“SOMOS SOCIALES POR LOS MEDIOS QUE CONSTRUIMOS PARA RELACIONARNOS”
¿Qué se necesitó para hablar con los sujetos en investigación? Llegue a contemplar cómo los espacios y los lugares resultan de manera inequívoca importantes para la socialización. Pero esa socialización debe ser mediada por un elemento en común que haga el parentesco con el otro, para generar confianza en el desenvolvimiento de, ya sea la narración o la conversación con los mismos individuos. Veo así, cómo la cerveza resulta importante para la propia.
Analizando este elemento y, como decía el filósofo danés Soren Kierkegaard, “El alcohol hace que se pierdan las barreras autoimpuestas que nos separan de los demás” (Kierkegaard, S. 1845). Por lo cual, resulta relevante cómo está de manera importante genera lazos, que dan la confianza plena en la socialización y narración amplia de la vida propia, viendo así cómo, a raíz de los elementos compartidos en este caso la cerveza, hace que el entable de conversación y la relación social sea más fácil en términos de la identificación del otro como igual en un momento determinado.
El sociólogo urbano Ray Oldenburg denomina esto como el “Tercer lugar». Oldenburg sostiene que los «terceros lugares» son cruciales para la vida comunitaria, ya que ofrecen un entorno acogedor y accesible donde las personas pueden reunirse, socializar, discutir ideas y mantener relaciones sociales. Aunque no se centra exclusivamente en la cerveza, es común que los bares y establecimientos similares sirvan una variedad de bebidas, incluida la cerveza, y Oldenburg reconoce la importancia de estas bebidas en el contexto de la sociabilidad en estos entornos. Por lo cual, vemos cómo las bebidas alcohólicas juegan un papel crucial en la vida social de un individuo.
También llama la atención que quienes usan la cerveza para entablar sociabilidad son, personas entre los estratos 1 a 3, siendo conocidas en Colombia como “personas del común”. Esta es una expresión que se usa en algunos países de habla hispana, como Colombia, para referirse a una persona ordinaria, el ciudadano medio o la gente común y corriente. Este término se utiliza para diferenciar a las personas que no ocupan cargos de poder o no son celebridades, es decir, la mayoría de las personas, de aquellos que sí lo hacen.
Por lo cual, evidencie un componente evidente de clase en la relación social y cómo la adquisición de bebidas, en este caso la cerveza, responde inherentemente a las condiciones materiales del individuo. Siendo así, como la mayoría de estas resultan en una cerveza o bebida bastante económica. Por lo cual, el consumo de la misma es más elevado por la adquisición sencilla del mismo elemento gracias a su fácil adquisición.
Teniendo así un elemento que denomina Bourdieu como «la distinción», en este caso mediado por el «habitus», el cual hace que, con respecto al lugar en el cual el individuo se enuncia y lleva a cabo sus relaciones sociales, y su propia manera de ser, responda al espacio en el cual se desarrolla y cómo las condiciones materiales y culturales de este espacio generan maneras determinadas de desarrollarse, respondiendo a las mismas costumbres adquiridas a lo largo de su vida. Esto compone un individuo que responde al ambiente en el cual se desarrolla, por lo cual, de manera amplia, acompañado del «capital cultural», que en pocas palabras es aquel elemento que incluye tanto las habilidades lingüísticas, educación, modales y conocimientos que se distinguen también en clase. Normalmente, quien tiene un mayor capital cultural tiende a escoger maneras distintas de concebir la socialización, como maneras «elevadas» o «distintivas», mientras que aquel que no tiene un amplio capital cultural escoge maneras de socialización «populares» o «comunes». Comprendiendo estos elementos, la distinción, o en palabras de Bourdieu: «lo que una persona encuentra atractivo, valioso o ‘de buen gusto’ está profundamente influenciado por su posición en la estructura social, siendo esto lo que denomino como ‘distinción'» (Pierre Bourdieu, 1979).
Por lo cual, la manera de socialización en la cual nos encontramos es determinante en el análisis de cómo la cerveza es un elemento «popular» de socialización y un mediador para la confluencia de ideas y de vida. Por lo tanto, la narración responde a la misma situación en la cual se enuncia el propio investigado. Nos resultó interesante ver estos elementos y cómo componen de manera clara una evidente situación en la cual los individuos son parte de y responden ante algo, y se median en puntos específicos con actividades determinadas compuestas por ambientes específicos que son la construcción de los mismos, ya que son aquellos en los cuales se hace la socialización a través de la percepción del otro como igual, a raíz de ver cómo este tiene las mismas costumbres.
Edward Relph, geógrafo teórico, dice ante esto que los individuos responden al lugar y componen los mismos en sitios comunes a través de la experiencia, que si bien puede ser separada, componen elementos comunes, como lo puede ser la manera del trabajo y los elementos que se consumen, en este caso la cerveza. Por lo cual, el consumo de la propia bebida no resulta adrede, sino que responde a elementos compartidos que se construyen alrededor del mismo elemento otro como igual y hace que componga socializaciones determinadas; ante esto, «los lugares no son simplemente extensiones abstractas de espacio, sino que están intrínsecamente ligados a la experiencia humana y a la formación de identidades individuales y colectivas” (Relph, E. 1976).
Por último, ver lo significativo que es el componente de las bebidas en la forma en que se medía y se entabla una conversación, lo cual resultó ser relevante. Destaco la importancia que la cerveza puede llegar a tener en los métodos de socialización que están vinculados a distintos elementos específicos que son comunes a muchos individuos.
Qué buena columna.
Da la impresión de hacer parte de una investigación más amplia. ¿Hay algún lugar donde pueda leerla?
Saludos.