“Julito, no me cuelgue por favor…”
El martes 3 de mayo, en las horas de la mañana, Julio Sánchez Cristo, estaba en directo, desde Madrid, España, con el Presidente Petro. En la entrevista, “Julito” luchaba denodadamente por arrancar al Presidente la aceptación de que movilización, revuelta y revolución eran la misma cosa y que por tanto, el discurso del 1 de mayo desde el balcón no era algo distinto a un llamado a incendiar el país si no le aprobaban las reformas presentadas al Congreso. Como es de suponer, el avezado entrevistador dio con un hueso demasiado duro de roer y salió medio peinado. Mas duro de roer, que el anuncio del entrevistado: Quintero, si señores y señoras, Quintero, el alcalde de Medellín, podría ser su sucesor en la presidencia. ¡¡Quien dijo pánico!!
Apenas había terminado la entrevista cuando ya en mi WhatsApp tronaban los denuestos y las lamentaciones por tan infortunado relanzamiento. Y no era para menos. Excepción hecha de dos o tres contratistas progres cooptados por el mentiroso alcalde, un ecofeminista sin argumentos y dos o tres zurdos que aún hacen fila para montarse en algún carro de placas blancas de los que hacen las veces de carros oficiales, a la mayoría de mis amigos y amigas, esos sí progresistas y con historia, el anuncio de la sucesión nos cayó como una patada al hígado.
Ese día acababa de recalar en Bogotá y desde allí acordé con Oswaldo Gómez, que esa misma noche estrenaría hotel y habitación redactando un borrador de carta al Presidente, en donde un grupo de personas le manifestáramos nuestra inconformidad con tan lamentable relanzamiento. El día miércoles se la envíe a Oswaldo y como sé que es un tipo demasiado ocupado, dude de su aprobación y decidí enviarle copia a Mico, no solo para que la leyera, sino para que le realizara los ajustes que considerara pertinentes. Igual labor realicé con Jesús Abad, y al final, se decantó un texto aceptado por todos.
Pero esta historia tuvo sus tropiezos. El primero y más grande, la defección del Mono Márquez, a lo que se sumó los temores de alimentar la derecha expresados por Oswaldo y para ajustar, mi vacilación, pues termine comiéndole cuento a un alto funcionario del Gobierno, que me juró que Petro solo hacía un acto de Cortesía con Quintero y que lo mejor era no hacer pública la carta. Que como Quintero le había ayudado mucho en Medellín, Petro se sentía obligado a lanzarle ese dulce. Entiéndase ayudado como el desvío de recursos públicos hacia una campaña en la que también concurrieron nuestras esperanzas y activismo senil.
A todas estas nos llegó el jueves y los argumentos contundentes de Chucho Abad habían calado de tal manera que ya nos íbamos con la carta firmada por los que quisieran. Nos dijo Jesús Abad, con la autoridad y honradez que lo caracterizan, que lo de lo de la cortesía era carreta, que esta no era la primera vez que Petro lanzaba a Quintero, que no era entendible ni sano que Quintero sufragara calanchines políticos en distintas ciudades del país, y que no era posible seguir callados mientras saqueaban esta ciudad a la sombra del progresismo. Fue enfático mi tocayo, pues lo conocía de primera mano, que en Bogotá era de muy buen recibo la narrativa en la que Quintero se presentaba como el paladín de la lucha contra una Antioquia paraca y uribista, en la cual además, militaban quienes lo critican y criticamos.
En todas estas nos dio el jueves y el viernes con el alboroto de la polémica Fiscal vs Petro, y los medios y redes estuvieron encendidos. El viernes, haciendo eco del mierdero formado, Chucho Abad, me escribió recomendándome retener la carta hasta que bajara la temperatura y “moverla el domingo al final de la tarde para que sea parte de la agenda informativa del comienzo de semana”. El sábado Mico me escribió: “Chucho, se nos adelantó Daniel Quintero y habló hoy de su candidatura presidencial… Todo nos llega tarde, hasta las cartas”. Pues el domingo pasó y el lunes le pregunte a Mico que hacer con la carta y su silencio fue sepulcral. Chucho Abad me dijo, profundamente desanimado, que no tenía tiempo para promocionar su firma y que eso era mejor dejarlo así. No le pregunté a Oswaldo, pues lo noté demasiado dubitativo la última vez que hablamos y, a decir verdad, yo descansé, pues solicitar una firma es más berraco que pedir limosna. A todas estas y como decía mi mamá, no hay pícaro sin suerte, me cortaron mi cuenta de correo porqué el buzón había excedido su capacidad y los mensajes que envíe con el borrador de la carta a José Liñán, Jorge Giraldo y la Mona González, nunca les llegaron.
