Esta serie ha generado un revuelo a nivel mundial. En América latina ha sido considerada casi adictiva, pero a qué se debe. La verdad creo que más allá de su calidad cinematográfica y la buena estructura de guión. Lo que hace que conecte con la audiencia, es esa premisa del Robin Hood. Y el éxito de esta premisa se debe a la proyección de los sentimientos de la sociedad. Creo que en la actualidad la mala administración de los gobiernos y la necesidad de dignidad humana, llevan a la sociedad a vivir una catarsis casi aristotélica con esta serie. Y cabe mencionar que, aunque la dinámica de la historia es casi un reflejo de las sociedades actuales, es importante mencionar que tristemente las necesidades económicas, la pocas oportunidades y los malos sistemas de desarrollo social, llevan a las personas a caer en los vicios humanos.
Y de cierta manera, creo que toda resistencia que conlleva la sobrevivencia del ser humano, es el resultado de las malas decisiones de los gobiernos y de la sociedad. En esta última temporada me pregunto, ¿Habrá que repensar el concepto de mala persona?, o ¿Todos somos malos? ¿El mal es parte del ser humano? ¿La maldad no permite que seamos empáticos con el que sufre?
Esta temporada me llevó a pensar que sucede con una sociedad donde el gobierno solamente piensa en su bienestar, donde los que gobiernan llegan al poder en búsqueda de status, o por saber algún secreto y donde el bien común no es la prioridad. Es por esto, que creo, que hay que recordar el pasado de la humanidad, como en la serie. La historia de todos nos enseña a entender por qué se toman esas decisiones. Y debemos de recordar que la historia de las civilizaciones han sido el resultado de alguna manifestación que busca devolver la dignidad humana a las personas.
Me gustó esta temporada, porque muestra lo difícil que puede ser la vida, cuando las circunstancias no son favorables. Y tristemente creo que las circunstancias coartan nuestra libertad de decisión, de vivir, o simplemente de oportunidades. Y estas circunstancias son el resultado de las decisiones propias y de los demás. ¡Vaya dificultad la de la vida! Porque si a esto le agregamos las necesidades personales, esto se convierte en un embrollo grande. Como en la serie.
En esta temporada podemos ver que la vida y el amor siempre ganan. Será que a pesar del desánimo y poco amor en el que se puede sumergir el ser humano. En lo más profundo de nuestro ser, lo bueno y la necesidad de lo bueno es lo que realmente queremos. De pronto, no importa en qué mundo nos encontremos o que dificultad enfrentemos, la vida y el amor siempre se celebra. Y si esto es así, entonces por qué nos perdemos en el camino. Probablemente porque no nos detenemos a reflexionar antes de actuar, como el profesor.
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«Nuevo Diario Mínimo» es una selección de textos de Rubén E. Barraza, publicados internacionalmente en los periódicos Nueva Tribuna de España, AlPoniente de Colombia y Omnia en México. Escribe sobre el mundo del cine, la vida cotidiana y todo lo que involucra el reflejo de uno mismo en la ficción y la realidad.
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