“El liderazgo tiene un propósito superior que va más allá de cumplir funciones o trabajar con un equipo para alcanzar metas; implica el cuidado de uno mismo y de quienes nos rodean, facilitando la toma de mejores decisiones y reduciendo los malos liderazgos basados en el ego y la incoherencia.”
En las últimas semanas hemos visto actividades tensas en el ámbito político de Colombia, y a partir de ahí nos surgen muchas preguntas acerca del liderazgo de las personas toman decisiones cruciales para el bienestar cultural, económico y social del país. Debemos entender que el liderazgo tiene un propósito superior más allá que de cumplir funciones o trabajar con un equipo para alcanzar metas mensuales, anuales o cada cuatro años.
Entonces, surge una pregunta: ¿Cómo enfrentan los líderes las crisis contemporáneas del liderazgo? Este enfrentamiento comienza con el cuidado de sí mismos y de quienes los rodean, lo que facilita la toma de mejores decisiones y reduce significativamente los malos liderazgos basados en el ego y la incoherencia, Carlos Raúl Yepes expresidente de Bancolombia dice que el mejor discurso es el ejemplo en acciones.
Al hablar de crisis de liderazgo, no nos referimos a la falta de jóvenes dispuestos a liderar, sino a las personas en cargos de poder que no ejercen un liderazgo digno para las personas, porque, el liderazgo implica la ejecución del poder, y aunque el poder a menudo se percibe negativamente, es una herramienta esencial que da el liderazgo. Según Foucault, el poder es la continuidad o expansión de uno mismo, y es a partir de ahí que se distinguen los buenos líderes, soy de las que creen firmemente que el verdadero problema del liderazgo radica en cómo las personas utilizan esta herramienta que el liderazgo les otorga.
El cultivo de uno mismo es crucial para abordar la crisis del liderazgo, si no nos conocemos bien y nos cultivamos a nosotros mismos, ¿cómo pretendemos liderar personas y tomar decisiones con inteligencia emocional? El cuidado de uno mismo se ha descuidado últimamente, ya que nos distraen y exacerban muchas cosas externas y nos da miedo conversar con nosotros mismos y hacernos las preguntas difíciles, lo evitamos al máximo. Cada día deberíamos volver a la filosofía mundana, que nos permite ver, preguntar y sentir la vida de manera más intrínseca. La formación y el autoconocimiento son fundamentales para enfrentar la crisis de liderazgo que persigue a nuestros líderes.
Lo más importante, después del cultivo y el reconocimiento, es el elogio al error: aceptar que nos equivocamos y mejorar cada acción que realizamos. Esto no solo es necesario para los líderes, sino también para nosotros, que observamos con atención y rigor a los liderazgos públicos y privados. Tal vez deberíamos entender que un líder gestiona activos, pero lidera personas. Más allá del orgullo, los egos y la incoherencia, debemos conocernos y cultivarnos más para tomar mejores decisiones y ser líderes referentes de empatía, amor, conexión y coherencia. Todas esas son cualidades que todo líder debería fortalecer en su ejercicio de liderazgo, y solo se logran si nos miramos a nosotros mismos y practicamos la filosofía mundana para percibir mejor nuestro entorno y ser grandes líderes.
Entonces, invitémonos unos a otros a cultivarnos y a fortalecer nuestras prácticas filosóficas cada día para ser mejores seres humanos y líderes, seamos cuidadores de otros y de nosotros mismos. Así podremos contribuir a mejorar la crisis de liderazgo, si logramos esto, podemos aspirar a ser un país mejor, con desarrollo económico, social y cultural.
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