En primer lugar, debo de dejar claro que personalmente no tengo una posición tomada referente al aborto. Considero que es de esas situaciones en la vida en las cuales no sirve de mucho las reflexiones anteriores. Solo hasta que te enfrentas a esa situación podrás sentir en carne propia lo que implica tomar esa decisión. Escribo estas palabras porque veo con asombro la facilidad con la que justifican el aborto. En la mayoría de los casos se utilizan argumentos inconexos y sin sentido, que no son más que palabras repetitivas provenientes de movimientos políticos que pretende convertir el aborto en una simple elección, obviando las consecuencias y las implicaciones reales que esto conlleva. Me voy a dar en la tarea de controvertir algunos de los argumentos o palabras más usuales que utilizan para justificar el aborto “deportivo”.
“El aborto no es un homicidio, por lo tanto, el feto no tiene vida”
Sin lugar a dudas la primera afirmación es cierta, la conclusión no tanto. Para que se configure el homicidio es necesario asesinar a una persona. El feto en crecimiento no tiene la calidad de persona, nuestro código civil y el derecho en general considera persona al individuo de la especie humana que separado de la madre logra tan siquiera respirar por un instante. El termino persona hace referencia a las implicaciones jurídicas, a los derechos civiles, y a las consecuencias que se pueden generar con el nacimiento de un ser humano. El hecho de que al nasciturus no se le llame persona no significa que no sea de la especie humana o que no tenga vida, eso es una absoluta mentira. La ciencia moderna determina con mucha solvencia que la vida comienza con la concepción. La fusión de un ovulo con un espermatozoide crea un ADN totalmente independiente al de la madre, esa creación celular es vida humana. Paradójicamente los movimientos pos-modernos utilizan una visión de la vida humana muy inveterada que parte del nacimiento del feto, los avances científicos modernos nos dicen todo lo contrario.
“El feto no puede sentir, la mujer si”
El feto en un estado de desarrollo temprano no puede sentir, eso es cierto, solo hasta que el feto llega a cierto grado de desarrollo puede conocer la sensación de los sentidos. Referente a la mujer, pues lo que es obvio no se discute.
Es muy interesante como el respeto a la dignidad humana termina en la capacidad de sentir del otro según nuestra conveniencia. ¿Qué pensaría la sociedad si digo que terminar con la vida de una mujer no tiene mucha importancia, ya que para el momento de cometer homicidio (o feminicidio para ideólogos puros) ella se encontraba en estado de inconsciencia, al fin y al cabo, no podía sentir? ¿O qué tal si cambiamos el ejemplo por una mujer que es accedida carnalmente de manera violenta mientras se encontraba en estado de inconsciencia?, al fin y al cabo, no podía sentir.
La dignidad humana en nuestro ordenamiento jurídico es de carácter obligatorio, la constitución es muy clara en ese aspecto, la jurisprudencia de la corte constitucional a partir de la promulgación de la constitución del 91 es abundante en ese sentido, el mismo legislador que “peca” de ser anti técnico y se rige por sus intereses politiqueros ha legislado a favor de la dignidad humana. Diversos tratados internacionales sobre derechos humanos han sido ratificados por Colombia, han ingresado al bloque de constitucionalidad haciendo el respeto por la dignidad humana una obligación de máxima jerarquía. Al parecer el respeto por esa dignidad se termina hasta donde los intereses políticos de ciertos movimientos quieran. Los operadores jurídicos en algunas ocasiones para defender la dignidad humana se comportan como adalides de la justicia, como auténticos guerreros de lo justo, pero en otros, se comportan como seres indefensos, seres temerosos de la presión social, convirtiendo la administración de justicia en una herramienta populista.
“Usted que se preocupa tanto por el aborto, ¿ayudas a los niños pobres, ves por ellos?”
Lo anterior a mi entender es de las justificaciones más absurdas que he leído. Tratan de imponer algún tipo de requisito anterior a la defensa de los derechos, la integridad y a la vida de otro ser. ¿Si yo en el pasado no ayudé con asistencia económica a un niño entonces no puedo defender la vida de otro? ¿sino se hizo una donación de carácter económico entonces estoy impedido para defender la vida de otro ser?
La defensa de la vida humana se reduce para algunos, a prestaciones económicas que las demás personas debimos prestar con anterioridad (Según ellos estamos obligados a eso) o la capacidad económica de las personas, porque claro, algunos se atreven a insinuar que el que no esté de acuerdo con el aborto como actividad “deportiva” debe de hacerse cargo del futuro niño, muy normal que las personas tengamos que cargar con las obligaciones de los demás y nos tengamos que hacer cargo de las posibles consecuencias de los actos que desataron otras personas.
“Usted que está en contra del aborto seguro es creyente, su opinión no tiene importancia, no tiene validez”
Esta es la típica falacia ad hominem, donde se busca descalificar al contradictor evadiendo la discusión de fondo, donde se pretende ganar la discusión restándole credibilidad al interlocutor y nunca tocar a profundidad el tema en cuestión. Para muchos, pertenecer a determinado grupo social descalifica de facto a un individuo para ejercer determinada conducta, llegando al punto de restarle valor a toda argumentación u opinión que esgrima el perteneciente al grupo social “enemigo”.
Para nadie es un secreto que la religión cristiano católica profesa unos valores de defesa de la vida, bajo su entendido la vida le pertenece a Dios, y solo él tiene la autoridad para quitarla. Más allá de discutir las creencias de los seguidores de la fe católica, que personalmente no comparto, no se puede descalificar todos los argumentos provenientes de los creyentes, además de estúpido, le resta calidad al debate. Todas las personas que no están de acuerdo con el aborto deportivo no son cristianas.
