La Constituyente: ¿Solución o Problema en la Política Colombiana?

“Aquellos que votaron libremente por la propuesta de país que hoy nos gobierna asumieron el riesgo moral de entregar el timón del barco a un hombre ansioso de poder”.


Las campañas políticas se han convertido en un sofisticado teatro, donde las expectativas de los electores se utilizan como base para hacer promesas de cambio. Hoy en día, gracias a la movilización de datos por internet en milisegundos, es sencillo obtener información suficiente para tener claridad sobre las preferencias de los votantes. Por esta razón, el pueblo colombiano tiene el presidente que desea y merece. Aquellos que votaron libremente por la propuesta de país que hoy nos gobierna asumieron el riesgo moral de entregar el timón del barco a un hombre ansioso de poder.

Se conocían en gran medida los intereses de reformar el diseño institucional, ese entramado de normatividad que ordena y guía la función pública. Una vez en el poder, se fueron revelando nuevas facetas del actual gobierno, lo que sorprendió a algunos y confirmó las dudas de los más escépticos.

Las acusaciones de corrupción por dinero sucio en la campaña y la incapacidad para tomar decisiones basadas en la realidad, como los números reveladores de Ecopetrol, demuestran que el riesgo moral asumido por los seguidores de esta propuesta de país se ha materializado. Junto a este contexto, las ambiciosas propuestas de reforma no han tenido el trámite esperado en el Congreso de la República, y en las calles crece el descontento por la forma en que se toman las decisiones.

Nuestro gobierno desprecia las instituciones constitucionales, lo cual es grave, ya que ese desprecio también recae sobre los empresarios, la familia y la iglesia. Esto sucede en la medida en que se sigue centralizando sin reconocer a los sectores productivos, esenciales para el progreso de la nación. El camuflaje democrático que intentan adoptar es mencionar incansablemente que el pueblo los respalda, y que ese pueblo al que hacen tanta referencia requiere de la ejecución del paquete de reformas tramitadas en el legislativo, ahora mediante una constituyente.

No me agrada el alboroto que se está armando con este tema. Me preocupa porque el antecedente que tenemos de un proceso constituyente es de profunda crisis nacional. Cuando en 1989 asesinaron a Galán, el movimiento estudiantil de la séptima papeleta se levantó para liderar de forma espontánea una reestructuración del orden constitucional, respaldado genuinamente por el pueblo colombiano. No fue el presidente quien tomó la iniciativa, sino que surgió de una ciudadanía activa y visionaria. Para este tiempo no se ve tal situación, aun con reparos hay una aceptación significativa de la constitución de 1991.

Por lo anterior las calles del país no pueden volver a convertirse en un campo de guerra como en 2021, esta vez con jóvenes incentivados por los discursos sectarios de los mismos políticos que hoy tienen el poder del Estado. Presidente, gobierne con su propuesta de país, con las reglas de juego que lo eligieron, no desarme lo que tanto esfuerzo ha costado construir.

Sí, se necesita una reforma al diseño institucional, en especial al enfoque de centralización que prima, para dar paso a uno descentralizado y federal. Sin embargo, para llegar a eso se deben respetar a los sectores productivos, y se deben hacer acuerdos fundamentales entre los interesados principales: las regiones. Estas han estado relegadas de su gobierno, por el revanchismo con el que ha tratado a aquellos gobernantes locales que se desligan de su cosmovisión.

El país no debe entrar en un profundo caos para debatir reformas a su diseño institucional. Las reformas que Colombia requiere no se darán en un solo gobierno, sino que debemos crear en la ciudadanía el interés de consolidar una visión nacional que nos convoque en los puntos fundamentales y álgidos. Es lamentable que Petro solo le dé protagonismo al diálogo con criminales y no con el ciudadano. Como van las cosas, cabe preguntarnos ¿Será que esa constituyente saldrá de esas mesas de diálogo con el ELN y otros grupos ilegales?


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/mlserrano/

Primera columna

Michael Leonardo Serrano Rincón

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.