una cosa que a veces se me cae del bolsillo 

y me tengo que agachar a recogerla de suelo hecha trocitos”

Eduardo Galeano

Cada vez que hay elecciones en Colombia (nacionales o regionales) sufro. Aunque parece que la democracia es el mejor sistema de gobierno al que hemos podido llegar, a veces lamento mucho que en nuestro país, como en tantos otros del mundo, se haya convertido en “la tiranía de las masas”. Masas amorfas, manipulables, que no eligen haciendo uso de su capacidad de razonar, sino por la emoción que le genera un muy buen orador, o el candidato que le regaló un tamal.

Cuando veo lo que como sociedad democrática hemos permitido frente al irrespeto de los derechos humanos, la libertad de expresión, la incompetencia de tantos funcionarios públicos, etc., vienen a mi mente algunas de las monarquías que existieron en Europa en los tiempos del Despotismo Ilustrado, donde el monarca además de permitir la tolerancia religiosa, la libertad de expresión y de prensa, fomentaba y obedecía las leyes en vez de actuar arbitrariamente, llamaba a personas calificadas que le ayudaran a formular políticas en beneficio del pueblo, e incluso muchos de ellos instauraron la educación obligatoria; eso en pleno Siglo XVIII. Y aunque no todo lo que hicieron esos déspotas ilustrados lo hicieron bien, imagínense lo que podríamos lograr en el Siglo XXI con semejante sistema. Pero claramente la apuesta es arriesgada.

Pensar en el Despotismo Ilustrado y en la democracia tal como la vivimos hoy, lleva a la reflexión de que el problema no es el sistema; el problema es el grado de conciencia de las personas que pueden decidir en ese sistema. Así como el absolutismo es un sistema que casi siempre hizo (y en muchos lugares sigue haciendo) mucho daño a la gente, los déspotas que se ilustraron, que tuvieron conciencia de su pueblo y de lo que podían lograr como gobernantes, impulsaron grandes cambios en sus reinos, a mi modo de ver positivos, (reitero: no todo lo hicieron bien). Así como la democracia ha permitido avances inconmensurables en casi todo el mundo, hoy es una herramienta que también hace mucho daño; y es precisamente porque cada uno de los sujetos de la democracia, no somos conscientes de lo que estamos llamados a ser y a hacer como ciudadanos. Pero ¿cómo despertar esa conciencia?

Así como varios sistemas absolutistas en un momento pudieron mutar al despotismo ilustrado, la democracia hoy también debe ser capaz de convertirse en una democracia ilustrada (que es la democracia real). Y retomo aquí 2 reflexiones que hizo Carlos Gaviria en su última conferencia en el Gimnasio Moderno en Bogotá “¿Cómo educar para la democracia?”:

“Decía Benjamin Ergert: La ilustración es el primer derecho del pueblo en una democracia; (…) es decir, si en una democracia es el pueblo el que va a decidir, ese pueblo tiene que tener derecho a la ilustración, en este caso, la educación”.

“Cuando uno va a construir la democracia, lo que tiene es que construir el sujeto de la democracia, y el sujeto de la democracia es el pueblo, y el pueblo no puede ser una masa amorfa sino una comunidad pensante, consciente, convivente.”

Antes de terminar, quiero resaltar algunas campañas que conozco por el voto consciente en Antioquia: #YoVotoPorque de Global Shapers, y “Mi Voto Tiene Sentido” de la Corporación Región, “No se deje enredar” de la Alcaldía de Medellín, “La corrupción entra por las elecciones” de la Gobernación de Antioquia. Creo que son herramientas muy poderosas para educar a la ciudadanía. Y aunque para estas elecciones ya perdí todas las esperanzas en Medellín y en Antioquia, ojalá para las próximas podamos tener una democracia más ilustrada que la que tenemos hoy.

Ayudaron a construir este escrito:

• Conferencia ¿Cómo educar para la democracia? de Carlos Gaviria
• Libro “Historia de las Relaciones Internacionales” de Pablo Vallejo Mejía
• Libro “Leading from the emerging future” de Otto Scharmer y Katrin Kaufer
• Libro “La República” de Platón