“No aceptar el aborto “libre” es típico de los retardatarios, de los que siguen en el pasado”
El desprecio por lo antiguo es una constante en los movimientos pos-modernos, estos movimientos aman quitarle valor a todo lo viejo por el solo hecho de ser antiguo, y a recibir con los brazos abiertos las creaciones ideológicas modernas. ¿Por qué? Porque son nuevas, así de simple. Se acogen las ideologías “nuevas” sin pensarlo mucho, el seguidor promedio posmodernista no se toma la molestia de analizar las estructuras argumentativas que sostienen sus ideologías, eso es evidente, muchas de ellas adolecen de contradicciones insalvables que atentan contra la misma estructura de la ideología. Solo los enceguecidos por el prisma ideológico no pueden verlo.
Endilgar la defensa de la vida a solo una costumbre inveterada me parece de una simpleza alarmante, la defensa de la vida tiene su génesis en la supervivencia, no en una simple costumbre.
“Legal o no legal se van a seguir practicando abortos”
¿Para qué prohibir el homicidio? ¿Para qué prohibir el hurto? ¿Para qué prohibir el secuestro? ¿Para qué prohibir y condenar el acceso carnal violento? del que generalmente la mujer es el sujeto pasivo, al fin y al cabo, las van a seguir accediendo carnalmente. Mejor desmontemos el aparato represor del estado que busca evitar que se cometan las conductas punibles, y legalicemos todas las conductas que el legislador con anterioridad concluyó que eran dañosas para la sociedad y merecedoras de una pena. No nos esforcemos en proteger los bienes jurídicos, pues al final alguien va a lesionarlo. No encuentro otro calificativo para referirme a esos argumentos, estúpidos, estúpidos.
“No útero no opinión”
Esta expresión está muy ligada a la falacia ad hominem, se ataca al interlocutor desviando la atención para evitar debatir el tema de fondo. La pretensión de dejar de lado a la mitad de la población para tomar una decisión tan importante como el aborto en una sociedad moderna como en la que vivimos, además de ineficaz es estúpida. Según ese argumento para participar activamente en algo o hasta para discutir determinado tema es obligatorio pertenecer a un grupo en cuestión. Me imagino entonces un mundo donde para hablar de fútbol hay que ser futbolista, para hablar de educación hay que ser maestro, para hablar de medicina hay que ser médico etc. A los abanderados de este argumento se les olvida que el hombre participa en la creación de la nueva vida, no es un aparecido. En síntesis, es un argumento sectarista que en nada ayuda a una sociedad que cada día apunta a tender lazos entre sí.
“Si el niño no va a tener todas las condiciones para vivir dignamente, el aborto es la solución
La primera pregunta que me surge es ¿cuáles son esas condiciones? ¿Acaso alguien podría reunir todas las condiciones para vivir bien? Estas preguntas son difíciles de responder si realmente se abordan desde la dificultad que entrañan, y no desde el reduccionismo económico que claramente es la motivación de los que argumenta en ese sentido. Esas expresiones me llevan atrás en el tiempo, donde la clase económica dominante decía sin despeinarse que la chusma no tenía derecho a reproducirse. La estripe solo estaba reservada para ellos. No veían con buenos ojos la multiplicación de la clase obrera. Es sumamente contradictorio que uno de los movimientos que pugna por la inclusión, al mismo tiempo de manera subrepticia nos dice que los pobres no deberían de reproducirse, si, muy inclusivo. Si mi madre hubiera optado por ese argumento, en este momento no estuviera dirigiéndome a ustedes, yo soy un hombre nacido en el seno de una familia pobre.
“El aborto libre es una necesidad, es un problema de salud pública, se practican 500.000 mil abortos clandestinos al año”
Llama la atención que la cifra de medio millón de abortos practicados clandestinamente sea sostenida por toda Latinoamérica. Una Latinoamérica donde la población de cada país es distinta y la tasa de natalidad también. Me pregunto cómo es posible contabilizar con tanta exactitud una conducta que se hace clandestinamente y que en muchos ordenamientos jurídicos es punible. Supongo que al momento de practicar el aborto (punible) uno de los asistentes o el mismo operario que práctica el aborto registra todos los datos de la paciente, registra el procedimiento y salvaguarda la información de los abortos practicados. Muy interesante pero poco probable.
“Mi cuerpo mi decisión”
La anterior frase es de las más utilizadas para justificar el aborto. Es cierto que materialmente la mujer es la que toma la decisión de abortar por razones evidentes. El gran problema es que el aborto trae consecuencias irreparables en primer lugar para el feto. Si la madre decide no abortar lo más probables es que ese humano en desarrollo logre nacer. En segundo lugar, ese aborto decide sobre los derechos reproductivos del padre. Pareciera que los hombres no tienen derecho a decidir sobre sus derechos reproductivos y que esa decisión solo está reservada a la mujer porque el feto crece en su vientre. En un mundo donde cade vez más se habla de “igualdad” no debería de pensarse así.
Si se lee con atención en ningún momento he criticado las tres causales en las cuales el aborto es despenalizado. No pretendo con este escrito posicionarme más allá del bien y del mal y empezar a describir en que momentos es legal y legítimo practicar un aborto, esa no es mi intención. Escribo estas líneas porque me alarma la forma en que la sociedad actual desprecia y desecha la vida humana mientras eleva a niveles casi divinos otras formas de vida.