Bueno, pero como perseverar es la antesala de la resignación, ahí les copio textualmente, la frustrada misiva al señor Presidente
P.D. En la nueva división de clases, al pueblo le corresponde la movilización, a la Primera Línea la confrontación y a nosotros, los artistas y la miserable clase media, el envío de carticas.
Medellín, mayo 4 del 2013
Doctor
GUSTAVO FRANCISCO PETRO URREGO
Presidente de Colombia
Bogotá. D.C.
Cordial y fraternal saludo
Apreciado Presidente:
Quienes suscribimos esta carta somos personas cercanas o militantes del Cambio que usted ha ofrecido y en su gran mayoría votamos por usted. No hacemos parte de ningún movimiento o partido político, no tenemos vinculación o contratos con el gobierno local y no aspiramos a cargo alguno a nivel nacional. Le escribimos públicamente porque nos mueve el interés por la suerte de Medellín, Antioquia y Colombia, pues como usted bien lo ha dicho, la suerte del país pasa por esta región.
Nos preocupa mucho las declaraciones en torno a sus posibles sucesores, pues entre ellos incluyó nuevamente al señor alcalde de Medellín, persona por la que arrepentidos, votamos y apoyamos abiertamente la mayoría de nosotros.
La preocupación nace de la pésima valoración que realizamos de la gestión de Quintero, al cual señalamos de haber llegado al primer cargo local mediante ardides y componendas realizadas en la oscuridad de su campaña. Quintero se presentó ante nosotros y el resto del electorado como un joven independiente surgido del barrio y ejemplo para las nuevas generaciones. Pero lo cierto es que Quintero llegó al gobierno de la ciudad valido de alianzas con lo más corrupto y torcido de la clase política local y regional, los únicos que hoy se sienten satisfechos de su gestión. Mantener esos apoyos ha significado un costo altísimo en términos de corrupción y cooptación del Estado local.
Como no hacemos parte de grupo empresarial alguno y como no somos defensores de oficio de ningún conglomerado económico, solo señalamos que el aparente progresismo del señor alcalde se funda en señalamientos al empresariado local y en hacer de Hidroituango una bandera política y no un asunto de equidad territorial. Y así los pronunciamientos de Quintero Calle resulten cantos celestiales para influencers y sectores del progresismo bogotano, lo cierto es que toda esta verborrea realmente le ha servido para ocultar la ausencia de un verdadero proyecto de renovación, de una agenda local para mitigar y adaptar la ciudad al cambio climático y de una falta total de solidaridad y equilibrio regional con los municipios pobres y olvidados cuyos territorios proveen los recursos naturales que han hecho de EPM la gallina de los huevos de oro.
La oscura gestión de Quintero es tan gaseosa que ni siquiera ha podido seguir los caminos fáciles del cemento y los proyectos faraónicos practicados por otras administraciones. La ciudad está desbordada por la falta de gobierno y en las calles crecen los rumores de prácticas corruptas.
Gran preocupación nos embarga al escuchar altos dignatarios políticos del Pacto Histórico que en sus visitas a la ciudad nos presentan a Quintero Calle como un aliado imprescindible y un barón electoral de gran monta. Pues ni lo uno ni lo otro, y menos el anuncio de proteger a Quintero de posibles investigaciones en curso y por venir.
Aunque entendemos la necesidad de ampliar la base política del Pacto Histórico no nos resignamos a tragarnos el sapo de una posible candidatura presidencial de Quintero Calle por esta alianza. Ni Medellín ni Antioquia ni Colombia merecen semejante afrenta.
Señor Presidente, no nos mate la esperanza apenas retoñando.
Con consideración y aprecio,
*Abogado de la Universidad de Antioquia. Consultor independiente.
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