La Carrera Contra la Inflación: Un Maratón sin Línea de Meta

En la maratón económica colombiana, la inflación se ha convertido en el corredor imparable que avanza a un ritmo desbocado, dejando a su paso un rastro de desesperanza, poca motivación y desdicha. Con una inflación del 11.5% en 2023, el costo de los alimentos ha subido un 16%, convirtiendo el mercado en un lujo al que muchos ya no pueden acceder.La realidad es que mientras los salarios apenas han tenido un incremento del 14%, el poder adquisitivo se ha reducido significativamente.

No obstante, el aumento en el salario mínimo, que debería haber sido un alivio, es más bienun parche en una herida abierta que no deja de sangrar. Es decir, la brecha entre los ingresos y el costo de vida sigue creciendo, y los ciudadanos se encuentran en una disyuntiva constante: ¿llenar el carrito de compras o pagar el alquiler? La subida de precios ha convertido decisiones básicas en un juego de supervivencia.

Mientras tanto, el circo político continúa con sus promesas y soluciones improvisadas, oexcusas de una cosa o de la otra. Dicho de otro modo, los controles de precios y subsidiospropuestos parecen ser actos de magia que se disipan en el aire. “La subida de precios, especialmente en productos básicos, está dejando a una gran parte de lapoblación en una situación de vulnerabilidad extrema. El ajuste salarial, aunquenecesario, ha sido insuficiente para contrarrestar los efectos de una inflacióndescontrolada.” Menciona Gonzalo Hernández, en un artículo de opinión para LaRepública, 2024. En otras palabras, las promesas del ministro de Hacienda de que la inflación será controlada pronto parecen una melodía sin fin, en un contexto donde laincertidumbre económica es la verdadera nota dominante, donde el hambre no espera y el bolsillo no se llena.

Finalmente, para los colombianos, la inflación es una carrera sin meta clara. En lugar de un maratón con una línea de llegada visible, enfrentan una carrera interminable donde el esfuerzo se siente en vano. Con presupuestos cada vez más ajustados, los ciudadanos debenluchar diariamente con la creciente brecha entre sus ingresos y el costo de vida. Largas horas de trabajo, cansancio acumulado, preocupaciones sin posibles soluciones. Y es que los payasos de este gobierno solo destinan grandes sumas de dinero a proyectos de infraestructura que busca dizque mejorar la imagen del país, como la construcción de nuevos edificios gubernamentales, renovación de plazas públicas, o la modernización de aeropuertos, mientras el colombiano no tiene ni la sombra de un árbol para arrimarse, esperando horas en un hospital para ser atendido, la poca educación y la pobreza.

En conclusión, la inflación sigue siendo un desafío formidable, y las promesas gubernamentales parecen ser poco más que palabras vacías. Mientras la línea de metaparece cada vez más lejana, es urgente que se implementen soluciones reales y efectivas. La carrera económica continúa, y la paciencia de los colombianos está al límite.

Laura María Jaramillo Hurtado

Estudiante de Comunicación y Publicidad, Politécnico ASDI

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