En este país se necesita mano dura con TODOS los criminales, sea que vayan uniformados o con ropa de civil. Colombia quiere poder confiar en toda la autoridad, no solo en unos cuantos pero para esto necesitamos que todos aquellos que cometan algún tipo de crimen vaya a la cárcel, que respondan ante la ley y que el gobierno no lo proteja.
“La confianza y el respeto se ganan no se exigen” pero este pequeño refrán que nos han dicho desde pequeños, es algo que tristemente no todos nuestros «defensores” han podido entender. ¿Qué nos queda como sociedad si no podemos confiar en aquellos que juran protegernos a toda costa?
Javier Ordóñez no murió, a Javier Ordóñez lo mató el abuso policial y de eso no cabe la menor duda. Suplico por su vida pero a ningún policía presente le importo. Lo golpearon y le proporcionaron descargas eléctricas en repetidas ocasiones.
No creo poder comprender el miedo y la impotencia que sintió Juan David Uribe, amigo de la víctima. ¿A quién debía llamar? si los únicos que podían ayudarlo y protegerlo eran los mismos que cometían dicho abuso.
La policía nacional debería ser una organización que transmitiera confianza y respeto pero lastimosamente poco a poco ha perdido su credibilidad y autoridad ante el pueblo colombiano por unos pocos que creen que el poder es sinónimo de violencia y abuso. Perdieron respeto y autoridad cuando mataron a Javier Ordóñez, también cuando violaron a una mujer de 20 años por evadir un pago de transmilenio o cuando mataron a Ángela María Pérez, una mujer de 50 años que recibió un bolillazo en el pecho, perdieron un poco más cuando mataron a Harold Morales un chico de 17 años que se rehusó a lavar una moto de un uniformado de forma gratuita y perdieron aún más cuando asesinaron a Anderson Arboleda a punta de bolillazos. Estos son solo unos pocos, ante la cantidad de sangre derramada que tiene la policía nacional en sus manos.
No me malinterpreten, sé y tengo la certeza que hay muchos policías buenos, sé que muchos cumplen con su labor y nos protegen día y noche, que arriesgan sus vidas por intentar mantener a nuestro país libre de delincuencia y también estoy convencida de que la mayoría siente vergüenza por los abusos cometidos por sus compañeros.
En este país se necesita mano dura con TODOS los criminales, sea que vayan uniformados o con ropa de civil. Colombia quiere poder confiar en toda la autoridad, no solo en unos cuantos pero para esto necesitamos que todos aquellos que cometan algún tipo de crimen vaya a la cárcel, que respondan ante la ley y que el gobierno no lo proteja.
Por último no todos los policías abusan de su poder por lo tanto no todos merecen ser castigados o atacados y no todos los protestantes son vándalos intentando destruir la sociedad.
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