Pareciera algunas veces y frente a muchas personas un tema intrascendente, reducido tan sólo a un tipo de hora del día y al valor de uno u otro plato. No se le ha concedido mucho importancia, pero es cierto que su reflexión viene aumentando en los últimos años, en especial entre algunos grupos de jóvenes a lo largo de todo el mundo.
Cuando decidimos dedicar uno de los Ciclos de trabajo de la Nueva Escuela de Pensamiento al tema del cuerpo lo hicimos con una finalidad muy clara: Nos interesa direccionar la reflexión hacia esos elementos de la vida cotidiana de las personas en donde se llevan acabo dos apuestas, una de tipo subjetivo y existencial, y otra de carácter político, en decir, que hace parte de las tramas del juego de poder. El cuerpo y los distintos elementos que lo constituyen cumple con esas dos finalidades, pues a un tiempo soporta la existencia del sujeto y le permite la relación con los otros.
Dentro de la pregunta existencial y política por el cuerpo uno de los elementos a considerar es el concerniente a la alimentación, o a la «Dietética», como era nombrada esta reflexión en la antigüedad griega y latina. Para desarrollar ampliamente este asunto, decidimos invitar a nuestra sesión a Jhonatan Rivas, agricultor y chef de la ciudad y a Santiago Velásquez, quien hace parte del equipo del restaurante Vegarden, grandes amigos y aliados.
La conversación que se desarrolló con los asistentes se dio en medio de la preparación de un sancocho por parte de todo el grupo de personas que ese día se encontraba reunida en el parque de la Villa de Aburrá. Una primera finalidad de esta labor fue centrar la atención en la importancia del acto colectivo de alimentación, en contradicción con la práctica solitaria de consumo de comida de nuestra sociedad. Se destacó también la tremenda realidad de las miles de personas y familias que en toda Colombia padecen dificultades para tener acceso a la alimentación.
La elección del sancocho como comida para compartir fue también premeditada. Quisimos destacar el contenido cultural e histórico que posee una determina preparación, la historia de sus ingredientes, la geografía que se habita, las maneras de sus gentes … Aquí cobra mucha importancia la consideración del papel que desempeña el imperialismo cultural en nuestros tiempos modernos, donde el tipo de comida de una sociedad determinada se constituye en el referente cultural de la alimentación de casi todo el resto del mundo, a partir de las nefastas dinámicas de mercado.
Es necesario considerar también que la alimentación, ante todo, es energía, energía que el cuerpo necesita para su desarrollo vital. Puede decirse de forma muy susinta que actualmente la preocupación de los estados y del mercado no ha sido la de alimentar y nutrir a la población, sino la de llenarla, brindarle los lementos que necesita para que su fuerza de trabajo sea útil en la generación de capital. En este sentido existe una conexión profunda entre agricultura, farmacéutica y dietética.
Dimos cierre a la sesión compartiendo el sancocho cocinado colectivamente, el cual estaba muy rico. La reflexión final de parte de los asistentes fue que al Poder le interesa el control y la disciplina de todas las facetas de nuestra existencia como personas, con el fin de predecir nuestras conductas, tanto individuales como colectivas. La existencia de instituciones como el INVIMA cumple esta finalidad, y la forma en que paulatinamente vamos recuperando nuestra libertad es por medio del ejercicio diario y consciente sobre esos elementos sencillos pero vitales como son los regímenes de alimentación.
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