La culpa es de la vaca

las palabras dichas por Duque al posesionarse han quedado en el olvido ya que prácticamente todos los problemas que se le presentan tienen como único culpable a Juan Manuel Santos, es incapaz de asumir su responsabilidad como mandatario y asumir las riendas de la nación

El señor Iván Duque asumió las riendas del país desde el 07 de agosto de 2018, uno de sus principales discursos fue que no gobernaría con espejo retrovisor, que su presidencia se iba a enfocar en mirar hacia adelante y que no dividiría al país.

Pero hablar de eso parecería estar hablando de un suceso irrisorio, que nunca pasó o como si fuera palabras de hace décadas, ya que Duque no ha tenido un gobierno fácil debido a decisiones mal tomadas, nombramientos de ministros y funcionarios muy cuestionables y por supuesto las contradicciones con las promesas en su campaña pues pareciere que estuviese haciendo todo lo contrario a lo prometido, empezando por su famosa frase de campaña donde decía “Menos impuestos, más salario” donde nada tiene que ver con la realidad con su aumento de impuestos con la mal llamada “Ley de financiamiento”, adicional a eso se le suman las críticas a la carrera que ha iniciado para la exploración del fracking en Colombia donde por su puesto en campaña dijo que no se haría fracking precisamente para ganar adeptos ya que era el discurso fácil y populista.

Sin embargo han encontrado una estrategia eficaz para salir bien librados de su mal actuar en el gobierno, ya que no solo Duque si no toda su bancada han sabido cómo excusarse ante cualquier crítica que se les haga y esta es echarle la culpa de todo al gobierno anterior; por ejemplo ante la crítica más reciente del mandatario norteamericano Donald Trump al mencionar que Duque “es un buen tipo, pero no ha hecho nada”; estas críticas no han caído bien para la imagen del presidente Colombiano y ha desatado también toda la ira del uribismo que inmediatamente corrieron a culpar a Santos del problema actual.

Pero esta no es la primera vez que culpan a Santos de todos los problemas que tienen en su mal gobierno, las cifras de desempleo, la tasa de homicidios que se ha incrementado especialmente de líderes sociales que superan los 30 sólo en lo corrido del 2019, las protestas que provienen de los sectores que se sienten abandonados tal como ocurrió en el paro de la minga indígena donde también fueron estigmatizados por el gobierno sólo para tapar la indiferencia que ellos mostraban hacia un sector que ha sido golpeado por muchos flagelos sociales, desde la violencia hasta la carencia de insumos vitales para la vida como salud, carreteras, vivienda y educación. Pero ese es otro tema que quizás amerite otra columna.

El punto es que las palabras dichas por Duque al posesionarse han quedado en el olvido ya que prácticamente todos los problemas que se le presentan tienen como único culpable a Juan Manuel Santos, es incapaz de asumir su responsabilidad como mandatario y asumir las riendas de la nación, lo cual también ha incrementado las críticas de quienes dicen que no tiene la personalidad, el liderazgo y la autoridad para ser presidente, además de la experiencia que se necesita para saber dirigir a todo un país.

Se ha llegado a tal punto de echarle la culpa a otros de su desgobierno que el mismo Álvaro Uribe llegó al límite al decir que el problema de la droga era culpa de Barack Obama; es importante resaltar que los malos gobiernos, en especial los dictatoriales, basan sus estrategias en culpar a los otros de su escasez, de sus malas decisiones, del hambre, del desempleo, etcétera, para así poner al pueblo contra un enemigo en común y quitarse la responsabilidad de sus actos.

Esperemos entonces que Iván Duque pueda darse cuenta lo más pronto posible que él es ahora el presidente de la nación y que debe asumir como tal sus responsabilidades y debe buscarles una salida que no sea la de culpar a otros, pues en ese caso vamos a estar 4 años anclados al pasado sin avanzar lo que ya habíamos logrado avanzar en los últimos 8 años.

@jonathanp_21

Jonathan Peláez R.

Soy estudiante de último semestre de Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia; miembro del comité editorial de la Revista de Estudiantes de Ciencia Política y he sido "joven" investigador en el Instituto de Estudios Políticos de la UdeA. Soy un apasionado por los temas de país, coyuntura política nacional, ideologías y cultura política, además de ser un apasionado por el fútbol y la música y su relación con la política.