Con jocosidad y un poco de buen humor, he recibido en mi línea de WhatsApp en los últimos días, algunos memes que hacen referencia entre otras cosas, a los increíbles aumentos en los precios que han sufrido en nuestro país, algunos alimentos básicos de la canasta familiar como la papa, la carne, las verduras y demás. Aunque parece chistoso, la realidad es otra y a la hora de pagar nuestro tradicional mercado, muchos sentimos un alza absurda en los valores que golpean nuestro bolsillo e indudablemente afectan la economía de todas las familias en Colombia.
El pasado domingo, mientras realizaba los recorridos propios de la campaña que Dios mediante me llevará al Senado de la República el próximo 13 de marzo, hablaba con un grupo de líderes amigos en la ciudad de Medellín y todos coincidíamos en afirmar que el valor del mercado para nuestros hogares, había aumentado aproximadamente un 30% en relación al año anterior, es decir, lo que usualmente comprábamos con 250 mil pesos en 2021, hoy nos está valiendo alrededor de 330 mil pesos, en las mismas cantidades.
Una lideresa de la Comuna 12 – La América me contaba: “la verdura y la fruta para mi casa la compro generalmente cada 15 días; recuerdo perfectamente que en noviembre del 2021 me gastaba 80 mil pesos comprando papa, frijol, lenteja, lechuga, tomate, cilantro, zanahoria, arracacha, plátano y cebolla, ahora, en febrero del 2022, estos mismos productos en el denominado Fruver de las esquina de mi barrio, me está costando alrededor de 120 mil, un incremento, que obviamente, se siente y perjudica la economía de mi familia.
Pero el escenario no solamente está encarecido en materia de revuelto o verdura, en igual medida, he recibido bastantes comentarios de parte de ciudadanos en las diferentes regiones de Antioquia, que señalan que el precio de la carne de res se encuentra por las nubes; por ejemplo, en la comuna 16 – Belén, un líder nos contaba que, en noviembre de 2021, compraba para su familia un kilo de pierna en la carnicería del barrio y su costo era de 14 mil pesos. Actualmente, el mismo kilo de pierna le está costando 22 mil, es decir, alrededor del 40% más de lo que pagaba por este producto hace tan solo 4 meses.
La realidad es esa, los productos de la canasta familiar que necesitamos todos los colombianos en nuestros hogares han subido de manera estrepitosa y el costo de vida se está haciendo cada vez mayor. Las familias sienten el rigor de una inflación que superó el 7% en el mes de enero, situación que encarece los productos y obliga a los hogares a destinar más recursos económicos para poder subsistir. Recientemente, el Departamento Nacional Administrativo de Estadística (Dane) dio a conocer que el sector de los alimentos y las bebidas ha sido el más golpeado por la mayor inflación registrada en el país en los últimos 5 años.
La situación más preocupante quizá se presente con el precio de la papa, no puede ser que el kilo de papa que a finales del año anterior nos valía $2.800 ahora esté rondando los $5.000, según el Dane, en muchas plazas la papa alcanza incrementos hasta del 140% en su precio de comercialización final, una situación absurda por donde quiera que se le mire.
Ahora bien, muchas personas se preguntan en los barrios de Medellín y en los municipios de Antioquia, ¿qué es lo que encarece los productos de la canasta familiar de esta forma? ¿por qué razón no existe una regulación en los precios de los alimentos que todos los hogares de Colombia necesitan consumir? ¿qué puede hacer el gobierno para lograr revertir esta situación y alivianar un poco la carga económica de la alimentación en Colombia?
Razones hay varias; el cambio climático sin duda alguna sigue haciendo de las suyas y por eso nuestra preocupación constante por lograr mitigar sus efectos, sobre todo en las zonas donde se cosecha y se cultiva la comida para todos. Por otra parte, la ya conocida crisis de los contenedores en el mundo generó un encarecimiento de los insumos para los cultivos que, a la larga, la terminamos pagando los consumidores finales. De ahí también, la insistencia de nuestra parte para lograr sacar adelante en el Congreso la ley de insumos agrícolas que le permita a los campesinos acceder a subsidios del gobierno nacional para evitar que, con el encarecimiento de abonos, pesticidas y fertilizantes, se siga aumentando el precio del producto final en las plazas de mercado y le sea más caro al ciudadano hacer su mercado.
En igual medida, las fuertes alzas en el precio del dólar también generan un aumento en los precios de las materias primas para cultivar, situación que requiere del compromiso del gobierno para lograr estabilizar esta situación y evitar que las familias de estratos bajos sigan pagando los platos rotos de la situación económica. Por último y no menos importante, considero que aún nuestro país vive secuelas de los bloqueos del Paro Nacional del año pasado, recordemos que fueron casi dos meses en los cuales el transporte de carga se detuvo en varias zonas del país y quizá los transportadores para recuperar un poco de las rentas perdidas, están cobrando los fletes de la carga un poco más caros, situación que se refleja obviamente, en el costo final de los productos de la canasta familiar que son transportados por carretera desde diferentes regiones del Colombia.
Desde el Congreso de la República, seguiremos trabajando en la elaboración de leyes que posibiliten la regulación de los precios de los alimentos de la canasta familiar, buscando alternativas que subsidien al campesino en su producción y le permitan trabajar generando ganancias para el sustento de su familia, acción que generaría una estabilización en los precios de los alimentos y acabaría de inmediato con la especulación de los precios y las afectaciones generadas al bolsillo de los colombianos.
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